Capítulo XXVI

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El resto del fin de semana no fue nada fuera de lo común, exceptuando por la consola de videojuegos que compraron juntos que llegó por correo, el resto del día se la pasaron jugando videojuegos, en especial los de carreras donde eran competitivos a morir, pero era divertido, a final de cuentas siempre terminaban empatados.

Con su ahora nuevo hobby las horas pasaron volando, hasta que llegó la hora de comer, se tomaron una pequeña pausa donde podían relajarse y conversar, eran momentos sencillos pero reconfortantes para ambos.

–... entonces mandaron a James esconder los lentes de Verónica, y ella se la pasaba chocando con todo mientras buscaba sus lentes, cómo una especie de jefe o lo que sea tuve que reprenderlos, aunque tengo que admitir que fue muy divertido –Lance narró entre risas.

A Keith siempre le gusta escuchar las anécdotas que Lance tiene de su trabajo, pero ha notado que cada vez son menos anécdotas o más cortas, y cuando menciona el trabajo lo hace con fastidio.

–Lance... ¿puedo hacer una pregunta?

–Adelante –Lance apartó el vaso del que estaba bebiendo para ponerle atención.

–¿Te gusta tu trabajo?

–Claro... Hunk y Pidge están allí, además los demás son muy agradables...

–No quise decir eso –Keith lo interrumpió–, repetiré la pregunta, ¿te gusta tu trabajo?

Lance quedó perplejo, como es posible que Keith sea tan perceptivo, suspiró rendido, no podía hacer nada contra la intuición de Keith.

–Desde que fui ascendido, todo es más difícil y estresante, todo era peor con el dolor de cabeza, pero ahora tengo esa carga menos. No es que lo odie, pero tampoco me gusta, no tengo de otra, Coran quiere que herede la empresa, soy la única familia que tiene... –Lance tomó un sorbo de su vaso y después sonrió levemente–, estoy feliz de encontró una buena compañía como lo es Alfor, e incluso su hija Allura, los dos tenemos suerte de conocerlos.

Lance notó en Keith un gesto de desaprobación y algo que parecía tristeza, Keith lo miró directamente a los ojos mientras que sus manos sobre la mesa estaban hechas puños, aplicando tanta fuerza que sus nudillos se veían blancos.

–No puedes dedicarte a algo solo por las expectativas que tengan los demás sobre ti, además conozco un poco a Coran, si hablas con él, seguramente entenderá.

–Esto es increíble, ¿Cuándo dejaras de darme lecciones de vida? –Lance dijo con cierta ironía.

Todas esas ideas ya han pasado por su cabeza, pero nunca ha conseguido reunir el valor para actuar, pero Keith ha sido ese impulso para cambiar su vida, nadie nunca logró causó tal impacto y no sabe el porqué.

–No puedo evitarlo, me importas mucho como para no hacerlo –Keith tomó un sorbo de su vaso de jugo y desvió la mirada.

Lance no pudo evitar reír, las palabras de Keith lo hacen sentir especial y querido, y le gusta sentirse así, Keith por su parte se regañaba mentalmente, si seguía con esos deslices seguramente todo terminará muy mal, mientras que Lance al ver con ternura el actuar de Keith, y viéndolo con las mejillas ligeramente coloradas pensó, "lindo"

Lance se vio un poco sorprendido, ¿por qué pensó eso? No es por negar la atractiva apariencia de Keith, era extraño su corazón se había acelerado, pero más extraño aún era el rostro de Keith que intensificó su sonrojo y lo estaba viendo desconcertado.

–¿Qué dijiste? –Keith preguntó con un pequeño tartamudeo.

–¿Dije algo...? –Lance abrió los ojos con sorpresa, al parecer lo dijo en voz alta.

Se quedaron viendo, estaban en miedo de un silencio incomodo, Lance no entendía por qué se sentía tan avergonzado, los halagos son algo siempre le salen por naturaleza, cosa que causó muchos malentendidos en el pasado, pero ahora tener que repetir, que piensa que Keith es lindo le hacia un nudo en el estómago.

Para la fortuna de Lance, su celular empezó a sonar, inmediatamente contestó la llamada de Hunk, saliendo así de ese incomodo momento que se había formado, Hunk los invitó a ir a cine, Pidge tenía cuatro boletos y los iba a aprovechar.

Después de consultar con Keith, acordaron estar allí dentro de una hora, se arreglaron para salir y esa fue la hora más larga que han sentido en toda su vida, no volvieron a dirigir la palabra, ninguno encontraba las palabras para empezar una conversación, ni siquiera sabían porque estaban actuando así.

Hunk y Pidge llegaron cinco minutos después de lo acordado, ya tenían los boletos listos y dijeron que tenían que esperar otra hora más hasta que la película iniciara, así que fueron una vuelta por el centro comercial mientras que esperaban.

–¿Esas no son Acxa y Veronica? –Pidge dejó a un lado el batido que compró y señaló al par de chicas.

Se encontraban lejos, pero eran reconocibles, Keith reconoció que Verónica llevaba una de las camisas de Acxa puestas, Acxa llevaba en una de sus manos bolsas de compra y con la otra sujetaba la mano de Veronica, sonriendo mientras que Verónica hablaba, casi todos entendieron lo que estaba pasando.

–No puedo creerlo –Keith comentó un tanto envidioso.

–Vaya, quien lo diría –Pidge comentó con sorpresa.

–Yo estaba cuando se conocieron, me alegra que se hayan vuelto buenas amigas –Hunk comentó con una gran sonrisa.

Pidge chocó su mano contra su frente, Keith aguantó una carcajada y Lance se acercó a Keith.

–¿Estás bien? –Lance le preguntó.

–¿Por qué no lo estaría? –Keith levantó la ceja confundido.

–Ya sabes, Acxa y Veronica...

–Lance... ya te dije, lo único que siento por Acxa es aprecio como una amiga, –lo miró directamente a los ojos– a mí me gusta alguien más.

Lance sintió su estómago haciéndose un nudo, tenía curiosidad, mucha curiosidad, antes de que Lance preguntara sobre la identidad de la persona que le gusta, Hunk hizo una pregunta en voz alta que llamó la atención de todos.

–¿Deberíamos invitarlas a venir?

–¡No! –Todos le gritaron al unísono.

–Lo siento... –Hunk se disculpó sintiéndose atacado.

–Ellas se la deben estar pasando bien por su cuenta, además solo quedan cinco minutos –Pidge palmeó la espalda de Hunk para animarlo.

Se dirigieron al cine, donde compraron palomitas y entraron justo cuando los comerciales estaban por terminar, estaban ubicados de la siguiente manera: Hunk, Pidge, Keith y Lance. Era una película mediocre de acción, todos en el lugar estaban decepcionados.

Poco después de la mitad de la película, Keith sintió un peso sobre su hombro, volteó a ver y encontró a Lance dormido plácidamente, Keith sonrió y se quedó viendo a Lance, estaba feliz de que poco a poco iba mejorando.

Pidge tenia la idea de proponer el salir del lugar y dejar de ver esa película, pero cuando estaba por consultarlo con Keith, lo encontró viendo a Lance melosamente mientras que este estaba dormido, ella decidió dejar a un lado su plan y seguir viendo la película, mientras que en su cabeza empezó a sospechar.

Entre Garras y Colmillos - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora