Has No Ending » Maze Runner ✔️

003

Logan Lerman como Caleb.

— No, por aquí no.— susurró Amy cuando dobló por una cabaña y se encontró con dos cranks caminando, así que regresó por donde vino y corrió hacia el este. Había estado observando a los cranks, no se miraban tontos y despistados como los había visto en el desiertos. Estos se detenían a ver hacia los lados en busca de personas y seguían caminando erguidos, también se miraban enfurecidos.

— ¿Qué es lo que está ocurriendo?— se cuestionó cuando subió torpemente una colina y se tiró pecho a tierra, observándolos desde ahí. Un cranks tiró una bandeja de comida y luego salió de la carpa donde comían, y se reunió con otros tres más para... ¿hablar? Amy abrió los ojos ante la sorpresa y se dio la vuelta viendo al cielo, con el pecho subiendo y bajando, preguntándose si no estaba en un sueño. Luego se arrastró hasta llegar a la calle amplia, pero aunque no tuviese forma de calle, por ahí pasaban los vehículos del refugio camino al bosque cuando viajaban.

— Se fueron sin mí.— se detuvo en medio de la "calle" y volteó hacia ambos lados, pero sabía el camino al bosque, lo que no sabía era si ellos tomaron ese camino o el otro. Seguía volteando la cabeza hacia ambas direcciones, apunto de enloquecer— Por qué, ¡por qué!— se tomó el cabello y empezó a caminar hacia la derecha. Sí, el camino al bosque era más seguro, pues lo conocía porque viajaba de vez en cuando, pero podrían haber más cranks por los alrededores y ni siquiera tenía un cuchillo para defenderse de una serpiente, peor de un crank.

Mientras caminaba giraba la cabeza hacia atrás para asegurarse que nadie o algo la estuviese siguiendo, y con el mínimo ruido se ponía en alerta.

— Esto no lo perdonaré, no lo haré.— se iba hablando consigo misma para no pensar en cosas malas, y tenía razón, irse y olvidarla era mucho.

— ¡Amy!— Thomas llegó al campamento luego de unos minutos corriendo, abriendo la cabaña donde dormían y encontrando todo vacío. Salió y los cranks se habían ido, pero, ¿qué buscaban? ¿A quién querían? ¿Por qué no los atacaron?

El chico siguió buscando en todos lados del campamento y al no encontrar rastros de Amy, temió lo peor. Volteó hacia el suelo cuando sintió algo de metal, lo recogió y lo observó. Una pulsera de metal con algo se secreción y con unas siglas marcadas tenía en manos, limpió la arena que tenían en las siglas y leyó: RCU.

Levantó la mirada dudoso, preguntándose si se trataba de una pulsera de alguien del campamento o de, ¿un crank? No podía negar el pensamiento de que algún crank tenía esta pulsera desde antes de su transformación, o simplemente era de algún conocido en el campamento.

Dos disparos sonaron a lo lejos, no estaba cerca del bosque, por lo que sucedieron camino a este.
Guardó la pulsera inconscientemente dentro de su bolsillo del pantalón y corrió hacia donde suponía que habían venido los disparos.

Por otro lado, Amy seguía a paso rápido por aquel camino aún de arena, solo que el pavimento se empezaba a notar, lo que significaba que estaba cerca del bosque. El frío se empezaba a sentir, haciendo que suspiro, Amy comenzara a expulsar un poco de vapor por su boca. Subió la cremallera de su suéter y metió ambas manos en las bolsas que este traía, preguntándose la razón por la que se fueron sin ella. O no sabían que no se había introducido al autobús y se fueron para calmar el pánico de la multitud. Pero, ¿que había de Thomas o sus amigos? Nadie notó que no estaba y detuvieron el autobús, eso la hacia sentir más mal de lo que se sentía hace unos 10 minutos, antes de dejar el campamento.

— Alto.— escuchó la voz de alguien detrás, así que por reacción obedeció, aunque no supiera de quien se trataba— Levanta las manos y date la vuelta.— sacó ambas manos de las bolsas de su suéter cuando también escuchó cuando la persona cargó el arma, suspiró y se dio la vuelta lentamente.
Hizo contacto visual con un chico de ojos azules, traía una sudadera azul y pantalones negros, los cuales estaban algo sucios y la parte de su rodilla izquierda tenía un agujero. Parpadeó y quitó la mirada, pero el chico bajó el arma después del contacto visual.

— Lo siento, creí que eras un crank.— suspiró y volteó la mirada.

— ¿Le dices a los cranks que suban las manos?— le interrogó y él volteó a verla con confusión.

— ¿Tú quién eres?

— ¿Qué te importa?— le contestó fríamente. El chico estaba por decirle algo pero alguien disparó hacia ellos y él corrió, llevándola de la mano a introducirse al bosque.

— Ven, ¡corre!— le gritó cuando la chica se zafó de su agarre, pero al oír otro disparo corrió junto a él y se introdujeron más al bosque.