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El salón de clases estaba en completo silencio, solamente el reloj colgado justo al lado de la puerta hacía su molestó «click, clock» lo cual relajaba un poco más a Thomas. Levantó la mirada de su examen sigilosamente, pues el profesor estaba caminando de espaldas hacia él y no lo vería con la mirada en otros asuntos. Amy estaba a dos sillas más atrás en la fila de al lado, él se encontraba en la primera silla de la última fila. Observó como estaba de lo más tranquila llenando una hoja aparte con cálculos y pasaba las respuestas al examen. Más atrás se encontraba Minho, quien también respondía confiando, pero a veces tenía una expresión de aburrimiento, como si alguien lo estuviese obligando a contar cuantas letras hay en el diccionario.

Por otro lado, Gally estaba algo irritado, pues lo notaba al momento que mordía la goma de su grafito y escribía pero luego borraba. Luego borraba toda la hoja.

Volvió su mirada a su examen cuando el profesor se dio la vuelta y aunque solo le faltaba un ejercicio de matemáticas III, no se podía concentrar con todo lo que estaba haciendo durante la semana. Estiró sus piernas y suspiró, ganándose una mirada sobre las gafas del profesor, quien ya estaba sentado en el escritorio justo en frente del pizarrón táctil. Las clases que tomaban no eran para obtener calificaciones y graduarse como cualquier institución, ellos eran especialmente vigilados para descubrir los niveles de sus capacidades en muchísimos ámbitos. Igualmente en aquél salón no todos tenían el mismo examen, pues si eras bueno con los números y las operaciones, no tenías que esforzarte por comprender la medicina o la naturaleza. Seguramente Amy recibió el mismo examen que él, o tal vez uno de química. A Thomas se le facilitaban más los números y diseñar cosas complejas.

Por su cabeza rondaban ideas para el plano que construía con ayuda de CRUEL, ya que según ellos, lo utilizarían para experimentar con unas criaturas que Amy diseñaba biológicamente. A veces después de clases ambos eran llevados con ellos y trabajaban hasta altas horas de la noche con personal especializado. Pero les gustaba hacerlo, después de todo era en lo que se adaptaban mejor.

Tenían todos los recursos necesarios para idear todo lo que se les ocurriera. Desde el laberinto más complejo, hasta las criaturas más voraces.

— Hola, yo soy...

— Aris, lo sé.— respondió Thomas cuando un chico sumamente pálido llegó a su lado. Se estrecharon la mano y Thomas le mostró una parcela de lo que diseñaba.

— ¿Se cerrarán automáticamente?— preguntó viendo la estructura.

— No, no lo sé.— volvió a tomar asiento— una chica está a la cabeza del diseño de las criaturas. Necesito hablar con ella para planear eso.

— ¿Y si las criaturas las abren? Digo, así sabrían y podrían ir a todos lados. Solo deben saberlo.— Thomas pensó en sus palabras y le agradaron.

Pasó un año desde que habían empezado con el diseño de los laberintos que CRUEL les había pedido a ellos y a otro grupo de jóvenes. Ava Paige en persona los reunió para hablar justamente con Thomas y Amy, los cuales asistieron como se debe.

— Diseñaron esto en dos meses y requerimos de un año y diez meses para construirlo todo. No fue fácil, pero las circunstancias ameritan responsabilidad y rapidez. Los he traído aquí para felicitarlos de su grandioso éxito, con esto podremos estudiar y experimentar mejor con el virus que a diario, está matando a cientos de personas.

— Como sabrá, nosotros nunca tuvimos un hogar o una familia que nos viera crecer.— Amy volteó a verlo— e hicimos y haremos todo lo posible por encontrar la cura para que las personas allá afuera tengan esperanza.

— Todo se lo debemos a ustedes.— añadió Amy y Ava sonrió.

— De hecho la humanidad estará en deuda con ustedes.— los jóvenes pensaron que se refería a lo que hicieron, pero Ava ya tenía otros planes muy diferentes a los que les había dicho al principio.

Ambos se encontraban en una de las piscinas privadas de CRUEL, todas estaban dentro del establecimiento. Amy salió y decidió quedarse sentada a la orilla, para beber de su piña colada. CRUEL les había dado el privilegio y muchos más como un mérito.

— Quisiera invitar a algunos.— Thomas se acercó nadando y cruzó los brazos sobre las piernas de la chica para apoyar su barbilla.

— ¿Como a quiénes? ¿Teresa?— él negó riendo.

— ¿Qué tiene que ver ella conmigo?

— Hey, puedo hacerte una lista, de mi tamaño.— él rió y chapoteó agua, luego ambos empezaron a jugar y terminó en una divertida pelea acuática.

— ¿Has sabido algo de Claire?— preguntó Thomas mientras se secaban con las toallas.

— No, no desde aquél día.— respondió Amy.

— Es mejor así, no necesitamos de nadie.— tomó asiento en una de las sillas inclinadas.

— ¿Sabes?— Amy tomó la silla de al lado— podríamos estar allá afuera tal vez muertos o buscando en un basurero algo para llenar nuestros estómagos. Pero aquí estamos, viviendo la vida como si el mundo no se hubiese destruido.— él meditó sus palabras viendo el cielo estrellado por el enorme ventanal.

— Pero vamos a ayudar a esas personas.

— Sí, siempre lo repetías.

— Aún lo hago.— ambos sonrieron.

Has No Ending » Maze Runner ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora