XV

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20 de Septiembre
Apenas había abierto los ojos cuando me llamó Frank invitándome a salir esta noche, pero le dije que estaría ocupada con mi familia todo el fin de semana. Pareció defraudado, pero creo que no lo puso en duda. De todas maneras, no tiene importancia; de la cocina hasta mi cuarto llega el olor a tocino frito y tengo un hambre feroz. Hasta luego.
P.D. El cumpleaños de papá ha sido soberbio. Todo el mundo ha estado cariñoso y atento. Lo pasamos estupendamente, pero ya te contaré más tarde.
P.D. El suéter y mi poema le encantaron. Pienso que le gusta especialmente el poema, pues lo escribí particularmente para él. Cuando lo leyó en voz alta incluso se sonó la nariz.

Más tarde
Toda la familia está conspirando y la casa se ha llenado de fragancias culinarias que te hacen la boca agua, como si guisaran algo para reyes y exóticas princesas. ¿Qué estarán fraguando? Ni mamá, ni Tim, ni Alex me dejan entrar en la sala. Me ordenaron subir a mi cuarto, bañarme, peinarme y no bajar hasta haberme convertido en la criatura más bella del mundo. No sé cómo creen que voy a conseguirlo, pero será divertido intentarlo.

Más tarde todavía
A que no adivinas lo que pasó: Joel estuvo aquí. Yo sabía que se inscribiría con retraso a causa de su trabajo, pero... Bueno, todavía no me lo creo. ¡Ah, el tacaño! Ha estado cuatro días enteros por aquí y yo tuve que encontrármelo en la sala al llegar a casa esta tarde, con mis viejos pantalones y la camisa de papá, la más raída y sudada, con manchas de pintura blanca. Al ver-me con esa facha quiso dar media vuelta y regresar a Chicago, pero, gracias a Dios, subí a cambiarme de ropa, me puse mi vestido blanco y calcé nuevas sandalias. No podía creer que era la misma persona. Tim y papá se echaron a reír diciendo que habían tenido que atarlo a una silla para que no escapara cuando me vio entrar la primera vez.
Anoche fue divertido, muy divertido, y espero que todo aquello lo dijeran en broma. De todos modos, cuando Joel me besó en los labios en presencia de toda la familia y me apretó hasta hacer crujir mis huesos como leña seca, fue algo maravilloso pese a sentirme un poco turbada.
Lo habían planeado durante todo el verano. ¡Y yo que creí que mi aniversario iba consistir en las migajas del de papá...! No sólo fue especialmente concebido para mí, sino que resultó el mejor cumpleaños de mi vida. Joel me ofreció un anillo esmaltado de blanco con pequeñas flores alrededor que llevaré hasta que me muera. Ya lo tengo puesto y es verdaderamente precioso. Papá y mamá me regalaron una chaqueta de piel que estaba deseando tener desde hacía tiempo. Tim me ofreció un chal y Alex un dulce de cacahuete que se comieron Joel, papá, y Tim para desquitarse, pues el pastel del aniversario de papá me lo comí casi todo yo. ¡Qué Alex!; sabe hacer el dulce de cacahuete mejor que mamá y que yo misma. Ella lo sabe, pero no nos dará la receta. Debe de haber salido tan bueno porque la dulzura que ella posee se habrá derramado sobre los cacahuetes.
Sólo pude estar a solas con Joel unos diez minutos, sentados en la escalera de la entrada antes de que papá lo condujera a su residencia.
Olvidé incluso preguntarle dónde era, ¡teníamos tantas cosas que contarnos! Estoy segura de que me quiere a su manera, tranquila, suave, gentil, duradera. Casi toda la noche nos dimos la mano, pero esto no significa gran cosa, pues Alex le retenía la otra y Tim trató de llevárselo para enseñarle lo que había coleccionado durante el verano.
Bueno, si mañana debo levantarme temprano y afrontar el liceo será mejor que duerma un poco. Además, quiero soñar el adorable día de hoy y el mañana más adorable aún, y los días sucesivos, todavía más adorables.

21 de Septiembre
Me desperté antes de que tocara el despertador. Son las cinco y cinco solamente y dudo que haya otra persona despierta en todo el barrio, pero yo estoy tan desvelada que apenas lo soporto. Creo sinceramente que en mi interior estoy apabullada, asustada de ir al liceo, pero la razón me dice que todo saldrá bien porque tengo a Joel y a mis superdecentes amigos para ayudarme. Además, estoy más fuerte que antes. Lo sé.
Pensaba adquirir otro Diario cuando tú estés lleno; incluso creí que toda mi vida llevaría un Diario. Pero ahora me parece que no lo haré. Los Diarios son formidables cuando una es joven. Tú me has salvado de la locura cien, mil, millones de veces; mas creo, sin embargo, que cuando una envejece ha de ser capaz de discutir sus problemas e ideas con otra gente, en vez de hacerlo con una parte de sí misma. Y tú has sido esto para mí. ¿No te parece? Espero que si, pues eres mi amigo más querido y te agradeceré eternamente que hayas compartido mis lágrimas y penas del corazón; mis luchas y porfías; mis alegrías y felicidades. En cierto modo, todo ha ido bien, ¿no crees?
¡Hasta la vista!

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