VI

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17 de Junio
Joel supo que murió la abuela y me llamó para darme el pésame. Realmente me levantó el ánimo, y se ofreció a venir después del funeral. ¡Me alegra tanto que venga! Voy a necesitarlo.

19 de Junio
Creo que lo que me ha sostenido hoy fue saber que, tras el funeral, Joel estaría aquí. Cada vez que sentía ganas de llorar lo imaginaba sentado en nuestra salita, esperándome, y esto me hacía un gran bien. Ojalá mamá tuviera algo en qué pensar, pues estaba muy afectada. Nunca la he visto tan abatida. Papá hizo lo que pudo, pero no creo que consiguiera ayudarla.
Al llegar a casa, Joel y yo nos sentamos en el patio de atrás y conversamos un buen rato. Su padre murió cuando él tenía siete años, y desde entonces ha reflexionado mucho sobre la vida y sobre la muerte. Sus sentimientos e ideas son tan maduros que me cuesta trabajo no creer que tiene cien años. Además, es una persona muy espiritual, no religiosa, sino espiritual, y siente profundamente las cosas. Creo que la mayoría de los muchachos de nuestra generación tienen esta característica. Incluso bajo los efectos de la droga, muchos jóvenes creen ver a Dios o comulgar con algo celestial. De todos modos, al marchar se Joel me besó tiernamente en los labios por primera vez. Es tan bueno y tan agradable que espero de verdad que un día seamos el uno para el otro.
Hoy, lo peor ha sido ver cómo bajaban el blando y frágil cuerpo de la abuela a la sombría e interminable fosa. Parecía como si el hoyo se la tragara, y cuando empezaron a arrojar tierra sobre el féretro creí que iba a ponerme a chillar. Pero Joel dijo que no había que pensar en ello, porque la muerte no significa esto exactamente. Acaso tenga razón. No debo pensar en ello, sencillamente.

20 de Junio
Puesto que el curso ha terminado, hay muchas actividades sociales y trato de no sufrir por el hecho de que se me excluya. Supongo que ha de ser indecente querer salir ahora, cuando acaba de morir la abuela. Pero debo ser sincera contigo, Diario mío, y estoy cansada de yerme excluida y de fingir que no me afecta. Estoy tan cansada que, alguna vez, tengo ganas de fugarme de nuevo y no volver nunca más.

22 de Junio
Anoche, la policía pescó un grupo de muchachos y muchachas en una fiesta y hoy me echan la culpa a mí. Jan se me acercó en el drugstore para decirme que esta vez voy a pagar caro el chivatazo. Traté de decirle que no sabía nada pero, como de costumbre, no quiso escucharme.
No sé lo que voy a hacer si comienzan de nuevo a importunarme. No creo que esta vez pudiera soportarlo, aunque Joel y mi familia me respalden. Es demasiado.

23 de Junio
Todo va mal y yo no puedo con mi alma. Realmente, no puedo. Hoy iba por la calle, junto al parque, cuando un muchacho que ni siquiera conozco me agarró del brazo y me amenazó, retorciéndomelo e insultándome con las cosas más viles. Pasaban muchos muchachos por allí y quise gritar, pero no pude. ¿Quién me habría ayudado? Los muchachos decentes ni siquiera saben que existo. Luego me empujó detrás de unos matorrales y me besó. Fue algo humillante y repugnante. Introdujo su lengua en mi boca, retorciéndola hasta producirme náuseas y hacerme llorar.
Dijo que lo que yo necesitaba era un buen revolcón y que si hablaba de aquello con alguien iría a mi encuentro para arreglar cuentas.
Estaba tan aterrada que me fui corriendo al despacho del abogado y le pedí que me llevara a casa. Mamá creyó que estaba enferma y me acostaron en la cama. Estoy enferma. No dejo de vomitar y no puedo concentrarme. ¿Qué voy a hacer, dime, qué voy a hacer? No debo decírselo a mamá pues, tras la muerte de los abuelos ya sólo faltaría esto. Oh, ¿qué puedo hacer?

24 de Junio
Esta mañana, durante el desayuno, le dije a mi familia que los drogadictas me acosaban de nuevo. Papá se ofreció para ir a hablar con algunos de los padres de esos muchachos, pero le supliqué que no lo hiciera para no agravar más las cosas. Le dije, incluso, que cerrara bien su coche, porque alguien me había amenazado con meterle droga. Por supuesto, tuve que advertir a Tim y a Alex otra vez, pero esto no resuelve nada Me siento como en estado de sitio y los demás no parecen tomarlo en serio. Papá opina que los muchachos se limitan a molestarme, pero que no me harán daño. No pude contarle lo que pasó ayer y tendré que dejarlo con la idea de que todo va sobre ruedas.

Más tarde
Mi dulce mamá me llevó esta tarde a la Universidad para que yo viese a Joel. Dijo que tenía que recoger algo en el despacho de papá, pero yo sé que en realidad pensó en mi. Es verdaderamente buena mi madre.
Tras una breve conversación con Joel, sin saber por qué, le pedí que me acompañara, y con el corazón en un puño le conté parte de la verdad. No tenía la intención de decírselo, pero ahora me alegro de haberlo hecho. Su reacción fue la que siempre supuse que tendría. Dijo que yo significaba mucho para él y que confiaba en que sabría comportarme porque soy una persona básicamente buena y sólida. Tal vez lo dijera porque ahora se va de vacaciones a su casa tras el cierre de la universidad, pero me dio como recuerdo el reloj de oro que le confiara su padre, y yo le entregué a cambio el anillo de mi abuela. Fue algo tremendo. Y ahora me siento la cosa más gris de todo lo gris que existe en el mundo.

25 de Junio
Hoy, nuestro sector parecía un manicomio con tanta gente preparando la fiesta anual de final de curso. Ninguno de los elementos de la pandilla de la marihuana me prestó la menor atención, y esto me alegra. Acaso tengan otro proyecto. Es raro que un gran liceo como el nuestro pueda estar dividido en dos mundos por completo diferentes, que parecen ignorarse mutuamente- ¿No habrá muchos otros mundos? ¿Será el liceo como una galaxia menor, con un pequeño planeta para cada grupo minoritario, otro para los muchachos pobres, una para los ricos, otro para los drogadictas, o tal vez para los drogadictas privilegiados, y otro para los de origen modesto? ¿No será que ninguno de nosotros somos totalmente conscientes de los demás planetas hasta intentar pasar de uno al otro? ¿Será éste el pecado? O quizá el problema real sea tratar de regresar al globo de origen. Todos los muchachos que han experimentado con drogas no tienen este problema, ¿o lo tendrán todos? Deberé averiguarlo en el futuro; por lo menos, habrá que proponérselo. Chris tuvo más suerte; su familia se trasladó a una ciudad donde nadie la conoce.
P. D. He visto a tres de los muchachos más decentes y me han preguntado si voy a la fiesta del colegio. ¿No habrá empezado el deshielo? ¡Ojalá, ojalá!

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