028

219 25 0
                                    

-Bien, ¿los tienes? -Caleb entró a la habitación, levantando una cortina que estaba en la puerta y colocó unos papeles y carpetas en una mesa de manera que se encontraba en una esquina. Amy se puso de pie cuando el chico sacó una silla y tomó asiento frente a la mesa, cosa que Amy no imitó, solamente quedó de pie viendo los papeles.

-Claire está abajo, acaban de llegar con ropa recolectada, no vendrá en un par de horas.

-Es impredecible, nunca me confío. -la chica abrió la primera carpeta y extendió un mapa del continente americano, Caleb se puso de pie para observar mejor y señaló la ubicación en donde especulaba que estaría Thomas.

-Todavía no entiendo lo que ocurre, cómo es que pasó todo esto.

-¿Aún quieres buscarlo?

-¿Qué clase de pregunta es esa? Es mi hermano, jamás lo dejaría. Aunque toda la situación apunte a que posiblemente ya no...

-Lila, ¿estás ahí? -escucharon la voz de Claire acercarse, así que tomaron rápidamente todos los papeles y los metieron bajo el colchón de una cama delgada. La mujer abrió la cortina en la puerta y vio a ambos chicos sonrieron sospechosamente, lo que la confundió un poco.

-Claire, ¿me buscabas? -preguntó Caleb.

-Sí, creí que estarías aquí arriba, pero escuché tu voz. -se refirió a Amy.

-Me ayudaba a, ¿limpiar? -dijo la chica, no muy convencida.

-Pero no tienes que hacer eso.

-Es muy trabajadora, acabó rápido sus tareas en la construcción y me pidió ayuda aquí.

-Bien, par de mentirosos, ocupo al mentiroso número dos abajo conmigo. -bromeó y Caleb bajó en silencio, seguido por Claire. Amy suspiró aliviada y volvió a sacar el mapa que tenía antes, lo observó completo y sintió de repente mucha impotencia al no poder tener a su hermano con ella.

Para calmarse un poco decidió ir al bosque, ya que Caleb terminaría muy tarde y los demás estaban ocupados en sus asuntos. Se sentía como una pequeña niña, la cual estaba aburrida, sin nadie con quien jugar. Pero el bosque estaba tranquilo y callado, el sol aún no se ocultaba y por eso no estaba del todo oscuro. Las hojas y ramas que caían de los árboles, dejándolos casi vacíos, crujían bajo sus pies a cada pisada.

Apretó el arma corta que llevaba a un costado en su cinturón, alzó la mirada para observar algunos pájaros que revoloteaban listos para dormir, y se adentró a un más.

Habían pasado algunos minutos de caminata, ya ni veía la salida, pero recordaba el camino. Tomó asiento en una roca grande con algo de musgo pegada en ella, apoyó la cabeza contra un tronco a su lado y cerró los ojos en busca de paz mental. Casi siempre lo conseguía cuando estaba dentro del laberinto.

Aquel interior del bosque le traía voces a su cabeza, de algunas chicas cortando madera o corriendo por el bosque, pero esas imágenes se es fumaban cuando recordaba el ataque de los penitentes y sus risas se convertían en gritos.

Empezó a respirar más pesado y cuando estuvo apunto de abrir los ojos, escuchó el crujir de algunas hojas y ese sonido se acercaba casa vez más. Sonrió al pensar que era Caleb o alguno de sus amigos, pero los pasos fueron sonando más rápidos y pesados, lo que le produjo un mal presentimiento y sus instintos le decían que estaba en peligro y debía reaccionar.

Cuando la última pisada sonó detrás de la roca que la cubría, tomó su arma corta y se levantó, todo en un movimiento muy rápido. Apuntó detrás y ahí se encontraba un chico que hacía lo mismo, le estaba apuntando con una mirada desconfiada.

-¿Lila? -preguntó un poco confundido.

-¿Quién demonios eres? Suelta el arma ahora mismo y no intentes nada.

—No lo haré. —la respiración del chico sonaba agitada y cansada—. Pero tampoco te conviene que hagas algo.

—Te hice una pregunta.

—Me llamo Tobias, y sé donde está tu hermano. —la chica cambió de expresión y abrió un poco la boca, confundida por sus palabras.

—¿Qué sabes de él? ¡En dónde está! —gritó lo último. Caleb estaba cerca, y cuando escuchó la voz de Amy se acercó lentamente, hasta llegar al lugar y observando desde atrás de un árbol grueso la discusión.

—¿Cómo sé que no me vas a disparar cuando te lo diga?

—Lo haré si no me lo dices ahora. —Amy era inteligente, no permitiría que un completo desconocido la atacara desprevenida. Caleb acercaba su mano lentamente a su arma y cuando salió detrás del árbol, su corazón casi se detiene al ver al chico.

Amy y Tobias observaron a Caleb, y este reaccionó disparando a Tobias, pero no logró darle porque Amy empujó su brazo. Tobias rodó en el suelo y se levantó para esquivar otra bala de Caleb.

—No, ¡Caleb! —quiso intervenir Amy y le quitó el arma, pero Caleb la empujó y se acercó a Tobias, para luego empezar una pelea entre ambos. Amy no entendía lo que pasaba, estaba asustada y confundida al verlos pelear, así que tomó su arma y dio dos disparos al cielo, haciendo que pararan.

—¡Ya basta! —gritó, a lo que Caleb empujó al chico y se levantó bruscamente. Se dirigió hacia Amy y le quitó su arma, para luego ponerse a su lado.

—¿Qué rayos acaba de pasar? —preguntó ella.

—Un gracias me vendría bien. —dijo Caleb y Tobias se levantó del suelo tocandose la quijada.

—Gracias, por armar un escándalo. —le respondió Amy.

—Cuando ves a un extraño en el bosque lo que haces es correr, no esperar a que te mate.

—Lo que haces es razonar y pensar, no comenzar una pelea donde posiblemente termines muerto. —ambos se miraron cara a cara y Tobias se quedó detrás, escuchando durante todo el camino de vuelta al recinto.

Ambos se detuvieron frente a los huertos para verse enfadados, hasta que Aris se acercó mientras se quitaba unos guantes y Tobias se hacía el distraído.

—¿Quién es él? —preguntó Aris y Tobias reaccionó, sonriendo y acercándose para estrecharle la mano.

—Soy Tobias, un gusto. —todos se quedaron algo confundidos y el chico seguía sonriendo. En especial Aris, quien tenía una expresión extraña.

Has No Ending » Maze Runner ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora