El comedor principal se encontraba repleto de personas, algunos de pie trayendo más comida y otros solamente charlando de sus vidas en las mesas. El sol estaba en su punto más alto y la luz se reflejaba en el techo que habían construido, dándole un color amarillesco al lugar.
Amy caminaba por entre la gente, con Sonya detrás, rumbo a donde se encontraba su madre, ayudando a repartir bebidas a los más pequeños. Caleb estaba a su lado, con un niño tirando de su brazo y otro en su espalda. Al parecer siempre se llevaba bien con ellos.
—Está bien, pero solo por esta vez. —dicho eso, lo alzó por el aire y giró, haciéndolo reír. Cuando acabaron, lo soltó y el pequeño salió corriendo y sonriendo.
—¿Qué haríamos sin ti? —preguntó Amy mientras se ponía un delantal y empezaba a servir ensalada de papas.
—Básicamente el caos vendría de ellos si no los controlara, creo que me deben mucho. —le contestó.
—Lo sabemos, Caleb, lo sabemos. —dijo Claire, tocandole el hombro y luego salió de aquel estrecho lugar. Amy y Caleb permanecieron riendo por unos segundos, hasta que Sonya se dio cuenta y los interrumpió.
—¿Quieres que lo haga yo sola?
—Lo lamento. —rápidamente volvió a su puesto, aún con la sonrisa pegada al rostro.
—Nunca te había visto tan sonriente... Ahora dime, ¿qué pasa entre tú y él? —el sonido de su cucharón tocando el suelo se escuchó, haciendo que se sobresaltara. Sonya estaba especulando que Amy y Caleb tenían algo juntos, pero ni siquiera sabía lo que sentía.
—Sonya, no puedo pensar en otra cosa que no sea traer de vuelta a mi hermano con vida.
—Eso no es pretexto, digo, somos humanos. —eso incomodó un poco a la chica, pero permaneció tranquila. Rodó los ojos de una manera rápida y sirvió un poco de verduras en el plato de alguien.
—Además, es como un hijo para Claire, y yo soy su hija. Es, es extraño.
—Fingiré que te creo, pero sabes que no lo hago.
—Sonya, lee mis labios cuando te digo que no ocurre nada.— casi dijo cantado lo último, a lo que la rubia sonrió irónica.
—Ya solo vete a comer.
—¿No vienes?
—Debo terminar mi turno, quiero descansar más tarde.
—Está bien, —se quitó un delantal y lo arrojó a una mesa de metal. —pero no te esperaré.
—¿Por qué? —preguntó un poco más alto ya que Amy se alejó.
—Iré al bosque a practicar con algo. Ya sabes, tiempo madre e hija.— Sonya sonrió cálidamente al oír aquello, se sentía muy feliz escuchar que su amiga podía convivir con su madre, aunque sonara poco creíble despues de todo lo que les ha ocurrido.
Amy siguió caminando por entre las mesas con su bandeja de color azul, algunos la saludaban o le sonreían. Se había vuelto muy popular gracias a Claire, y se había ganado el respeto de la mayoría. Ella les devolvía el saludo o la sonrisa, hasta que llegó a una mesa vacía, o eso pensó.
En la mesa estaba Minho vestido con una camisa blanca desmangada, lo cual sorprendió a Amy, pues estaba haciendo demasiado frío. Lo examinó mejor y él tenía la mirada baja, ni siquiera tocaba su comida y ésta ya se notaba fría.
—¿Minho? —sólo levantó la cabeza y al encontrarse con los ojos de ella, la apartó algo disgustado.
—Puedes sentarte, si es que eso ibas a preguntar. —ella tomó asiento lentamente mientras seguía algo confundida por él. No sabía muy bien qué decir o qué hacer, así que habló lo primero que pensó.
—¿No tienes frío?
—Da igual, eso no cambia nada.
—Creo ser la persona menos indicada contigo, pero, puedes hablar conmigo si así lo deseas.
—¿Qué te hace pensar que lo necesito? —preguntó molesto y eso hirió un poco a Amy, y cuando pasaron unos segundos de silencio, tomó su bandeja y se preparó para levantarse. Pero Minho la detuvo.
Amy se desconcertó por unos momentos pero volvió a reaccionar cuando la mano con la que la detuvo empezó a temblar, y segundos luego, escuchó sollozos de su parte.
Minho estaba llorando.
—Los extraño. Maldición, los extraño a todos. —susurró, pero lo suficientemente alto para que sólo ella lo escuchara. Amy suspiró cuando al fin supo lo que le ocurría, Minho se sentía muy solo y que toda la culpa recaía en sus hombros. Ella no quería que se sintiese así, no fue su culpa que Thomas desapareciera, Minho era demasiado bueno para eso.
Apretó su mano y él levantó la mirada lentamente, sus ojos estaban algo rojos al igual que su nariz. Amy nunca lo había visto llorar, pensaba que era demasiado orgulloso como para hacerlo frente a alguien, menos de ella. Pero Minho no era quien creía, era alguien sensible y lleno de buenos sentimientos. Ese chico que aparentaba ser rudo, pero en el fondo amaba a cada uno de sus amigos.
—Minho no fue tu culpa, todos lo sabemos. Por favor, reconocelo tú también. Escucha, mi madre ha estado trabajando duro para tratar de localizar a Thomas, falta poco y lo encontraremos, todo volverá a ser como lo era antes. Hemos sobrevivido tanto como para que algo así nos haga caer, tú y yo lo sabemos más que nadie.
Sus palabras tocaron fuertemente el corazón del chico, quien dejó de llorar al oírla y se sintió en calma, pues ella había logrado hacerlo sentir así.
—También extraño a algunas personas, pero nosotros somos nuestra familia ahora, nadie más ha estado ahí, solo nosotros mismos. No te dejaré caer cuando puedo darte una mano y sacarte de ahí.
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Has No Ending » Maze Runner ✔️
Fanfiction[ 2do libro de la trilogía : NIGHTMARE. ] El área y el desierto no fueron los únicos terrenos hostiles donde probaron su unidad como familia. Preparense para ganar el juego bajo cero. Y recuerden: CRUEL sí fue bueno. Que la pesadilla continúe. ...