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— No conozco esta parte del bosque.— habló Harriet mientras se acomodaba el rifle que cargaba y analizaba los árboles y el camino que llevaban.

— Tienes razón, no recuerdo haber estado aquí.— Minho iba detrás de ella.

— ¿Saben qué? Amy no pudo haber llegado hasta aquí.— se detuvo Thomas y los demás voltearon a verlo, ya que iba de último.

— Yo tampoco lo creo.— Harriet se le acercó.

— Tal vez un crank la atacó y tuve que correr hasta aquí.

— Recorrimos medio bosque y sigue sin aparecer. Vamos, seguramente ya haya encontrado el autobús.— los demás suspiraron y siguieron a Thomas camino de vuelta a la calle.
Subieron unas rocas que estaban en el camino y al cruzarlas, el asiático notó algo brillante en el suelo. Se detuvo y recogió un dardo de vidrio, lo que le resultó bastante peculiar, así que lo alzó y con la poca luz que la luna les brindaba, lo analizó mejor.

— Hey Minho, ¿qué tienes ahí?— preguntó Sartén dándose la vuelta.

— Que interesante.— dijo y Thomas caminó hasta tomar el dardo y lo observó él mismo.

— ¿Y si la atacaron con eso?

— No, estuvo cara a cara con ellos en el campamento y nunca le hicieron algo.

— No hablo de los cranks, Thomas. Recuerda que Vincent nos mencionó que habían más personas por esta zona.— Thomas volteó hacia Harriet y su preocupación empezó a aumentar.

— Espera, ¡Thomas!— gritó Minho cuando casi caía al salir del bosque.

— ¿A dónde vas?— ahora preguntó Sartén, pero Thomas seguía caminando muy rápido por la calle.

— Este dardo tiene las mismas siglas de este brazalete.— se sacó el brazalete que había encontrado en el campamento y lo mostró— Sea lo que sea, hay algo que no sabemos o nadie más sabe, y están tras algo.

Amy despertó adolorida sobre una cama bastante delgada, en una habitación algo oscura y una radio hacia sonar una canción bastante relajante. Tocó su cuello ya que de ahí provenía un ardor que no podía explicar, y tampoco podía recordar cómo había llegado hasta ese lugar. Parpadeó dos veces y se levantó de golpe, viendo a su alrededor de manera nerviosa y rápida, pero estaba sola en aquél cuarto pequeño. Habían mantas en la pared, y la puerta tenía hilos con piedras de colores colgando. Se miraba muy hippie el lugar, pero no conocía el término, aunque lo recordó.

Se empezó a tocar el pecho, abdomen y torso para asegurarse de no tener alguna herida, lo que significaría que le habían extraído los órganos y la dejaron ahí pensando que estaba muerta. Pero no, estaba completa y sin ninguna perforación. Se levantó de aquella cama que casi estaba al nivel del suelo y salió de la habitación, para encontrarse con un pasillo lleno de cosas y cachivaches, todo muy desordenado. Al lado de la habitación por la que salió también habían más, solo que estaba vacías, así que aprovechó para correr y cuando lo hizo se detuvo de golpe, pues sentía punzones dolorosos en la cabeza.

Bajó con cuidado una escalera pegada en la pared y se tropezó en el penúltimo escalón, pero no sé lastimó al caer, pues estaba bastante cerca del suelo. Caminó dando pequeños saltos hasta llegar a una esquina, vigiló que nadie viniera y al no ver a nadie, siguió pegada a la pared. Le ponía nerviosa el hecho de que en todo el recorrido no viera a ni una sola persona, pero por todo lo que había visto, sabía que ese refugio estaba siendo habitado por muchísima gente.

Pasó por una habitación que tenía varios radios de comunicación y papeles, así que entró para ver si podía saber en dónde estaba o buscar unas llave para salir, pues la puerta principal tenía seguro con varios candados muy grandes. Abrió cajones buscando alguna llave tan siquiera, con el olor a humedad y papeles viejos impregnandose en su nariz, logró encontrar de todo, menos un juego de llaves.

Se dio la vuelta bruscamente y su corazón se heló al ver a una mujer en la entrada, tenía una abrigo largo de color café y cabello castaño, al igual que el de ella. Pero no podía ver su rostro, ya que llevaba un cubrebocas color negro y solo dejaba ver sus ojos.

— No te muevas.— Amy no se iba a mover en lo absoluto, pero volteó hacia un arma que estaba en el escritorio de la habitación y la mujer lo notó. Corrió hacia ella y tomó el arma, luego haciendo que Amy se volteara y la sometió contra la pared, colocándole un cuchillo en el cuello.

— Por favor, déjame ir.— suplicó.

— ¿Cómo entraste aquí?— su tono de voz era suave, pero amenazador, lo que intimidaba bastante. Amy seguía respirando muy fuerte y soltando pequeños quejidos al sentir la punta del cuchillo en su cuello. El cabello de Amy estaba hacia un lado y la mujer la tomaba por el cuello de la chaqueta, así que volteó hacia su cuello y observó la cicatriz que tenía la chica.

W.C.K.D
Sujeto B-2

La mujer parpadeó dos veces y tragó pesado.

— Sujeto B-2, autorizado.— una niña entró junto con dos guardias al cuatro donde una mujer pasaba sus noches atada a una camilla.

— Mamá...

— Estoy bien, Lila.— la niña le sonrió y tomó sus manos, sin importarle cuando infectada estuviese su madre.

Ese recuerdo hizo su corazón palpitar muy fuerte, así que la soltó y retrocedió.

Has No Ending » Maze Runner ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora