VI

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20 de Abril
El año escolar casi termina; dos meses más y casi no los soporto.
Tim está insoportable y mamá me pincha constantemente: «No hagas esto, no hagas aquello; haz esto, haz lo otro; ¿por qué no lo haces?, tú sabes que tendrías que hacerlo; te estás portando otra vez de manera infantil y poco madura». Ya sé que me compara siempre a Tim y a Alexandria, y yo no les llego ni a la suela de los zapatos. Al parecer, cada familia ha de tener su lacra. ¿A ver si adivinas quién lo es en esta casa? Es natural que haya pequeñas rivalidades, pero las nuestras se desorbitan. Y yo quiero a Tim y a Alex. Les quiero de verdad, pero también tienen muchos defectos, y me resulta difícil determinar si les amo más que les odio o si les odio más que les amo. Y esto se aplica igualmente a papá y mamá. Pero, verdaderamente, creo que todavía se aplica más a mí misma.

5 de Mayo
Cada uno de los profesores que tengo en este curso es un idiota y un pesado. En cierta ocasión oí decir que es una suerte tener dos buenos profes que la estimulen a una y la preparen para toda su existencia. Supongo que yo he tenido dos, uno en la maternal y otro en la primaria. ¿Cierto?

13 de Mayo
Yendo a casa, al salir del colegio, he conocido a otra muchacha. Vive a
tres bloques de nuestro domicilio y se llama Beth Baum. Creo que es muy agradable. También es algo tímida y, como yo, prefiere los libros a la gente. Su padre es médico y, como el mío, casi nunca está en casa; su madre, supongo que como todas, siempre está refunfuñando Si no lo hicieran así, las casas, los jardines, e incluso el mundo, no tendrían el aspecto que tienen. Espero no tener que ser una madre cascarrabias, pero supongo que tendré que serlo, de lo contrario no concibo cómo poder conseguir algo.

19 de Mayo
Hoy, al salir del colegio, he ido con Beth hasta su casa. Es una casa
adorable y tienen sirvienta día y noche. Beth es judía. Nunca había tenido una amiga judía; no sé por qué, pero siempre las imaginé distintas. No lo comprendo, pues todos somos personas, pero creí que serían..., bueno, algo así... Como de costumbre, ni siquiera sé de qué estoy hablando.
Beth es muy concienzuda y se preocupa mucho de sus notas. Por eso hicimos juntas algunos deberes escolares, luego escuchamos música y nos tomamos unos refrescos sin calorías (ella también quiere adelgazar). Verdaderamente me gusta Beth, y es agradable tener una auténtica amiga pues, confidencialmente, nunca estuve realmente segura de Gerta; siempre quise corregir su gramática y decirle que se fijara más en su vestimenta y en su compostura. Supongo que me parezco a mamá más de lo que yo creía. No es que sea una esnob, nada de eso. Pero la auténtica amistad no puede basarse en la simpatía, ni se crea agarrándose a alguien para no ahogarse. Tiene que basarse en gustos y habilidades afines y, también, si, en el origen social. ¡Anda, qué contenta estaría mamá de mis pensamientos y actitud de hoy! Lástima que ya no comunicamos. Recuerdo que cuando era pequeña podía hablar con ella, pero ahora diríase que hablamos idiomas distintos y las palabras no tienen su justo significado. Ella quiere decir algo y yo le doy otro sentido, o dice cualquier cosa y pienso que está tratando de corregirme, o de largarme un sermón; verdaderamente, tengo la sospecha de que no hace nada de eso, simplemente está tanteando y perdiéndose en palabras, como yo. La vida debe ser eso, supongo.

22 de Mayo
Beth ha venido hoy a estudiar conmigo, y a mamá, papá y mis
hermanos les ha gustado. Incluso le pidieron que llamara por teléfono a sus padres para que la dejaran quedarse a cenar con nosotros; después mamá nos llevará al centro comercial, ya que aquí los miércoles el comercio está abierto de noche. Corro a cambiarme de ropa; Beth ha ido a buscar sus cosas. La recogeremos por el camino. Ahora he tenido que hacer un alto para dejar sobre el papel toda esta apasionante experiencia. Es algo demasiado tremendo, delicioso y maravilloso para guardármelo dentro.

24 de Mayo
Beth es una amiga maravillosa. Creo que es la única «mejor amiga»
que he tenido desde que era niña. Podemos hablar de todo. Incluso hablamos de religión, y mucho. La fe judaica es muy diferente a la nuestra. Ellos se congregaban los sábados y todavía esperan la llegada de Cristo o del Mesías. Beth adora a sus abuelos y quiere que los conozca. Dice que son ortodoxos y sólo comen carne de un conjunto de fuentes, y productos lácteos de otro. Me gustaría saber más sobre mi religión para poder contárselo a Beth.

3 de Junio
Beth y yo hemos hablado de sexo, hoy. Su abuela le dijo que cuando
un muchacho y una muchacha judíos se casan, si alguien dice que la muchacha no es virgen y puede demostrarlo, el muchacho no tiene por qué casarse con ella. Nos preguntamos cómo se podría demostrar exactamente semejante cosa, pero ni ella ni yo lo sabemos. Dijo Beth que prefería preguntárselo a su abuela que a su madre, pero yo, si tuviera que preguntárselo a alguien, se lo preguntaría a mamá, aunque, claro, no lo haré. De todos modos, mi madre no sabe nada de las costumbres judías.
Beth dice que tiene unas pesadillas en que se ve por un largo pasillo, con un hermoso y largo vestido blanco de novia, hay centenares de personas en su boda, y alguien susurrándole al rabino que ella no es virgen, y el novio dando media vuelta y abandonándola. No la culpo: a mí me pasaría lo mismo. Algún día, cuando ella tenga suficiente aplomo, se lo preguntará a la abuela o a otro. Espero que después me lo cuente, porque también quiero saberlo.

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