Las 10 citas de Anne. #1 La chica invisible/#2 La chica estrella ☆.

Capítulo 49

Capítulo 49

Mi octava cita tuvo que esperar un par de semanas en anunciarse, ya que había asuntos más urgentes que tratar. Veréis, el doce de febrero era, nada más y nada menos que... ¡mi cumpleaños! Mis padres me habían cedido la casa durante toda la noche del viernes, pues mi dieciocho cumpleaños era suficientemente importante como para que ellos se fueran a pasar un par de días a la granja de mis tíos en Aberdeen.

Decidí darme un respiro respecto a todo ese drama que me perseguía a todas partes y el miércoles por la tarde envié un mensaje a algunos de los contactos de mi teléfono. Escribí una descripción muy concisa: este viernes celebraré mi cumpleaños en mi casa, ¡estás invitad@ a venir! Envié ese mismo mensaje a todos mis compañeros de la revista del instituto, a Richard, a Jessica, Tatti, Malcolm, Charles y Chris Zachary. Tardé varios minutos más en reunir el valor suficiente de enviarle ese mismo mensaje a Ryan. Poco a poco, todos me respondieron con emoticonos, sonrisas e, incluso, Malcolm me envió un vídeo de mí misma, bailando borracha en la fiesta de su casa. No pude enfadarme, pues tenía que tomarme con humor que Malcolm trataba así a sus amigos.

Me prometí a mí misma que no bebería y que, sobre todo, cuidaría de la casa en ausencia de mis padres.

Alia tan solo me bufó en la cara cuando me escuchó decir esas palabras. «Has invitado a apenas una decena de personas a tu fiesta... pero te aseguro que, el viernes, aparecerán aquí cuarenta personas, algunos de ellos a los que seguro que no has visto nunca». Para mí eso ya no resultaba tan increíble, pues no podía obviar el hecho de que ahora, mis amigos en el instituto eran las personas más populares y eso, sumado al hecho de que mi vida era de dominio público en el Hollyrood High School, me convertía a mí también en popular.

Fue el jueves, un día antes de la fiesta, cuando @HHSsays subió la fotografía de mi octavo candidato, nada más y nada menos que: Archibald McCann. Archie, el nuevo fichaje para la revista. Me pareció que tenía que ser una broma. ¿Cómo podía él haber pedido una cita en serio conmigo? Me decidí a preguntárselo yo misma y en el recreo lo esperé en la puerta de su clase de historia. Cuando la puerta se abrió, los jóvenes comenzaron a salir. Como ya os había dicho, Archie era más joven que yo, tenía solo catorce años, por lo que todos en su clase parecían varios centímetros más bajos que yo. Todos menos él, que ya era tan alto como mi padre, probablemente.

—¡Anne! —exclamó él, al verme—. Quiero decir... jefa. ¿Qué haces aquí?

—No me llames jefa, Archie.

Al igual que Damien, parecía que mis compañeros de la revista tenían una fijación bastante curiosa con denominarme la jefa. Aunque luego, sin cortarse ni un pelo, alguno de ellos hubiera decidido publicar ese artículo en el que yo declaraba mis sentimientos por Ryan. No creáis que me había olvidado de eso, ¡de ningún modo!

—Pero eres la jefa.

Apreté los labios, suspirando.

—De acuerdo. Como quieras. ¿Podemos hablar? —Pude notar que había algunas miradas curiosas posadas en mí por parte de los compañeros de Archie—. En otra parte, por favor.

—Claro —afirmó él, rápidamente.

Ambos caminamos por los pasillos del instituto hasta llegar hasta el aula de la revista, ese lugar en el que yo me sentía tan tranquila. Allí, sentada frente a su ordenador y con su habitual bolsa de deportes descansando en el suelo, Berta estaba transcribiendo una de las entrevistas que le había hecho al capitán del equipo de balonmano del instituto.

La joven se levantó de la silla al vernos entrar.

—¡Jefa! —exclamó. Yo puse los ojos en blanco, pero no dije nada. —Oh, vaya, ¡hola Archie!