Capítulo Doce: El Ruido.
"Yo... bueno, creo que eso no debería significar que... que... tú no puedas dar tu primer beso real aún, uno que sí quisieras dar y recibir, me refiero."
Su mirada estaba fija en ti mientras que el cigarro que había encendido hace segundos, se consumía fielmente entre sus dedos, lo decía convencido, como si no le dieras asco, como si no le diera asco que a tus diecisiete no hubieras besado a alguien que hayas querido besar, aún.
"Entiendo, supongo."
Dijiste, aún perdido en la forma del humo de su cigarro, de cómo salía por sus fosas nasales y luego por unos escasos segundos, como parecía relajarse con la toxicidad del humo llegando a sus pulmones, porque él cerraba los ojos y volvía a abrirlos, renovado.
"Que ambos tengamos la atención puesta en el otro, no quiere decir que estés obligado a hacer lo que sigue, Frank, ¿okay?" Sabías a qué se refería, pero sólo asentiste, viste como él fruncía el ceño ante tu falta de respuestas.
"Está bien, Gerard. Supongo que quiero besarte..."
Viste como sus ojos se abrían por la sorpresa y te apresuraste en agregar:
"...u-un día de estos, no estoy listo aún."
Gerard casi rió, pero negó lentamente, para luego sonreír en tu dirección. "Está bien, Iero."
"¿Y si mejor escuchamos música? Siento que esta conversación es incómoda."
"A mí no me molesta que hablemos de besos."
"Pero a mí sí."
Suspiró y asintió, sacando su teléfono celular de uno de los bolsillos de su mochila.
"¿Qué quieres oír, Iero?"
"Uh, ¿tienes algo de Bring Me The Horizon?"
"Esa pregunta debería ser una ofensa." Llevó una de sus manos a su pecho, dramáticamente. Reíste, quitándole su celular, viendo qué álbum tenía. Tenía todos, cada uno de ellos con su correspondiente portada, ¿qué clase de trato con Satanás debías hacer para tener todos los álbumes?
"¿Por qué te gusta Bring Me The Horizon? Es algo ruidoso, por los screams y guturales, pensé que escuchabas algo más tranquilo." Preguntó, pero estabas poniendo una de tus canciones favoritas, liquor & love lost.
"Porque es como si ellos gritaran por mí."
Murmuraste, dejando el celular de Gerard con el parlante hacia arriba en el suelo, mientras que él volvía a recostar su espalda contra la pared y a mirarte como si fueras un tesoro perdido.
"¿Por qué me ves así?"
Tu pregunta había tomado por sorpresa a Gerard, porque sus mejillas estaban rojas, aunque claro, él nunca perdería el tiempo en negar lo que estuviera pensando o sintiendo.
"Porque haces difícil el trabajo de esperar a que quieras besarme."
El oxígeno pasando lento por tus fosas nasales, su mirada quemándote, pero te hiciste el tonto.
"¿Y eso qué se supone que significa?" Se encogió de hombros y miró hacia otro lado, rodaste los ojos, fundiéndote en tus pensamientos con la canción al fondo. Volviste al planeta de los vivos cuando Gerard le bajó el volumen al celular, porque ambos escucharon un ruido en el cubículo de al lado.
