Capítulo XXVII

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Al terminar la película, nadie se detuvo a ver los créditos, Pidge y Hunk ya estaban listos para retirarse, pero vieron a Keith dormido apoyando su cabeza la de Lance, quien también estaba dormido. Hunk les tomó una foto y empezó a comentar sobre lo lindos que se veían, pero Pidge no quería ser regañada por no salir de la sala, y los despertó sacudiéndolos.

–¿Mh...? –Keith se talló un ojo.

Lance por su parte bostezó y permanecía sin abrir los ojos.

–Despierten bellas durmientes, es hora de ir a casa –Pidge bromeó.

Salieron de la sala de cine, y lo primero que Hunk vio le hizo agua la boca.

–¡Quiero comer pizza! –Hunk comentó al ver un hombre comiendo una frente a ellos.

–¿Vamos a comer? –Pidge preguntó igual de hambrienta.

–Yo no tengo mucha hambre –Lance comentó algo nervioso.

–Yo tampoco, mejor regresamos antes –Keith intentó apoyar a Lance.

–¿Ya se van a ir? –Hunk puso ojos de perrito.

–No vemos mañana –Lance se despidió con la mano.

Lance y Keith se fueron lo más rápido posible, ya era de noche, la película resultó ser más larga de lo que esperaban, esperaban a que un taxi pasara, era una noche fría, pero muy hermosa, un cielo escuro, estrellas destellantes y una brillante luna llena.

Lance al darse cuenta, volteó a ver a Keith, este se veía completamente tranquilo, lo único que había distinto eran sus orejas y cola, Lance no pudo evitar sonreír, a comparación de veces anteriores, la transformación no causó que enloqueciera.

–¿Qué sucede? –Keith preguntó al notar que estaba siendo observado.

–Mira tu cabeza –Lance señaló.

Keith puso sus manos sobre su cabeza y palpó sus orejas, miró tras suyo y también notó la aparición de la cola, al mirar al cielo se dio cuenta de la luna llena.

–Que extraño, pensé que la transformación seria igual que las veces anteriores.

–Al parecer aprendiste a controlarlo, ese es un gran avance.

Finalmente, un taxi apareció y llegaron a casa aun en ese incomodo silencio, Keith se culpaba a si mismo por sus deslices que debieron hacer sentir a Lance incomodo, mientras que Lance solo estaba pensando en el día de mañana, ¿debería hablar con Coran?

Sin mucho que hablar esa noche, vieron un rato televisión para después solo despedirse e ir a dormir. La mañana siguiente fue igual que siempre, se arreglaron, desayunaron y cada uno fue a su respectivo trabajo.

–Te mereces un aplauso –Keith dijo sarcásticamente.

–¿De que hablas? –Acxa lo miró confusa.

–Lo lograste, conseguiste novia –Keith la codeó.

Romelle al escucharlo, escupió el agua que estaba tomando y la vio interrogándola con la mirada.

–¿Cómo lo sabes?

–Ayer las vi caminando por el centro comercial.

–Quiero ser la madrina –Romelle dijo con un brillo en los ojos.

–A penas somos novias, no nos vamos a casar –Acxa intentó no verse avergonzada.

–Hablando de eso, recordé que este viernes Lotor va a proponerse a Allura, que emoción –Romelle empezó a dar saltitos.

Entre Garras y Colmillos - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora