Cuando finalmente salieron del restaurante, Coran llamó a un taxi, al cual incómodamente abordó Keith en los asientos traseros junto a Lance, mientras que Coran iba en el de copiloto, ninguno tenía tema de conversación así que fueron unos diez minutos de incómodo silencio, finalmente llegaron y los tres bajaron del taxi.
–Lance, adelántate, tengo algo que hablar con Keith –Coran le pidió.
Lance asintió un poco confundido y entró a casa dejando la puerta abierta para que Keith entrara. Cuando Coran se aseguró que Lance estuviese lo suficientemente lejos empezó a hablar.
–¿Entonces lo lograste? –Coran preguntó con una alegre sonrisa.
–Sí, fue un poco más fácil de lo que pensaba, pero siento que lo que viene no será nada fácil.
–Entiendo lo que dices, por esto traje esto –Coran rebuscó en su maletín, sacando un viejo cuaderno que tenía un poco de polvo.
Coran se lo entregó con cuidado y Keith lo vio confundido.
–Es el diario de Lance, lo encontré en la librería de mi abuelo, creo que puede se ser de ayuda, así que entrégaselo cuando creas que sea el momento.
Keith miró con asombro e incredulidad el cuaderno en sus manos, levantó su mirada y encontró a Coran con una dulce sonrisa.
–No sé si yo hubiera sido capaz de convencer a Lance, no sé cómo pagarte por ayudarlo –Coran no resistió y se lanzó a abrazar a Keith emotivo.
–No tiene que pagar nada, me doy por satisfecho de que él esté bien.
Keith correspondió el abrazó y planeó la espalda del hombre en señal de que todo estaría bien, Coran se sentía como un cariñoso tío que nunca tuvo, o realmente no recuerda nunca tener, cuando Coran se separó del abrazo vio una cara de desconcierto de Keith.
–¿Qué sucede? ¿te preocupa algo?
Keith negó con la cabeza.
–Coran... ¿puedo pedirte un favor?
–Con gusto, solo dime que necesitas.
–Es un poco complicado, ¿me puedes dar tu número?
Coran dictó su número, Keith le dijo que en un futuro quizás le pida aquel favor, así que, solamente le mostraría el progreso de Lance, algo que emocionó a Coran y satisfecho se despidió y retiró en el taxi que lo seguía esperando.
Keith regresó mirando el contacto de Coran guardado, estaba pensativo, cuando subió la mirada encontró algo que lo dejó impactado, en el piso de la sala estaban un montón de cobijas esparcidas cubriendo el suelo, sobre estos montones de almohadas y nuevamente más cobijas, hasta fue cómico ver como por las escaleras seguían cayendo más cosas.
–¿Qué tal? –preguntó Lance emocionado.
Lance llevaba al tiburón de peluche sobre la cabeza mientras que abrazaba al enorme peluche de hipopótamo mientras bajaba las escaleras.
–¿Qué es todo esto? –Keith río levemente.
–¿No es obvio? ¡haremos una pijamada! –Lance soltó los peluches sobre las demás cosas–, mañana ya es fin de semana así que podemos quedarnos despiertos toda la noche viendo películas y mañana despertar tarde.
–La idea de que volvieras a dormir era para que se volviera una rutina, no puedes irte a dormir tan tarde –Keith bufó.
–Lo sé –Lance suspiró sentándose en el sofá que también estaba cubierto por cobijas–, es sólo que me da un poco de miedo dormir, soy consciente que todos mis recuerdos se irán desvaneciendo poco a poco, y aún no sé cómo afrontar algo así.
Keith dejó sobre una mesa el cuaderno y fue a sentarse a su lado, puso una mano en su encorvada espalda y la masajeó intentando calmarlo, Lance suspiró y volteó a mirar a Keith con preocupación.
–Lo siento, soy un insensible –suspiró pesado–, tú sabes mejor que yo lo que se siente no saber nada de tu pasado, pero eres fuerte y sabes cómo afrontarlo, mientras que yo no lo puedo siquiera imaginar sin que mis ojos se llenen de lágrimas.
Keith intentó responder, pero Lance continuó.
–Soy alguien muy egoísta, sabiendo que perdiste la memoria, puede ayudarte a encontrar a tu familia o por lo menos saber algo de tu pasado, pero fui un cobarde asustadizo, que en lugar de hacer algo, me encerré el terror que me causaba mi propia cabeza.
Lance tenía sus manos temblorosas, eso le recordó a como estaba en el restaurante, nuevamente acercó su mano, pero esta vez la puso sobre la de Lance y apretó ligeramente su palma, lo cual ayudó un poco con su temblor.
–No tienes ni idea de lo que estás diciendo, fuiste tú el que acogió a un total desconocido en su casa solo porque te pedí ayuda, me brindaste tu amistad y compañía cuando no tenía nadie más en el mundo, y has cuidado de mí a pesar de todos los miedos que te rodean.
Lance miró a Keith, hablaba mientras que mantenía sus ojos cerrados y sus manos algo tensas.
–En cuando a mi pasado, eso es lo de menos para mí, admito que tengo curiosidad, pero no es como si quisiera volver a esa anterior vida, me siento muy feliz de mí presente, y mi futuro al tu lado, es algo que anhelo.
Lance vio a Keith, tenía ojos serios pero a su vez eran tiernos, sus mejillas tomaron un leve tono carmesí, Lance sonrió y sus mejillas también se pintaron de un leve rojo, esas palabras lo hacían sentir feliz y a su vez un poco avergonzado, no podía ser más afortunado de tener a Keith en su vida.
–Gracias Keith, también espero que sigamos estando juntos en el
futuro –Lance sonrió dulcemente.Lance recibió un mensaje de su celular, Keith aprovechó que Lance se sustrajo y salió corriendo a la cocina, se sirvió un vaso de agua y lo bebió con ansias, tocó sus mejillas, estaban muy calientes, maldijo el momento en que se enamoró, maldijo el no poder suprimir sus sentimientos y maldijo al mismo Lance que no era consciente de lo que le hacía a su corazón con sus palabras.
–¿¡Keith estás bien!? –Lance preguntó preocupado desde la sala.
–¡Sí, solo me dio mucha sed de la nada! –a Keith no se le ocurrió ninguna excusa.
–¡Entiendo, iré buscando una película mientras regresas!
Keith se tomó su tiempo para recuperar su color, inhaló y exhaló sin parar para relajarse, ya calmado preparó unas palomitas y sirvió en un vaso un poco de sangre para Lance, seguramente tenía hambre después de ver a todos comer. Regresó y encontró a Lance sentado en el piso y abrazando al tiburón, Keith se sentó a su lado y utilizó al gran hipopótamo como espaldar.
–Me quedaré despierto hasta que quieras irte a dormir –Keith le entregó el vaso.
–Está bien, quizás una o dos películas y voy a dormir –Lance tomó un sorbo del vaso.
La película era de terror, no era tan buena en realidad, era lenta y aburrida, Keith al parecer tenía mucha hambre solo en diez minutos se dejaron de escuchar el sonido de sus mordiscos, tan aburrida era la pelicula que ya a la mitad le causó sueño a Lance y eso era algo bueno, iba a avisarle a Keith que ya iba a dormir, pero este no respondía a sus llamados.
Al voltear a ver, encontró a Keith dormido, con el tazón de palomitas a medio comer y su boca abierta a punto de babear, Lance río divertido por la adorable imagen de verlo dormir sobre el animal de peluche, no pudo evitar tomarle una foto, era iluminado por la luz de la tele.
Después de tomar más fotos de las que se esperaba. recostó a Keith con cuidado sobre una almohada, Keith dormido busco con sus brazos algo frente a él, Lance acercó el peluche y Keith con una sonrisa hundió su rostro en él, Lance inevitablemente tomó otra foto de él, un poco apartado, Lance se recostó y miró el techo, dormir era más difícil de lo q ir pensaba.
Empezó a dar vueltas sobre esa improvisada cama, hacia todo lo posible para dormir, pero no estaba acostumbrado a ello, suspiró y le dio la cara a Keith, este seguía durmiendo profundamente, su rostro sobresalía un poco del peluche, sus ojos estaban cerrados y su respiración pacífica, Lance lo imitó, cerró los ojos y lentamente se dejó llevar, todo se volvió lentamente negro pero se sentía tranquilo teniendo a Keith a su lado.
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Entre Garras y Colmillos - Klance
ParanormalUn vampiro viviendo en una sociedad sin ser descubierto durante siglos suena algo imposible, pero para Lance esto no fue tan difícil. A pesar de tener al rededor de docientos años, su aparecía no supera los 25 años. Un día después de salir de su tra...