018

323 40 1
                                    

Amy observaba atentamente como Caleb pintaba una pared de color blanco, luego pasaba el rodillo por la pintura y seguía pintando la pared.

— ¿Vas a quedarte ahí?— preguntó sin voltear a verla.

— Veo que te molesta. Bien, me iré.

— No era eso a lo que me refería.— negó sin dejar de trabajar.

— Entonces dame una brocha y me pondré a trabajar.— él suspiró y bajó el rodillo, para verla incrédulo.

— ¿Trabajas?

— Hey, hubo un tiempo en el que tuve que adaptarme a una nueva vida, ¿y sabes lo que hice el primer día que llegué? Buscar algo que hacer y ponerme a trabajar.— Caleb le arrojó una brocha y Amy se colocó de cuclillas para pintar la parte de abajo.

— Eres interesante.

— ¿Cuál es tu apellido?— preguntó concentrada en no pasarse de la línea.

— ¿Por qué te interesaría saberlo?

— Preferiría llamarte así, supongo que es mejor que tu nombre tan cursi.— rió.

— Willock. ¿Cuál es el tuyo?— ella paró para meditar en su pregunta.

— Sabes el apellido de mi madre.

— Quiero oírlo de ti.

— Mejor dime cómo llegaste a ella. Cómo fue tu vida.

— En realidad no llegué a ella.— paró para secar un poco de sudor y continuó— ella llegó a mí. Mi padre era policía, vivíamos en un pueblo alejado de la ciudad, pero no tan lejos. Cuando la llamarada destrozó la mitad del planeta por suerte sobrevivimos, junto con el 70% de la población restante. Por su profesión estaba más expuesto al virus cuando éste se manifestó, y no pudo salvarse.
Tenía apenas 11 años, sabía un poco de la vida, pero no suficiente y ella llegó para salvarme. Tiempo después tu madre se infectó, pero la curaste, y ella me curó a mí.— Amy bajó su brocha para verlo.

— Lo recuerdo, también sé que quise huir de ahí.

— ¿Por qué?— él también paró e hicieron contacto visual.

— No quería que nadie siguiera muriendo.— susurró— estaba cegada, era más joven y las ideas fantasiosas me alejaron de la realidad del mundo. En su momento lo entendí, pero todo cambió cuando empezaron a llevárselos.

— ¿A quiénes?

— A todos. Todos los amigos que tuve se iban yendo uno por uno, todos los que conocían se alejaban y los ponían ahí dentro. Hasta que un día yo... los traicioné y me tiraron junto a ellos para morir también.

— ¿Pudiste haberlo evitado? ¿Dándoles la cura?— Amy negó.

— No, CRUEL estaba en un punto sin retorno. Vieron el poder que tenían y con la cura solamente la usarían a su favor. Todas las personas que aún luchan como nosotros para seguir con vida, ¿sabes lo que hubiera ocasionado solamente para obtenerla? ¿Piensas que CRUEL se las entregaría así nada más? Hice lo posible para ayudar a mi madre y, aunque suene poco creíble, en ese intento logré lo que ellos no en años.— hubo un silencio de un par de minutos— Hay algo que quiero saber.

— ¿El qué?

— En el bosque, aquél día, me dijiste que este lugar estaba en contra de una organización mucho pero que CRUEL. Te pregunté y no me respondiste esa vez.

— Sígueme.— soltaron las brochas y se dirigieron hacia la oficina de Claire, ese lugar donde Amy y su madre se encontraron por primera vez sin saber de la otra. Abrieron la puerta sin hacer ruido y aprovecharon el hecho de que ella salió, así no se meterían en problemas.

— ¿Qué hacemos aquí?— Caleb se agachó para rebuscar entre muchas carpetas y papeles.

— Claire no deja a nadie entrar aquí, ni siquiera a mí, pero descubrí algo hace días. Lo que te dije en el bosque, en realidad era un secreto.— suspiró— ella no sabe que lo sé.— Amy arqueó una ceja y se acercó, ayudándole a sacar varios papeles. Los llevaron hasta una mesa y encendieron una lámpara que se encontrada frente a ellos, luego el chico comenzó a examinarlos.

— ¿Qué significa esto?— levantó una hoja que tenía un mapa y el nombre de la instalación era «Ghost»

— No lo sé, debe ser otro lugar. Mira, aquí está.— extendió varias hojas que tenían las mismas siglas que el brazalete que tenía Thomas, pero ella jamás las había visto— Hace un año ella me pidió que limpiara este lugar, y me llamaron la atención estos comunicados. Siempre empiezan diciendo la hora y el clima, luego mandan saludos a alguien. Llegué a la conclusión que son mensajes secretos, ya que siempre dicen lo mismo.— ella lo confirmó.

— No tienen firma final.

— Exacto, ninguno lo tiene. Claire sabe de todo esto, también sabe lo que han estado haciendo.

— ¿El qué?— volteó a verlo.

— Eso no lo sé yo, pero la oí pensando en voz alta, y sus palabras fueron las mismas.— Amy se apoyó contra la mesa y miró los papeles que le interesaron desde el principio y sacó los comunicados que tenían ese nombre. Caleb estaba ocupado viendo otras cosas, pero ella notó algo interesante.

— Caleb, estos me parecen iguales a los otros.— los comunicados que tenían otro nombre comenzaban igual a los que tenían las siglas.

— Sí, comienzan igual.— los compararon y la chica tuvo razón.

— ¿Qué hay en los otros archivos?— preguntó la castaña y Caleb los tomó.

— Estos no los comprendí muy bien, solamente tienen datos al azar. Cuando Claire los obtuvo no abrió esta carpeta, supongo que no le dio tiempo de revisarla.

— También dijiste que ellos preparaban algo desde que CRUEL se levantó.

— Ya te lo dije, es lo que he escuchado de Claire, no sé nada más. Y son solo palabras de ellas, si hubiera peligro no estaríamos aquí y no hubiera paz. Todo lo que sabe está en estos documentos.— Amy seguía inquieta, pues presentía que algo había frente a sus narices y aún no se daban cuenta. Se acercó a los documentos aún sin abrir por nadie y abrió la primera página.

— ¿Nos vamos?— preguntó Caleb guardando los últimos papeles.

— Espera.— las páginas que leía tenían los códigos que CRUEL les había dado. Su corazón empezó a palpitar más rápido mientras pasaba de hoja. A-2, A-3, A-4, A-5, y ésta última tenía una equis roja— ¿Cu-cuando trajo esto?— preguntó desesperada.

— El día que llegaste.— volvió su mirada a las páginas y en las siguientes estaban los nombres de todos los que estuvieron en el laberinto y los que sabía que habían muerto tenían una equis sobre sus códigos. Ahí estaba todo, planos de las instalaciones, sobre el virus, familiares de cada sujeto, y por último un mapa que decía donde se ubicaban.

En una isla, al norte, cerca del enorme continente ártico.

Has No Ending » Maze Runner ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora