XV

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26 de Octubre
Estamos en San Francisco, en un apestoso y asfixiante cuartucho.
Después de tantas horas miserables pasadas en autocar, ambas estamos mugrientas. Mientras Chris toma un baño escribiré unas líneas hasta que me toque el turno. Estoy segura de que tenemos suficiente dinero para vivir en espera de encontrar trabajo, pues yo tenía ciento treinta dólares que debía haberle dado a ese bandido de Richie, y Chris pudo retirar cuatrocientos y pico que tenía en el banco. Este pequeño antro y nido de arañas cuesta noventa dólares mensuales, pero al menos tendremos un techo mientras encontramos trabajo y un lugar más decente.
Sufro mucho por mis padres, pero saben que estoy con Chris y la consideran una buena y respetable muchacha que no me estropeará. ¿Podría estropearme más de lo que estoy?

27 de Octubre
Chris y yo hemos pasado el día buscando trabajo. Recorremos todos
los anuncios del periódico, pero o somos demasiado jóvenes, o no tenemos bastante experiencia, o carecemos de referencias, o quieren que nos acompañe alguien o dicen que ya nos llamarán. Nunca me sentí tan extenuada en toda mi vida. Esta noche no necesitaremos nada para dormir, incluso sobre esta superficie abultada y húmeda llamada cama, instalada en este cajón destartalado.

28 de Octubre
Aquí todo está siempre pegajoso y húmedo. En el retrete incluso
crece una especie de musgo viscoso, pero, gracias a Dios, no estaremos mucho tiempo más en este agujero, por lo menos eso espero. La caza de empleo no ha sido hoy más afortunada que ayer. Tampoco pudimos localizar al amigo de Chris.

29 de Octubre
Encontré trabajo en una pequeña tienda de lencería. No pagan
mucho, pero al menos nos dará para comer alguna cosa. Chris seguirá buscando un empleo mejor y cuando lo encuentre yo dejaré el mío para buscar algo más atractivo. Chris cree que tal vez dentro de un año podamos abrir nuestra propia boutique. ¡Sería maravilloso! Y quizá si nos va muy bien podamos invitar a nuestras familias a contemplarnos y glorificar nuestro éxito.

31 de Octubre
Chris no ha encontrado trabajo todavía. Busca todos los días, pero
hemos decidido que no acepte cualquier cosa. Ha de ser en una tienda de categoría para que pueda aprender lo que necesitamos saber para dirigir nuestra propia empresa. Por la noche estoy tan cansada que apenas puedo meterme en cama. No sabía que trabajar de pie todo el día para atender a gentes gruñonas y asquerosas pudiera ser tan agotador.

1 de Noviembre
Chris y yo hemos pasado el día visitando el barrio chino y el parque
Golden Gate, también cruzamos el puente en autobús. Es una ciudad maravillosa y estimulante, pero quisiera estar en casa. Claro, a Chris no se lo he dicho.

3 de Noviembre
Chris por fin ha encontrado trabajo. Es la tiendecita más formidable
que he visto en mi vida. Fui al salir de mi trabajo y me compré un par de sandalias. Allí puede aprender todo lo que se necesita saber sobre compras, exposición y venta, pues sólo hay dos empleadas. Sheila es la propietaria y, sin duda alguna, es la mujer de aspecto más fabuloso que he visto en mi vid a. El cutis claro y blanco como la nieve y las pestañas largas como mi brazo, falsas naturalmente. El pelo es negro como el azabache y mide un metro ochenta, por lo menos, estoy segura. No comprendo como no trabaja de modelo, en el cine o en la televisión. Su tienda está en una zona muy exclusiva y sus precios son elevados, elevados incluso con el descuento que me hizo Chris. Pero, de todos modos, sentía necesidad de despilfarrar un poco después de todos los apuros que hemos pasado y seguimos pasando.

5 de Noviembre
Cada día tengo más nostalgia de mi casa en vez de sentirme
apartada de ella. ¿Cómo se sentirá Chris? No me atrevo a decir nada por miedo a que me crea una grandísima boba, lo que, probablemente, soy. La verdad es que si no le tuviera tanto miedo a Richie creo que volvería a casa. Estoy segura de que trataría de complicarme si pudiera. Es un tipo tan débil, tan vengativo y tan consentido. Ahora veo cosas en él tan repulsivas que me parece imposible que haya estado tan miserablemente enamorada de él. Supongo que he sido, sencillamente, una estúpida, una necia pidiendo que me engañaran. Y me engañaron. ¡Y cómo! Pero la próxima vez no seré tan estúpida, sólo que no habrá próxima vez. Nunca, nunca, en ningún caso, volveré a drogarme. Las drogas son la raíz y la causa de todo ese podrido y apestoso lodazal en que estoy metida, y de todo corazón, con toda mi alma, quisiera no haber oído jamás hablar de ello. Quisiera que las cartas no llevaran matasellos, porque entonces podría escribir a mamá y papá, ya mis hermanos y a los abuelos y, tal vez, a Roger. ¡Quisiera decirles tantas cosas! Pero es una lástima no haberme dado cuenta antes.

8 de Noviembre
Levantarse, comer, trabajar y desplomarse sobre la cama,
extenuada. Ya ni siquiera me baño todos los días; es demasiado arduo esperar que el cuarto de baño quede libre.

10 de Noviembre
Dejo mi trabajo y voy a dedicar mi tiempo a buscar otro más
interesante. Sheila tenía una lista de sitios adonde ir, dando su nombre como referencia.
P. D. Ahorramos y compramos un aparato de televisión de segunda mano por quince dólares. No funciona muy bien, pero alegra la habitación.

11 de Noviembre
Bueno, Diario, ¿qué te parece? Encontré trabajo a primera hora y en
la segunda tienda donde me presenté. Mario Mellan¡ hace exquisitas joyas, muchas de las cuales llevan incrustadas piedras preciosas. Quería alguien joven y lozano para que sirviera de escaparate o fondo para su obra. Me siento muy halagada de que me haya elegido a mí. El señor Mellaru es grande y gordo y jovial. Me ha dicho que tiene esposa y ocho hijos y que viven en Sausalito. Ya me ha invitado a cenar con ellos un domingo para que los conozca.

13 de Noviembre
Mi nuevo trabajo me encanta. Para mí, el señor Mellan¡ es como mi
segunda familia. Aquí lo tienes, en una tienda exclusiva del salón de un hotel increíblemente caro, y sin embargo cada día se trae su almuerzo envuelto en papel y lo comparte conmigo. Dice que así no va a engordar demasiado. Y el domingo Chris y yo vamos a su casa. ¿No es fantástico? Será maravilloso Ver de nuevo a una tropa de críos. Tiene un hijo llamado Roberto, de la misma edad de Tim, y otro muchachito tres días más pequeño que Alexandria. Creo que soy huérfana, y realmente lo voy siendo. Pero, bueno...
¿Sabes? Si no fuese tan rara podría salir con muchos hombres. Nuestro salón, donde está instalada la tienda, está siempre lleno de señores muy gordos y muy ricos, acompañados de sus viejas esposas ataviadas de visón, chinchilla y martas. Los hombres encierran a las esposas en sus suites y luego bajan y me hacen proposiciones. También hay multitud de tipos que parecen representantes de comercio tratando de meter algo más que mercancía, pero en pocos días he aprendido a localizarlos en cuanto entran.
Chris y yo tenemos la suerte de que tanto su tienda como la mía cierran el domingo y el lunes, lo que nos proporciona dos días libres. A nuestro alrededor no hay mucha gente joven Sheila debe de tener treinta años, aunque se conserve terriblemente, y por supuesto, el señor Mellan¡ podría ser mi padre, en realidad se está convirtiendo rápidamente en mi padre. Mañana vamos a su casa.

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