–¿Me estás diciendo que después de todo lo que hicimos ayer el conquistado no fue Lance si no tú? –Acxa preguntó acusadora.
–Sí, que puedo decir, me regaló un peluche gigante de hipopótamo, casi me atraganto al verlo entrar por la puerta, fue tan inesperado y vergonzoso –Keith apoyó sus codos sobre el mostrador.
–No me digas que después de todo nuestro esfuerzo, no hiciste nada para conquistarlo –Romelle se unió a la conversación.
–No sé si cuente, pero le regalé un peluche de tiburón que conseguí para él en la garra, aun recuerdo su sonrisa –Keith dijo en un suspiro.
–Pareces adolescente enamorada –Romelle comentó en broma.
–¿No deberías estar tomando ordenes? –Keith le dijo a Romelle acusador.
–Para tu información, el restaurante ha estado vacío toda la mañana, así que tengo el derecho de estar aquí y chismosear sobre tu vida amorosa –Romelle se cruzó de brazos ofendida.
–Mira la foto que me envió, definitivamente el verdadero conquistador es Lance –Acxa le mostró la foto enviada por Keith del peluche.
–Aw, es tan lindo, yo quiero un novio así –Romelle comentó risueña–, tranquilo, Lance es tuyo.
–Yo creo que a Hunk le gustaste –Acxa comentó burlona.
–No podemos estar juntos, él es el hijo de mi jefe, esto parece telenovela –Romelle se llevó una mano a la frente dramática–, de hecho, me pidió mi número, miren su foto de perfil, se ve adorable.
–Veo que también te gusta él –Keith comentó burlón.
–Tú cállate, al que molestamos aquí sobre asuntos amorosos eres tú –Las mejillas de Romelle se pintaron de un suave rosado.
–Que asco, estoy rodeada de ositos amorositos –Acxa tomó las mejillas de Romelle y empezó a jalarlas.
–Dices eso ahora, ya veras cuando encuentres a alguien que te guste –Keith comentó codeándola.
–Eso nunca va a pasar –Acxa bufó haciendo que su mechón de cabello se apartara de su rostro por un momento.
Los tres chicos se tomaron toda la mañana hablando, Romelle se unió rápido a ese par gracias a su agradable actitud asociable y espontanea, cuando llegó la hora del almuerzo cada uno se fue a trabajar en lo suyo, Romelle como mesera, Acxa de cajera y Keith de repartidor.
A la hora del almuerzo en la empresa Altea, Lance, Hunk y Pidge se sentaron juntos a comer, Pidge estaba narrando sobre la aburrida cena familiar en la que estuvo ayer, como todos aún la trataban como una niña y cómo esto le molestaba.
Coran apareció a la mitad de la narración de la chica, le pidió a Lance que lo acompañara.Lance siguió a Coran hasta su oficina, y el hombre de bigote pidió que lo esperara, entró primero y después de unos segundos le dijo que podía seguir, la oficina de Coran es extravagante, no llega mucha luz
–Lance, me es un placer presentarte a Alfor, mi socio y amigos desde hace muchos años, formar una alianza con este hombre ha sido la mejor decisión de mi vida –Coran dijo con vigor.
–Es un gusto conocerte, Lance –Alfor, un hombre alto, piel oscura, y cabello blanco, extendió su mano en saludo.
–Lo mismo digo, señor Alfor –estrechó su mano.
–Lance, debes tener una vaga idea del porque fuiste convocado aquí –Coran se dio un momento para aclararse la garganta–, Alfor y yo hemos estado hablando, Alfor tiene una hija la cual lo va a tomar su lugar cuando sea la hora, y yo por mi parte ya me estoy volviendo viejo...
Coran esperó que Lance entendiera lo que quería decir, pero eso no pasó.
–Quiero que guíes a Allura, la hija de Alfor para que dirija la empresa, y espero que puedas acompañarla en su recorrido profesional –dijo con una sonrisa.
Lance se quedó en silencio, no esperaba nada de eso, no era porque no quiciera, él ayudará con gusto, solamente no se lo esperaba, aun así asintió dando a entender que esta dispuesto a ayudar. Unos golpes en la puerta llamaron la atención de los tres hombres. Alfor fue con una sonrisa en él rostro, y giró el picaporte.
Una bella mujer de cabello de piel oscura, vestida con un vestido color celeste y un abrigo juego, tacones altos y bolso colgando de su hombro, y al igual que su resplandeciente sonrisa, un cabello de color blanco, largo y rizado, recogido en una alta coleta.
–Perdón por llegar tarde, me perdí en él comino –se disculpó sin dejar de sonreír.
–Que bien que llegas, estábamos hablando sobre ti –Alfor palmeó él hombro de su hija con cariño.
–¿En serio? Espero que haya sido algo bueno.
–En efecto Allura, hablábamos de la talentosa futura presidenta –Coran dijo orgulloso de la mujer, que antes fue la niña que cuidó y vio crecer–, quiero presentarte a alguien.
Allura se acercó a Coran y se quedó de pie justo a su lado, justo en frente de Lance.
–Allura, él es Lance, te ayudará en todo lo que necesites –Coran se tomó una pausa–. Lance, ella es Allura, el futuro de la empresa.
Allura extendió su mano, mirándolo a los ojos con una sonrisa. Lance por su parte se quedó congelado por un instante, pero terminó por moverse de forma rígida, casi robótica correspondió el saludo.
Después de una corta charla, llegaron a varios acuerdos, pero Lance parecía ausente, perdido en sus pensamientos y también sus recuerdos.
–Vendré mañana a las nueve, iré a buscarte a tu oficina –Allura le dijo a Lance desde la puerta, despidiéndose de todos con la mano, salió del lugar pero antes de irse se asomó–, fue un gusto conocerte Lance.
Lance tambien se despidió de ella con la mano, después de una corta despedida con Coran y Alfor, se dirigió a su oficina, se tiró a su silla, la reclinó lo más posible y se cubrió los ojos con las manos, soltó un largo suspiro y sonrió.
No podía creer que la había vuelto a encontrar.
Cuando Keith regresó del trabajo, encontró a Lance con una tonta sonrisa en su rostro jugando con el peluche de tiburón que ganó para él, eso le hizo avergonzarse y se sentó a su lado.
–¿Cómo te fue hoy? –preguntó.
–Nunca me había ido mejor –respondió haciendo que su sonrisa aumentara de solo pensarlo.
–Me alegra mucho –a Keith se le contagió la sonrisa–, ¿se puede saber que pasó?
–Como decirlo, hace mucho tiempo, cuando era solo un simple humano, conocí a una chica, por... algunas circunstancias, no pude volver con ella, pero ahora siento que la he visto a ver, su apariencia se borró de mi memoria, pero nunca podré olvidar su sonrisa –terminó con un risueño sonrisa y abrazando al peluche contra su pecho.
La sonrisa de Keith se borró, y lo primero que vino a su cabeza fue el recuerdo de Lance fuera de sus cabales y murmurando cosas sin sentido.
"Por favor... Quiero volver a verla"
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Entre Garras y Colmillos - Klance
ParanormalUn vampiro viviendo en una sociedad sin ser descubierto durante siglos suena algo imposible, pero para Lance esto no fue tan difícil. A pesar de tener al rededor de docientos años, su aparecía no supera los 25 años. Un día después de salir de su tra...