XVII

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3 de Diciembre
Anoche fue la peor noche de mi puerca, podrida, apestosa,
terriblemente cabrona vida. Sólo éramos cuatro, y Sheila y Rod, su novio de turno, nos iniciaron a la heroína. Al principio tuvimos algo de miedo, pero luego nos convencieron de que todas las historias de horror que se cuentan sobre el caballo son puros mitos americanos. Creo, no obstante, que estaba muy excitada, y la verdad es que me moría de ganas de probar viéndoles a ellos prepararlo. El sabor produce una gran sensación, diferente a todo lo que había probado. Me sentí amorosa, lánguida y maravillosamente blanda, como si flotase sobre la realidad y las mundanas cosas se hubiesen perdido para siempre en el espacio. Pero, antes de perder totalmente la noción de lo que ocurría a nuestro alrededor, vi a Sheila y a su lameculos preparándose un «rápido». Recuerdo que me extrañó ver que se disponían a ponerse tan «altos» cuando acababan de ponernos a nosotros tan maravillosamente «bajas», y sólo más tarde me di cuenta de que los asquerosos hijos de perra se habían turnado para violarmos, tratándonos sádica y brutalmente. Ése había sido su plan estratégico desde el comienzo, los ruines come mierda.
Cuando finalmente Chris y yo pudimos salir de allí, nos fuimos, baldadas, a nuestro piso, y una vez allí hablamos largo y tendido. Lo teníamos bien merecido. La porquería que acompaña la droga la encarece tanto que nadie puede pagarla. Esta vez vamos a observarnos y ayudarnos mutuamente. Yo había condenado a Richie por ser un maricón, pero tal vez fui injusta. Con la porquería que tomaba a diario no es de extrañar que perdiera el control de sus actos.

Todavía diciembre
Chris y yo hemos hablado de nuevo y decidimos abandonar esta cabrona escena. Tenemos setecientos dólares, contando con el salario de ayer, y podemos abrir nuestro tenderete en alguna zona modesta. No vamos a golfear más. Las dos estamos hartas. Me duele dejar al señor Mellan¡. ¡Ha sido tan amable, bueno y considerado conmigo!, pero ni Chris ni yo podemos soportar la idea de volver a ver o de oír hablar de esa perra sádica de Sheila. Supongo que tendré que dejar otra nota dando las gracias y diciendo:
«Le quiero mucho».

5 de Diciembre
Hemos pasado diez horas del día buscando dónde instalarnos, sin
resultado; hemos decidido que podríamos abrir comercio cerca de Berkeley. Los muchachos de allá llevan mucha bisutería, y Chris se trajo de la tienda algunos nombres de proveedores, y yo estoy segura de poder hacer alguna cosa original que he aprendido del señor Mellani Podrá ser un tenderete divertido; Chris como compradora y vendedora, y yo creando cosas originales.

6 de Diciembre
Hoy hemos encontrado nuestro nuevo hogar. Es un minúsculo
entresuelo cerca de Berkeley, zona que se ha convertido en un distrito comercial, de manera que podremos utilizar la cocina y el cuarto como sala, y la sala como microscópico comedor, sala de exposición y taller. Mañana nos mudamos y lo pintaremos. Tenemos una ventana que da a la bahía, a poca distancia de la calle, lo cual puede convertirla en fantástico escaparate, y si repintamos y recubrimos los muebles no quedará mal. Vamos a hacer toda clase de locuras, como por ejemplo: cubrir los viejos cacharros de fieltro -es barato- y forrar las sillas con imitación de piel de leopardo. Si podemos, tapizaremos las paredes del mismo material. Será bueno tener otra vez algo llamado hogar, y éste lo arreglaremos para amarlo y vivirlo. En el otro cuarto no gastamos ni un céntimo.

9 de Diciembre
Estuve demasiado ocupada para escribir. Hemos trabajado veinte
horas diarias. Nos reímos si alguna vez decimos cuánto nos gustaría tomar una anfeta, pero ni Chris ni yo cederemos nunca más. No hemos hecho nada para los aposentos, pero la pieza donde expondremos es adorable. Ya han entrado algunos muchachos para decirnos el magnífico aspecto que tiene y a preguntarnos cuándo abrimos. No hemos podido tapizar, pero hemos pintado el suelo de un color rosado, y las paredes de un rosa y blanco hasta los matices del rojo más suave y púrpura. Es algo sencillamente formidable. En vez de imitación de leopardo hemos decidido utilizar imitación de piel blanca y resulta algo fantástico. Chris ha estado todo el día en los almacenes de mayoristas y mañana abrimos después de dormir, o sin dormir.

10 de Diciembre
Al parecer, Chris supo exactamente lo que había que comprar, pues
hoy hemos vendido por valor de veinte dólares. Mañana tendrá que volver al mercado.

12 de Diciembre
Los grifos gotean y el retrete está atascado, y sólo tenemos agua
caliente parte de¡ día, pero no importa. Los muchachos entran a mirar nuestra tele, que hemos instalado en la sala de exhibición, o sencillamente, se sientan y charlan. Hemos cortado las patas de las sillas del comedor y ahora sólo quedan a un pie del suelo, de modo que, con las cinco sillas (la sexta está rota y sin remedio), tenemos un agradable foro de conversación. Hoy, uno de los muchachos ha sugerido que podríamos tener unos cuantos refrescos en la nevera y cobrarlos a cincuenta centavos con derecho a televisor. Creo que vamos a intentarlo. Incluso hemos pensado en adquirir, dentro de unas semanas y si las cosas marchan, un tocadiscos de segunda mano. Nuestra sala de exhibición es realmente grande y sólo necesitamos la mitad para nuestro negocio.
La mayoría de los muchachos que vienen parecen disponer de mucho dinero y compran bastante. Bien podemos permitirles sentarse, por ahora.

13 de Diciembre
Hoy, uno de los muchachos que ha venido varias veces, nos ha
ofrecido en venta, por veinticinco dólares, su tocadiscos estéreo, pues dice que va a construirse uno nuevo. Nosotros aceptamos radiantes y esta noche vamos a cubrirlo de terciopelo rojo y de tachuelas doradas. ¡Qué sorpresa se llevarán mañana los muchachos! Me alegra estar siempre tan cansada, porque así duermo en seguida, en cuanto toco la cama. Así no tengo que pensar, especialmente en la Navidad.

15 de Diciembre
Esta mañana Chris salió temprano para visitar a los mayoristas y yo
me quedé limpiando y ordenando la tienda, escuchando discos. Luego oí Shes Leaving Home, y antes de darme cuenta estaba llorando a lágrima viva. Esa canción ha sido escrita para mí, sobre mi y sobre tantas muchachas, miles de muchachas que intentaron escapar de casa. Tal vez después de las Navidades vuelva a mi hogar, quizá incluso antes. El lío con Richie debe de haberse aclarado ya y yo podría volver y reanudar el colegio a mitad de curso. Chris podría quedarse con la tienda, pues para entonces podríamos estar bien situadas, o tal vez quiera venirse conmigo y volver a su casa.. Pero, por ahora, ni siquiera lo mencionaré.

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