Bébeme • [Kookgi]

29

Yoongi abrió sus ojos notando que estaba en un lugar desconocido. Sus pupilas se dilataron al no ver a Jungkook por ningún lado, y sintió su cuerpo temblar al darse cuenta que estaba en una celda.

Notó que sus manos estaban esposadas y trató de calmarse cuando vio a una cosa rara que parecía ser un demonio aparecer por la puerta.

El sujeto le sonrió de una manera burlona y se acercó a él.

-Así que tú eres Min Yoongi, acabas de despertar -- su voz era un tanto parlanchina.

- ¿Quién eres? ¿Dónde está Jungkook?

- ¿Hablas del humano? Está en la tierra, así que no te preocupes por él. -- Yoongi soltó el aire de sus pulmones sintiéndose un poco mas tranquilo. -- El único que está en problemas eres tú.

- ¿Yo? ¿Por qué?

-Eso lo sabrás en la corte, ahora ven, vamos a llavarte.

El demonio agitó su mano para liberarlo de la esposas, entonces Yoongi sintió aquel peso caer de su cuerpo y agradeció por ello.

- He retenido tus poderes temporalmente, porque aún no sabe cual será tu sentencia. Camina, debes comer un poco.

Yoongi lo siguió encontrando un largo pasillo hacia su derecha y meneó la cabeza al ver otro hacia la izquierda. Las paredes estaban cubiertas de una fina tela color vino y unos candelabros con velas las adornaban, dándoles un aspecto pulcro.

Vio al demonio de voz parlanchina ir por el lado derecho y lo siguió, con miedo a no pisar la capa que este llevaba.

Unos metros después se adentraron en una habitación del mismo aspecto, sólo que esta tenía un poco más de luz y se asombró al ver a una enorme serpiente de color negro brillante en un escritorio.

-¿Es él? -- preguntó el animal, para sacar su lengua mientras serpentiaba.

- Es él.

-Vaya, es muy singular, lo imaginaba un poco más...¿Grande? -- el demonio se echó a reír y Yoongi frunció el ceño lleno de incertidumbre, porque no entendía nada de lo que hablaban.

- Dale un poco, debe tener hambre.

El tocó un ladrillo de la pared haciendo aparecer una gran mesa de madera color negro. Jaló una de las silla e hizo un ademán para que el vampiro se sentara.

Yoongi obedeció sintiendo la suavidad de aquella silla, pues tenía un tipo colchón, y su corazón dolió al recordar las piernas suaves de Jungkook cuando se sentaba en ellas.

Vio pequeña hoguera levitar frente a él para seguidamente ver a la serpiente moverse de un lado a otro.

Segundos después una copa llena de un líquido rojo se posó frente a él.

- Toma, va de mi parte -- dijo el reptil animal.

-¿Qué es? -- preguntó, haciendo al animal sonreír.

-No preguntes algo tan absurdo como eso, no es posible que no sepas qué es. -- cambió su aspecto a uno más serio al darse cuenta de que el pálido estaba hablando enserio -- Esto mi querido colega, es sangre.

Yoongi hizo una cara de asco.

-¿No hay de la blanca?  -- preguntó con total inocencia.

-¿Blanca? Yo conozco ninguna blanca, estás loco. Ahora, bébelo o vas a morir, ha sido largo el camino y necesitas comer.

Yoongi tomó la copa en sus manos al ver al demonio volver aparecer y bebió un poco sintiéndola un poco agradable, pero le hacía falta todo los que a él le gustaba, donde chupaba aquel miembro de su amo tan apetecible, donde aquel líquido era caliente, y de un color puro y lindo. Más espeso y viscoso. No era su sangre, pero estaba acorralado así que bebió todo de un sólo trago para pasar la tortura.

- Bien, ahora vamos a la corte, ya todo está listo, me lo acaban de informar.

- Suerte, mi amigo. Espero volver a verte si esque no te cortan la cabeza.

Fue lo último que Yoongi escuchó para salir de aquella habitación tras el demonio de negra capa.

Caminaron por un tiempo más extenso hasta llegar a unas enormes puertas. El demonio abrió y otros dos demonios se aparecieron al verlos, notaron quienes eran y los dejaron pasar.

La corte era un cuarto grande donde habían unas cuarenta sillas y un auditorio frente a ellas. Dando aspecto a un juzgado.

El vampiro observó al señor Park sentado en una esquina jugando con unas piedras, haciéndolas levitar de vez en cuando. En medio una hilera de sillas siendo ocupada por vampiros que lo miraban fijamente hasta que fué depositado en una silla al medio.

-Elemento seiscientos sesenta y uno, está aquí porque hace tres meses fuiste transformado y mandado a la tierra como todos tus demás hermanos, pero se te acusa de haber roto la reglas. ¿Estas consciente de ello? -- dijo el más alto de los vampiros.

Jungkook veía aquella piedra en su mano tratando de buscar alguna solución. Había dejado de llorar desde hace rato y ahora estaba batallando por saber que hacer.

Las cosas no se iban a quedar así para él. Claro que no.

Puso sus zapatos y su mochila yendo al mercado de la cuidad, entró aquel lugar de la bruja que leía las cartas, pensando que talvez ella podía ayudarle a decifrar aquel enigma.

Entró al lugar haciendo sonar la campanita y pudo observar el aspecto un tanto perturbador con cruces hacia abajo, unos cráneos y muñecas de barro, feas. Pero no se detuvo hasta tocar con los nudillos de su mano en la recepción esperando que alguien lo fuese atender. Y así como lo pidió la anciana vestida con telas algo raras se apareció frente a él.

-Haz venido hasta aquí por qué hay algo que aprisiona la felicidad de tu corazón. Suelta lo que traes en tu mano, que desde hace ratos me está perturbando y molestando.

Entonces Jungkook un tanto consternado abrió su mano mostrando aquella piedra frente a la anciana, quien sonrió con picardía.

-Entra, no estoy segura que funcione, pero lo vamos a intentar.

         

Vale, esto ya sobrepasó las 3k leías muy rápido. Gracias por tanto ^^  perdón por tan poco :c