Capítulo XI

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Sus ojos se abrieron lentamente, no estaba en casa, tampoco estaba en el bosque, estaba en una vieja habitación llena de polvo y desgastada por el tiempo, ese lugar era de aspecto lúgubre y terrorífico, con miedo se levantó y empezó a buscar una salida de aquel lugar, caminó cuidadosamente sin causar ningún ruido, y finalmente llegó lo que parecía ser la cocina, antes de entrar se ocultó al ver a un hombre dentro, su cabello era de un extraño color naranja, su forma de vestir se veía anticuada, ¿quien usa toda esa ropa con un clima tan húmedo y caluroso?, extrañamente no sentía el típico calor que emana Cuba. El hombre se movió y empezó a sorber de una taza, al parecer estaba tomando té. El hombre soltó una pequeña risita.

–¿Quieres un poco? –el misterioso hombre se volteó, mostrando una amigable sonrisa y un curioso bigote naranja

No supo responder, aparte de su curioso color de cabello y bigote, contaba con unos inquietantes ojos rojos que de alguna manera irradiaban calidez, no conocía de nada a ese sujeto, pero se veía amigable así que no se sentía tan inseguro, pero aun así estaba lleno de dudas.

–¿Tú... Quien eres?

¿Qué podría hacer en un momento como este? se preguntó Keith. Alguien con amnesia junto con alguien con amnesia, eso no puede terminar bien.

Lance se levantó del sofá en un estado lucido, observaba el lugar como si fuera la primera vez que estuviera ahí, después de observar el lugar, se quedó estático y al moverse, con curiosidad se volteó a Keith y sonrió deslumbrante.

–Mamá, quiero salir a jugar –Lance se acercó a Keith, tomó su mano y empezó a arrastrarlo por el lugar.

Su voz era más suave e infantil, Keith no supo como reaccionar, estaban caminando de la mano rodeando el sofá y de la nada se detuvieron. Lance volteó a mirarlo con esos inquietantes ojos rojos, impactantes comparados con sus hermosos ojos celestes.

–Hermano, ¿cuando crezca puedo ir a tu escuela? –pidió ahora soltando su mano. El moreno quedó estático, hasta que su gesto feliz pasó a uno triste.

–Papá, ¿Dónde está Abuelita? –ahora su voz sonaba pagada, llena de tristeza, como si estuviera por llorar, pero sus ojos siguen iguales.

Lance posiblemente estaba recordando su etapa como niño, algún tipo de ¿sonambulismo vampírico tal vez?, la situación era tan extraña que no sabía ni que cosas se estaba inventando.

Ahora decía le más frases sueltas "Hoy es mi primer día en la escuela, que emoción", "todos mis dientes ya crecieron", "hoy iremos a nadar en la playa", "llegaron nuevos estudiantes a mi clase", después de hablar sin parar, extendió su mano a Keith "mi nombre es Lance Mc.Clain es un gusto conocerte", después de eso su forma de actuar cambió, al parecer ya pasó a ser un adolescente, "papá, conocí a una chica" decía ahora más cosas sueltas y sin importancia, hasta que de su actitud relajada pasó a una llena de nerviosismo, observó a los directamente a los ojos.

–Fala... –Keith se sorprendió por su nivel de seriedad tan repentina–, ¿quieres ser mi novia?

Eso lo tomó desprevenido, Lance tiene novia, no, la tuvo, Lance es un gran persona, así que tiene sentido que tuviera una y al parecer su nombre era Fala, de la nada lo abrazó sujetándose a Keith con fuerza, se separó y sus ojos fueron perdiendo ese color rojo convirtiéndose en un color gris, poco a poco cayendo inconsciente, se apoyó sobre el hombro de Keith, no sin antes decir con una voz apagada.

–Por favor... Quiero volver a verla.

Eso fue definitivamente algo impactante y acelerado, podría decir que vio a un Lance protagonista de una pelicula de su propia vida y él era el coprotagonista, tomando varios papeles dentro de su vida sin decir palabra alguna.
Con cuidado llevó a Lance de regreso al sofá, sentó a un lado y se puso a analizar la inusual situación, eso debió ser el pasado de Lance, ¿qué otra cosa podría ser?, Lance tenía una novia ¿seguiría viva?, no eso es imposible, o bueno eso es lo lógico, entonces esa última petición "quiero volver a verla", ¿se lo pidió a él o solo fue un deseo del pasado?

Resumiendo tenía una familia al parecer compuesta por su madre, padre, hermano y alguien más llamado "Abuelita" —Keith solo habla inglés—, parecía ser alguien sociable, según parece tenía una novia, entonces ¿qué pasó después?, ¿siempre fue vampiro o ahí se convirtió en uno?, hablando del vampiro, Lance después de unos largos minutos se removió empezando a del despertar, sus ojos se abrieron mostrando su bello color azúl de regreso.

–¿Cómo llegué aquí? –preguntó aturdido.

–Alguien te trajo, ya estabas cuando llegué –sacó la conversación en el celular y se la mostró.

Esta estaba en inglés pero de la nada aparecían palabras que estaban en español y por ende, Keith no entendía, tuvo que buscar el significado.

El vampiro se levantó con mala cara mientras se agarraba la cabeza con dolor.

–Necesito sangre... –pidió con voz rasposa.

Inmediatamente se fue a la cocina y sacó una de sus reservas de sangre junto a un vaso, le alcanzó ambas cosas y se sorprendió al ver como solo tomó la sangre, enterró sus colmillos en la bolsa y succionó sucontendido, en cuestión de segundos la bolsa estaba vacía, la escena era de cierta manera perturbadora.

–¿Qué sucedió? –preguntó Keith preocupado.

–Me dieron terribles dolores de cabeza después de pelear con una amiga –mientras Lance habla se masajeaba la sien aún con pequeños dolores de cabeza.

–¿Por qué pelearon? –preguntó esperando no sonar entrometido, estaba muy preocupado, solo quiere hacer todo lo posible para ayudarlo.

–Ella estaba intentando saber más de mi vida personal, me negaba por miedo a decir algo extraño, pero insistía tanto que le grité, me siento terrible.

–No deberías sentirte así, ella estaba intentando indagar de más aunque tú no lo quicieras.

–No, no es eso –negó y se restregó la cara con frustración–, como vampiro soy capaz de usar control mental sobre humanos, me prometí a mi mismo no usarlo a menos que tuviera que borrarme de la mente de alguien, pero a ella la obligué a que se callara y se fuera del lugar, ella es mi amiga, no quiero disponer la voluntad de nadie a mi antojo –su preocupación era grande, pero se tranquilizó a si mismo tomando un largo suspiro–, lo bueno es que no hubieron más repercusiones.

La cosa es que Lance no era sabía lo que sucedió cuando estaba inconsciente, prefería de momento no contarle al respecto. Lance se quedó observando a un punto fijo durante unos segundos, abrió los ojos impactado y se cubrió la boca cortando un jadeo.

–No, no puede estar pasando –Lance se levantó del sofá, se agarró los cabellos y empezó a caminar de un lado a otro con desesperación.

–¿Lance? –el hombre lobo lo llamó con preocupación.

–No los recuedo, no la recuerdo –empezó a repetir una y otra vez, caminando mirando al suelo, pareciera querer llorar pero se lo negaba.

Preocupado se acercó a él y lo detuvo por los hombros, evitando que siguiera caminando sin rumbo, se veía nefasto, como si algo dentro él se hubiera roto, al ver esa expresión lo único que quería era reconfortarlo, así que lo abrazó con fuerza y acarició su espalda, Lance ante tal gesto no pudo aguantarlo más, así que sollozó sobre su hombro, y empezó a murmurar con dolor.

–No recuerdo sus nombres, no recuerdo sus voces, no recuerdo sus caras, no recuerdo quien era yo, ¿dónde está mi humanidad? –sorbió su nariz y abrazó a Keith con fuerza– ¿por qué no solo puedo olvidar?, estos recuerdos a medias me atormentan.

–¿De que estás hablando? –preguntó con miedo de tocar alguna fibra sensible.

–Me duele la cabeza solo pensar en el pasado, estos recuerdos me están matando –respondió con dolor, aferrándose más fuerte.

Keith prefirió no seguir preguntando, algo dudoso, apoyó una mano en su espalda y otra en la nuca, dándole suaves masajes, esperando que el gesto no le incomodara y de alguna  manera llegar a reconfortarlo. Por su parte Lance lo abrazó con más fuerza y empezó a llorar, algo que en largos años no había hecho.

Siempre necesitó de un abrazó,  necesitaba de una compañía.

En caso de que no se haya entendido, por favor comenten, hace tiempo que no escribo y temo cometer incoherencias o que se pierda el hilo, gracias ‹3

Entre Garras y Colmillos - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora