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Thomas se sentó en un sofá del recibidor, mientras veía a algunas personas caminar por las aceras, hasta que escuchó los pasos de Amy. Sabía que su madre venía con ella desde las escaleras, pero no volteó a verla, simplemente se sentía incómodo.

—Thomas, escucha... —soltó el agarre de su madre y se sentó con cuidado a un lado de su hermano, para tomar su brazo y hacer que la escuchara— sé que esto ha sido un fuerte impacto para ti, para mí también lo fue. Pero quiero que tomes esto como en aquél momento cuando supimos la verdad entre nosotros, porque somos una familia. —Thomas volteó a verla y luego a Claire, quien aún seguía de pie con las manos señalando su ansiedad. El chico se puso de pie y se le acercó, dejando ver que era más alto a comparación de aquél niño el cual solía ser cuando su madre aún no los dejaba. Amy observó todo desde el sofá, y tenía esperanza en que todo volvería a ser como antes, todos serían una familia de vuelta.

—Stephen. —le dijo y los ojos del chico se humedecieron— quiero que entiendan que nunca fue mi voluntad dejarlos, porque mi corazón no volvió a recomponerse hasta que encontré a tu hermana y me dijo que estabas con vida. Pero, yo estaba enferma, el mundo también lo estaba. No es el pretexto para una madre que hizo algo así, pero sabía que ustedes eran especiales que no los dejarían morir, aunque yo sí lo hiciera. —Amy se conmovió un poco.

—Yo no pido tu perdón, porque sé que lo que hice no es digno de que me vuelvas a decir madre. Pero lo único que quiero es que sepas la verdad, que lo hice para que tuvieran lo que no podía darles en un mundo que moría cada día.

—No podemos culparla por el laberinto o lo que pasamos luego de eso, Thomas. —el chico la observó de reojo y luego volvió su vista a Claire.

—Me basta con saber que son unidos, que se aman y que están a salvo. —dijo Claire, para luego secar algunas lágrimas y darse la vuelta. Pero Thomas la tomó del brazo, y aunque lo dudó, la acercó para poder abrazarla y llorar en silencio. Claire también empezó a sollozar mientras acariciaba su espalda, y Thomas sentía por fin ese sentimiento cálido que sentía al abrazar a su hermana. Estaba abrazando a su madre, por fin luego de tantos años.

Caleb subió las escaleras del pórtico de aquella casa, abriendo la puerta y ver a Amy jugar con unas cartas sobre la mesa del recibidor. Al fondo, en el comedor, estaban Claire y Thomas hablando animadamente, lo que le provocó una sonrisa y Amy lo notó.

—Fantástico, ¿no? —él dirigió su vista hacia ella y tomó asiento a su lado.

—Estoy muy feliz por Claire, es lindo ver que son una familia completa otr vez. —la chica sonrió nuevamente y dejó el manojo de cartas para pasar su brazo libre por el brazo de Caleb.

—Tú también eres parte de esta familia. —Caleb sonrió y tomó la barbilla de Amy, para acercar su rostro, hasta que escucharon un caraspeo de parte de Thomas. Estaba detrás junto a Claire, quien los miraba divertida.

Ambos chicos se separaron y Thomas alzó una ceja, haciendo que Caleb se pusiera incómodo.

—Creo que me sentaré aquí. —tomó asiento al lado de Amy cuando Claire salió de la casa, haciendo un poco tensa la situación.

—¿Este tipo de dilemas sucederán? —le susurró la chica.

—No, detesto ser así. Pero frente a nuestra madre debo ser responsable, ya sabes. —le contestó con otro susurro, mientras Caleb estaba algo incómodo por estar tan pegado al otro extremo del sofá.

—Perfecto. —respondió ella, y en eso Minho habló desde afuera.

—¡Hey Thomas! La cena esta noche es en casa de Vincent.

—¡Lo sabemos! Iremos en unos minutos. —contestó y ambos chicos se levantaron para tenerle una mano a Amy y ayudarla a caminar, pero ella re lamio sus labios y no supo qué hacer.

—Puedo sola. —respondió y no tomó ninguna de las dos, y con una muletas caminó hasta la salida.

Esa noche, Amy se alejó del recibidor en la casa de Vincent para salir y tomar aire fresco. Pero la razón era porque Alice había mencionado a Aris y se sintió un poco mareada al recordarlo. La vista hacia el atardecer en el cielo era la misma que ella y su amigo veían en ocasiones cuando el sol se ocultaba tras los muros del laberinto, en el desierto y cuando estaban en su antiguo refugio. Su ausencia se notaba, ya que en ocasiones cuando alguien mencionaba algo, ella lo buscaba con la mirada para ver si le había echo gracia o no. Y dolía, dolía mucho que ya no estuviera más por ahí, tanto que a veces creía que aún seguía ahí y que pensar en su muerte era una ilusión nada más. Pero cuando volvía a la realidad, no era así.

—¿Por qué no entras? Te puedes resfriar. —Thomas llegó a su lado con una taza de café, se sentó en la baranda de madera y veía la calle mientras bebía.

—Extraño mucho a Aris, y estar con ellos sin él, es muy raro. —confesó y él suspiró con pesar.

—Era un gran chico, lo llegué a considerar mi amigo. Lo lamento mucho. —en eso, Claire también apareció con otra taza de café, pero esta vez para Amy.

—Mi deseo, antes de que se oculte el sol, es que estemos unidos de ahora y para siempre. —dijo, a lo que ambos hermanos sonrieron.

Miraron el sol ocultarse, mientras su madre acariciaba sus espaldas, siendo una familia.

Has No Ending » Maze Runner ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora