Has No Ending » Maze Runner ✔️

004

— ¡Por qué corremos!— bajaban torpemente por una pequeña colina llena de hojas secas y piedras, hasta que el chico que la acompañaba se tiró detrás de una gran piedra y ella imitó lo mismo.

— Luego me agradecerás.— le contestó él mientras miraba de reojo que nadie estuviera por ahí cerca.

— Esto es serio, estoy metida en el bosque con un desconocido.— Amy se llevó una mano a la frente.

— Soy Caleb, mucho gusto.— escupió con sarcasmo.

— Super, ahora que sé tu nombre ya no somos desconocidos.

— Siempre eres así de irritante.— se volteó para verla, pues sus palabras rápidas no lo dejaban concentrarse.

— ¿Es una broma? ¿Estás demente o así naciste?

— Abajo.— el chico bajó la cabeza de Amy cuando escuchó unos pasos cerca— Escucha, sé que suena loco pero los cranks ya no son lo que creíamos.

— Los vi en mi campamento, nunca había visto un comportamiento así de parte de ellos.

— Así es, les hicieron algo, los están controlando.— su mirada confundida delataba que ella y Thomas eran hermanos, pero ese no era momento para pensar en eso, pues había escuchado algo que ni en sus sueños mas locos pensó escuchar. 

— ¿Qué quieres decir con eso?— las palabras apenas fueron audibles. Caleb, el chico a su lado, seguía de espaldas contra la roca, expectante de cualquier otro sonido. 

— Ya me escuchaste.— se limitó a verla.

— ¿Por qué me ayudas?— su voz se volvió fría y sin confianza, analizando el lugar discretamente por una ruta de escape si la situación no era lo que creía —Te pregunté algo.— la chica estiró la mano para tomar una roca que estaba detrás de ella mientras él aún seguía sin verla, la arrastró despacio lista para ser arrojada. Pero antes de que pudiera decir otra palabra, el chico se había volteado para quedar cara a cara.

— No es momento para hablar sobre esto, es mejor que...— volteo a ver detrás de la chica e hizo que bajara la cabeza una vez mas, sacando el arma corta de su cinturón y disparando. Ella rápidamente volteo hacia atrás y observo como un crank caía al suelo de espaldas — ¿Ahora confías en mi?— siempre escupía sarcasmo cada vez que se le daba la oportunidad.

— Eres una astilla.— dijo, a lo que Caleb puso cara de confusión.

— ¿Astilla? ¿A que te refieres con astilla?

— Ni siquiera importa, ¿ok? Solamente ayúdame a encontrar a mi grupo.— el contacto visual volvió y esta vez no era de confusión o rechazo, el sentía compasión, ¿compasión? 

— ¿Que ganaría con eso?— todo cálido sentimiento se había evaporado. Pero una sonrisa apareció en el rostro de la chica, siendo solamente iluminada por la luna.

— Que mi grupo no te mate sabiendo que estoy justo aquí contigo.— era verdad. Si alguien volvía por ella y los encontraba juntos podría pensar que él la había secuestrado y por eso no estaba en el campamento.

— Podría dejarte ahora mismo aquí tirada.— se levantó.

— ¿Tirada? ¿Para ti soy inválida o qué? Sí, mejor vete, n siquiera sé qué hago aquí contigo.— también imitó el acto y se dio la vuelta.

— Te pareces mucho a ella.— se detuvo al escuchar sus palabras, giró la cabeza para mirarlo de reojo y él veía al suelo— hasta te sorprenderías.— dejó caer sus hombros.

— ¿De quién hablas?— caminó hacia él.

— A sido como una madre para mí. Cuando me encontró sin esperanzas de vida, ella me dio una oportunidad, y prometí que la seguiría.— Caleb estaba en un momento de recuerdos cálidos, con una voz suave que narraba los sentimientos que volvían a su cabeza y sonreía gentilmente.

— ¿Qué le pasó?

— Ah, no, ella sigue viva. Es más, me está esperando.— ese momento se quebró como vidrio roto al decir lo último, con tanta frescura y naturalidad.

— Pero, pero yo pensé que estabas recordando a alguien.

— Sí, estoy recordando que debo irme ahora. Conozco muy bien la zona, así que me voy primero.— se dio la vuelta para correr pero se detuvo, Amy suspiró y miró hacia el suelo— Te llevaré con tu grupo.— pasó una mano por la correa de su arma más grande y sonrió tímido, a lo que ella asintió.