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— Vamos, ¿te crees muy especial para no levantarte?— la chica de cabello castaño que veía las nubes a través de la ventana volteó hacia el escándalo que armaron dos chicos en la habitación. Era uno de aspecto asiático y otro de cabello rubio, el último era más delgado.

— Déjalo en paz.— lo defendió otra chica rubia, la cual era su hermana. La de cabello castaño se levantó de su silla y se acercó.

— No tienes que hacer esto.

— No te metas, Thomas.— la chica volteó a ver al asiático y tomó al chico "Thomas" del brazo y lo sacó de ahí.

— Es mejor que no te metas.— caminaban por el pasillo— pronto llegarán a sedarlos si continúan. Además, sabes el castigo por las peleas.— Thomas volteó a ver su antebrazo y encontró una marca que le habían dado hace un par de días por pelear. Él no había sido el causante, pero estaba involucrado, así que lo llevaron a un cuarto apartado y lo azotaron con un cinturón bastante grueso.

— ¿Entonces qué? ¿Quieres que lo sigan golpeando y que nadie de nosotros haga nada?

— Lo único que quiero es que no te vuelvan a hacer esto.— le señaló la marca.

— Li...— apretó los labios— Amy, estoy cansado de todo esto.

— Mamá dijo vendría en dos meses, faltan cuatro días para que se cumplan.

— Ya no me importa...

— Hey.

— ¡Es la verdad! Siempre que viene a este maldito lugar es para traernos de su estúpido pastel y a sonreír cuando sabe como es aquí dentro.— retrocedió al enterarse que le había gritado, luego relamió sus labios y se fue furioso. La chica volteó de nuevo hacia la puerta por donde habían salido, luego visualizó al chico que golpeaban, quien era ayudado por su hermana. Escupió sangre y se apoyó contra la pared.

— ¿Estás bien?— le preguntó ya a su lado.

— Traeré agua.— dijo la rubia y se fue por el pasillo.

— No hice nada...— susurró apunto de llorar, sabiendo el castigo que le daban por las peleas.

— Todos vimos quien tuvo la culpa, no te sientas culpable cuando no fue así.— cerró los ojos y asintió asustado— Newt...— dijo a lo último cuando leyó el nombre de su camisa.

Todos eran muy jóvenes aún, rondaban entre los 10 y 11 años.

— El chico que estaba contigo, también me dijo lo mismo la vez pasada.

— ¿Ves? Todos saben que eres el bueno.— los pasos de la chica que traía el agua sonaron y se alejó un poco, para luego entrar de vuelta a la habitación.

— Esta vez casi se desmaya, Minho.— halagó un chico un poco alto para su edad, el cual tenía unas cejas muy pronunciadas.

— Tiene razón.— apoyó también una chica de tez morena. 

— Oye.— Amy llamó al asiático, el cual volteó a verla y empezó a sonreír.

— Miren, es la hermana de Thomas. ¿Qué quieres, B-1?

— ¿Te parece divertido esto, ah?

— Lo que a mí me parezca divertido no es de tu incumbencia.— se levantó y caminó hasta quedar cara a cara con ella.

— Te crees el más rudo aquí pero en las pruebas eres un cobarde.— todos hicieron gesto de burla hacia el chico.

— No puede ser, es cierto. He visto los resultados de ella, son superiores a los de Minho.— habló alguien de la habitación.

— Tienes suerte de que no le pego a niñas, pero tu hermano la pagará.— se fue avergonzado. La chica de tez morena se levantó y sometió rápidamente a Amy contra la pared, pues era más alta.

— Escúchame salamandra, él no te puede hacer nada pero yo sí. No cierres los ojos esta noche porque voy a llegar cuando menos lo esperes.— todos guardaron silencio y luego ella salió también, dejando a Amy con la piel helada.

El timbre sonó indicando que todos debían regresar a sus áreas de trabajo. Amy trabajaba en el área del laboratorio, y era asistente de laboratorista. No le interesaba en lo más mínimo, pero le gustaba más la química, al punto de ir todos los recesos a esa área y leer los libros antes de que los científicos volvieran.

— ¿Qué ocurre?— preguntó Thomas al lado de su hermana. Veían a otros niños subir a una plataforma y probarlos en las pruebas de aptitud física.

— Odio esto, sabes que nunca podré.

— Oye, mírame— la tomó por los hombros— recuerda siempre estar concentrada y dirigirte al cuello y estómago. Tú puedes.— a pesar de que usaban gomas blandas en las manos, aún así dolían mucho los golpes.

— B-12 y B-1 a la plataforma.— sonó el parlante y de primera subió la chica de tez morena que había amenazado a Amy el día anterior.

— Olvida lo que te dije.— dijo Thomas y se hizo a un lado, recibiendo una mala mirada por parte de la castaña. Suspiró y secó su frente con sudor, para luego quitarse los tenis y subir.

La otra chica sonrió maliciosamente y Amy solamente permaneció seria, analizando los ataques que haría primero.

— Voy a disfrutar esto.

— Cállate y demuestralo, Harriet.— su mirada burlona cambió a una de seriedad y se acercó corriendo, pero Amy la esquivó fácilmente. Por primera vez sentía que su estatura le ayudaba en algo.

— Es un ratoncito, Harriet. Tú puedes.— le alentaban algunas chicas, pues ella no era muy querida entre los jóvenes, pero sí por CRUEL.

Harriet volvió a correr y esta vez Amy le dio en el estómago con la rodilla, luego en la espina dorsal con su codo. Harriet la tomó por la cintura y la hizo caer al suelo, para luego darle dos golpes en el pómulo izquierdo.

— Levántate salamandra.— Harriet sacudió su mano esperando para dar otro golpe, pero Amy aún seguía en el suelo tapando su rostro.

— Tú puedes, tú puedes.— susurró Thomas. La castaña se levantó lentamente, pero Harriet le dio otro golpe en la nariz, quedando como ganadora en esa ronda.

— Querías que te lo demostrara, ahí lo tienes.— dijo antes de bajarse. Amy aún seguía en suelo, sintiendo como su nariz y pómulos ardían.

— Necesitará ayuda.— Newt ayudó a Thomas a subirse a la plataforma y el chico pasó un brazo por su cuello y bajó a su hermana.

Has No Ending » Maze Runner ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora