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Capítulo Veintiséis: La promesa.


 Más tarde, en su habitación, estaban acostados en el suelo, hacía calor y el ventilador de techo no ayudaba mucho, Gerard fumaba mientras que cantaba de vez en cuando una de las canciones que pasaban en su celular, su mirada recae en ti, parecías perdido en tus pensamientos y esto parece llamar su atención.

"¿En qué piensas, Iero?"

"En cuánto durará todo esto."

"¿Todo esto?"

"Sí, ya sabes, esto... estar aquí sin temer que al volver a casa, él esté esperándome."

"Quizás no salga en un buen par de años, ¿dijiste que lo encontraron con cocaína, cierto?"

"Sí, pero... Linda, ella pagará la fianza, Gerard, ella pagará. No sé qué mierda tiene en la cabeza, es como si le gustara ser tratada así por él." Retuerces los dedos de tus manos, él te pasa su cigarro y lo aceptas, lo llevas a tu boca y chupas el filtro, no dejas que el humo llegue a tu sistema, lo dejas escapar por tu boca casi de inmediato.

"Una vez, una vez los vi teniendo sexo." Dijiste. "Yo tenía como trece, y... me había despertado en medio de la madrugada, tenía miedo, le-le temo a las tormentas eléctricas, justamente me había despertado por un rayo y- quise buscar a Linda pero... cuando llegué a su habitación, la puerta estaba entreabierta, y los ví, él... bueno, no parecía como si ella lo disfrutara, porque... él se la estaba metiendo por detrás, ya sabes, y-yo sentí asco y él me miró, me vio en ese momento, mantuvo pegado sus ojos en mi mientras que seguía embistiendo en ella y sentí mucho miedo, me sentí sucio, fue como si él estuviera haciéndome eso a mi, por la forma en la que me miraba. Entonces salí corriendo por el pasillo y vomité en el final de las escaleras." 

 Gerard mantenía sus ojos abiertos, sorprendido, quizá te gustaba que él no fuera capaz de verte con lástima.

"¿Y sabes lo qué hizo después?" 

Él bajó la mirada, apenado. "Bajó desnudo hasta estar a la misma altura en las escaleras que yo, así como había terminado, e- hizo que me arrodillara y limpiara mi vómito, mientras que él se mantenía a mi lado, sosteniéndome desde la nuca. Sentía tanto asco que ni siquiera podía verlo a la cara por los siguientes días, ni siquiera podía verle a la cara a Linda." No te habías dado cuenta de eso; de que habías comenzado a llorar. Gerard tomó tu mano e hizo que te acostaras sobre él, te acarició la espalda mientras sollozabas ahogado contra su pecho.

"Tengo mucho miedo, Gerard. Él saldrá y estará malditamente molesto, seré su saco de boxeo." 

"No, shh, no dejaré que eso pase, Frankie. Si sale, estaremos preparados, vamos a-vamos a patear su asqueroso trasero, te lo prometo, Frankie, nos vengaremos. Te lo prometo, confía en mi." No te habías dado cuenta pero Gerard había limpiado unas lágrimas que salían de sus ojos mientras decía aquello.

las otras cosas. » frerard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora