27 de Julio
Querido Diario:
Debo de haber perdido el juicio, o por lo menos escapa a mi control, pues he querido rezar. He querido suplicar a Dios que me ayude, pero sólo he podido articular unas palabras, oscuras e inútiles palabras que cayeron al suelo y se fueron rodando debajo de la cama. Intenté acordarme de una plegaria sin conseguirlo, sólo palabras sueltas, inservibles, artificiales, pesadas palabras sin sentido ni poder. Son como los arrebatos de la idiota plañidera que actualmente forma parte de mi familia de internamiento. Monsergas verbales, inoperantes, sin ton ni son; banales, carentes de poder y de gloria. A veces pienso que la única salida de este antro es la muerte.29 de Julio
Hoy se me ha concedido el privilegio de ir a la escuela, y aquí la escuela es, verdaderamente, un privilegio. Nada podría ser más tenebroso y desolador que permanecer aquí sentada sin tener nada que hacer durante millones de horas.
Mientras dormía debo de haber llorado, porque esta mañana mi almohada estaba húmeda. Desperté totalmente extenuada. Los muchachos de secundaria tienen dos maestros, y nosotras también. Parecen amables, y la mayoría de los muchachos dan la impresión de controlarse bastante bien. Será por miedo a que les envíen de nuevo al Limbo, un universo de soledad y de hastío.
Imagino que la gente se adapta a todo, incluso al confinamiento en una institución como ésta. Cuando esta noche cerraron con llave la pesada puerta, ya no me sentí tan horriblemente deprimida, o acaso esté agotada de tanto llorar.
Babbie y yo nos sentamos a charlar un rato y la peiné, pero ya no hay alegría ni espontaneidad en nuestra vida. Voy a rastras y sólo vegeto, como ella.
Los otros muchachos de nuestro pabellón hablan, bromean, miran la tele o se encierran en los baños para fumar, pero Babbie y yo apenas procuramos sobrevivir.
Aquí todos fuman. Las salas están ahumadas y por doquier se forman círculos grises de humo, pues no tiene dónde meter-se. Parece tan acorralado y tan a la deriva como los pacientes.
Todos los enfermeros llevan racimos de pesadas llaves colgando de sus batas. El ruido incesante que producen por el recinto es un recordatorio deprimente.30 de Julio
Esta noche Babbie bajó a la sala de asueto a mirar la tele y yo me siento celosa. ¿Voy a perder los estribos porque una niña le dé cariño a una vieja que compartirá con ella su paquete de cigarrillos? No puede ser. No puedo caer en esto.31 de Julio
Hoy, al salir de la escuela, hemos ido a la sala de terapia de grupo para recibir el tratamiento que nos aplicamos. Escuchar a los muchachos ha sido muy interesante. Me moría de ganas de preguntarles cómo se sintieron al llegar aquí por primera vez, pero no dije ni pío. Rossie se mostró muy afectada porque tenía la sensación de que los demás la ignoraban, pero todos le dijeron que tenía mal carácter, que la gente la rehuía precisamente por su afán de acaparar amistades, por su tendencia a pegarse a la gente, etc. Al principio ella se indignó y soltó algún taco, pero antes de acabar la sesión ya se había comprendido mejor, por lo menos así parecía.
Luego se discutieron otros casos, por ejemplo, los que «se nutren de sus propios problemas», y esto resultó muy interesante. Quizás el tiempo que pase aquí me convierta en una persona más capaz.
Después del tratamiento, el presidente del grupo, Carter -cada seis meses se elige presidente del grupo por votación- se sentó a hablar conmigo. Me pidió que expresara libremente mis temores y obsesiones a fin de poderlas analizar. Añadió que guardándolas dentro de uno se agrandan y se deforman. Dijo también que cuando llegó aquí estaba tan asustado que perdió la voz durante tres días; era físicamente incapaz de articular palabra. Fue enviado a este centro porque en ningún otro lugar conseguían manejarlo. Había estado en reformatorios y otras instituciones análogas tantas veces, que había perdido la cuenta, pero la idea de ser internado en un asilo mental le sacaba de sus casillas. Me informó que podríamos salir del Grupo Dos si hacíamos progresos y demostrábamos capacidad de control. En dos ocasiones había formado parte del Grupo Uno, pero lo expulsaron por su mal genio. Dijo también que el Grupo Uno preparaba una excursión dentro de dos semanas, una salida en autocar a unas cuevas de montaña. ¡Cómo me gustaría ir! Debo salir de aquí. Es preciso que salga de aquí.1 de Agosto
Hoy he recibido la visita de mis padres. Todavía creen en mí y papá ha ido a ver a Jan; tiene la impresión de que muy pronto conseguirá, por lo menos, que ella se retracte de su declaración, en la que me acusó de intentar venderle droga.
Estoy satisfecha del grupo de tratamiento. A lo mejor todavía saco algo de este lugar, en vez de que me destruya.2 de Agosto
Hoy he tenido consulta con el doctor Miller y me parece que también me cree. Da la impresión de estar encantado de mi deseo de dedicarme a un trabajo social en el futuro, pues esta clase de actividad es muy necesaria. Me sugirió que preguntase a algunos de los muchachos sobre sus antecedentes. Esta tarea podría ayudarme a penetrar mejor en el interior de la gente, pero me advirtió que no me dejase impresionar por algunas de las cosas que descubriría. Todavía cree que en este mundo hay cosas que pueden asombrarme. Es bueno que ignore la totalidad de mis antecedentes, aunque, ¿los ignora?
Al principio me creí demasiado tímida para abordar directamente a los muchachos y pedirles que me hablaran de ellos, pero el doctor contestó que si yo les explicaba el motivo de mis preguntas todos me ayudarían.
Todavía no estoy muy segura de que yo quiera, realmente, fisgonear en las vidas ajenas, porque tampoco estoy segura de que yo les hablaría de la mía. Quizá si, omitiendo lo peor.
Esta noche miré un rato la tele, pero sólo hay seis jóvenes en el pabellón y treinta señoras mayores, y como los programas se eligen por votación, son ellas las que ganan, naturalmente. Será mejor dedicarme a leer o a escribir. Trato de hacer leer a Babbie, y si le insisto tal vez mañana saque un libro de la biblioteca del centro juvenil. Le ayudaría; la sacaría de sus cavilaciones si logra concentrarse en la lectura. Su asistente social hace gestiones para enviarla a un centro de tutela, pero con sus antecedentes no será fácil y. al parecer, sus padres no la quieren más en casa. ¿No es triste?
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Pregúntale a Alicia
FanficPregúntale a Alicia es algo más que un libro. Son las confesiones de una joven de quince años que busca su lugar en el mundo mientras descubre, sin quererlo, el lado más oscuro de la vida.