XIII

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22 de Agosto
Mi aspecto no es precisamente una maravilla. Al parecer, ayer toqué alguna planta venenosa y hoy se me nota. Esta clase de arbustos es rara por aquí, pero tenía que ser yo quien la encontrara. Estoy toda roja e hinchada y me pica todo el cuerpo. De tan hinchados, los ojos se me han cerrado casi por completo. ¡Qué facha tengo! Vino el doctor y me puso una inyección, pero no parece muy animado. ¡Qué lata!

24 de Agosto
No sabía que la viruela loca fuese tan contagiosa, pero ahora Alex la ha cogido de mi ropa o de lo que sea. No está tan mal como yo, pero el picor le causa mucha desazón. Vinieron de la universidad a preguntarme si había tropezado con algún matorral nocivo, con objeto de destruirlo, pero no tengo la menor idea.

27 de Agosto
¡Hurra! Vamos a Nueva York para el fin de semana. Mamá, Tim, Alex y yo tomamos el tren mañana y no volveremos hasta el lunes. ¿No es fantástico? Todas esas tiendas y otras cosas... Estoy impaciente. Mi viruela loca me ha dado sólo unos puntos rosados que estoy segura podré tapar con maquillaje. Tomamos el tren a las siete y cuarto de la mañana, y papá dice que puedo comprarme muchas novedades para el liceo. ¡Hurra, hurra!

29 de Agosto
Manhattan es increíblemente cálido y asfixiante. Mientras uno está en los grandes almacenes todavía se aguanta, pero una vez en la calle tienes la sensación de andar sobre un horno. El calor emana de las aceras en nubes enormes, y no comprendo cómo puede soportarlo la gente que vive aquí. Joel dice que en Chicago es igual, pero me cuesta creerlo. De todos modos, la mayor parte de la mañana la pasamos haciendo compras en Bloomnigdale, y por la tarde, para huir del calor, fuimos a ver una película en Radio City.
Cometimos el mayor error tomando el metro. Estaba tan abarrotado de gente que parecíamos col agria prensada en un frasco, y olíamos igual. Una vieja gorda se agarró a la argolla del techo junto a mí y su vestido sin mangas dejó al descubierto un increíble nido en la axila. Ha sido el paisaje más apestoso que he visto. Espero que Tim no lo haya notado, porque de lo contrario habrá tomado asco a las mujeres para el resto de su vida. Mañana visitamos el Museo de Arte Moderno y un par de cosas más. No creo que nos quedemos hasta la noche del domingo porque mamá está tan incómoda como nosotros.

2 de Septiembre
Finalmente no vamos a pasar por Chicago. En la universidad hacen cambios de personal docente y papá tiene que regresar. Había ofrecido detenernos brevemente en Chicago para no decepcionarme, pero yo no puedo aceptar el esfuerzo; además, dentro de unas semanas veré a Joel, y todavía no somos novios ni nada. ¡Qué más quisiera yo!

4 de Septiembre
Conducir todo un día y casi una noche de un tirón le deja a uno para el arrastre. Papá no puede con su alma, y Alex no hace sino retorcerse. Me gustaría poder ayudar con el volante, pero papá se opone terminantemente a que conduzca sin el permiso correspondiente. Voy a sacárme lo en cuanto pueda.
Si encontramos otra cartelera por la carretera voy a perder el juicio.

6 de Septiembre
Por fin llegamos a casa. El pobre papá tiene que ir a su tarea en la universidad y sé que está hecho polvo. Si a mi edad me encuentro tan cansada no comprendo cómo él puede dar un paso. Mamá trajina por la casa, jovial como un pajarillo, pero supongo que es por el hecho de estar en su hogar, hogar, HOGAR:
¡qué palabra más hermosa, maravillosa, divina y adorable!
También yo empiezo a sentirme muy bien. Hace apenas unas horas ninguno de nosotros creía poder vivir unos minutos más, pero ahora hemos recobrado aliento. Alex ha volado a casa de Tricia a recoger la gata y los gatitos, y Tim ya está haciendo chapuzas en su «asqueroso cuarto», como lo llama Alex. Yo hago lo que más me gusta: disfrutar a mi antojo de mi adorable habitación, con mis libros y los cachivaches de mi pertenencia. Me cuesta elegir entre tocar el piano, quedarme enroscada sobre un libro o hacer una adorable siesta. Creo que optaré por la siesta.

7 de Septiembre
Hoy he conocido a Fawn en los almacenes y me ha invitado para que vaya esta noche a bañarme en su piscina. ¿No es maravilloso? Quizás este año pueda volver con los muchachos normales y entonces los drogadictas no se atrevan a molestarme. ¿No sería perfecto? En cualquier caso, Fawn y sus hermanas forman un ballet acuático, y como no soy muy buena nadadora, ella ha prometido enseñarme. Confío en que no me ahogue ni dé con la cabeza en el fondo de la piscina.

10 de Septiembre
No sé por qué tengo que ser tan insegura y asustadiza. Hace muy poco que conozco a Fawn y ya casi me siento celosa de sus amigos. Creo que son tan gentiles como mordaces y que en realidad no me quieren con ellos, lo cual es bastante estúpido, puesto que continuamente me invitan a salir. Sospecho que no soy más que una inestable. Sólo espero que ninguno de ellos haga caso de todos esos rumores que circulan sobre mí. En realidad ignoro con quién han hablado Jan y Marcie y todos esos drogadictas, pero confío en que lo hayan extendido por todo el liceo. ¡Oh!, espero que no me lastimen de nuevo. Me pregunto si todas las muchachas son tan tímidas como yo. Si sospecho que un muchacho quiere invitarme, me siento morir, y si lo intenta, entonces desearía desaparecer.
Al igual que la noche pasada. Estábamos todos nadando, cuando de pronto irrumpió un grupo de muchachos, y el padre de Fawn, que es realmente encantador, les invitó a entrar para que tomaran un poco de ponche. De este modo iniciamos una pequeña juerga, para entretenemos; entonces regamos todo el patio con la manguera y bailamos sobre el cemento mojado. Fue muy divertido, y sospecho que yo debía de estar algo mona, pues Frank me invitó a salir con él. Después quiso acompañarme a casa, pero yo me quedé para ayudar a Fawn a limpiar un poco. Sin embargo, sospecho que la verdad es que nunca mas voy a interesar a los muchachos. Mamá dice que únicamente se debe a que de nuevo me siento asustada e insegura. Espero que ella esté en lo cierto. ¡Confío en que así sea!

11 de Septiembre
Fawn me llamó esta mañana. El viernes quiere celebrar una fiesta e invitar a algunos muchachos. Esta tarde iré a ayudarla a planearlo todo, pero preferiría no meterme en esto. Wally la sacó anoche y hoy se va al cine con él. Me gustaría más que no fuera. No sé por qué me preocupa Fawn, puesto que tiene unos meses más que yo, pero opino que los muchachos están en el origen de la mayoría de los problemas. Por lo menos así ha sido en mi caso, lo cual posiblemente sea una enorme mentira. De todos modos, esta mañana leí un artículo sobre personalidad y responsabilidad, en el cual se decía que los muchachos que no están autorizados a tomar decisiones por si mismos nunca maduran, y que tampoco lo logran aquellos que han de tomarlas sin estar aún preparados para ello. No creo encontrarme entre ninguna de las dos categorías, pero la idea es interesante. Hasta luego.

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