Capítulo Diecinueve: La Memoria.
Te miró fijo durante unos segundos antes de asentir y tomar tu mano, comenzando a caminar por delante de ti, mientras que las lágrimas se secaban sobre tu mejilla, y un sentimiento como curiosidad se imponía ante los otros, querías preguntarle hacia dónde te llevaba, pero esa pregunta sería respondida pronto, porque el salón vacío de música parecía estar esperándolos, mientras cruzaban sigilosos por el pasillo.
"¿Gerard?" Murmuraste, cuando entraron al salón y viste como cerraba la puerta, para luego darse la vuelta y encararte, enseñándote una de sus mejores sonrisas. "¿Gerard?" Retrocediste unos pasos hasta que te chocaste contra una mesa, estabas nervioso.
"Frank, ¿dijiste que él me borró de tus labios, no es así?"
Asentiste, aún sin comprender realmente.
"Pues tengo la solución perfecta." Volvía a acercarse unos pasos más, y como no podías retroceder por culpa de la mesa, te sentaste sobre esta, mirándolo entre asombrado y avergonzado, él caminó hasta hacerse un lugar entre tus piernas, mientras que una de sus manos sostuvo tu mejilla, haciendo que lo miraras sin titubear.
"Tienes que agudizar tus sentidos, Frank... como el tacto..." Sus labios se acercaron lentamente a los tuyos, rozándolos apenas, dejándote mareado, volvió a alejarse unos centímetros.
"sabor..."
Volvía a acercar su boca, pero esta vez entreabriendo sus labios, haciendo que hicieras lo mismo, notando como delineaba tu labio inferior con su lengua, para luego hacer que se tocara con la tuya, haciendo que distintas corrientes eléctricas se deslizaran desde la punta de tus dedos, hasta tus párpados cerrados, logrando que revolotearan, su lengua y su sabor envolviendo a tu lengua y tu sabor, dejándote como un adicto.
Su boca sabía a chocolate y cigarros de menta. Tus mejillas ardían, al igual que el resto de ti, seguía besándote y te parecía la mejor cosa que habrías de probar, en esta y en cualquier otra vida.
Se separó de ti, y abriste tus ojos, te sonrió antes de volver a susurrar cerca de tus labios.
"...oído."
Sentiste como mordía tu labio inferior y lo estiraba levemente, haciendo que un sonido extraño saliera de ti, ¿a caso ese había sido un gemido?
Algo aturdido, volviste a abrir tus ojos, su rostro estaba a centímetros del tuyo, estudiando tus rasgos, así como lo estabas haciendo con él, memorizando desde el pequeño lunar en su nariz, hasta el color de sus ojos, tenías miedo de que viera tus defectos estando así de cerca.
"Estás viéndome, fui yo el que te besó, Frank."
Vista.
Luego, envolvió con sus brazos a tu torso, atrayendo tu cuerpo al suyo, abrazándote, logrando que tus brazos también se envolvieran a su cuerpo, tu rostro quedó cerca de su cuello, cerraste tus ojos y sentiste su aroma, cigarrillos, café, una fragancia a vainilla y limón, Gerard olía bastante bien.
Olfato. Y así fue como ese información se quedó por siempre en tus memorias a largo plazo, Gerard parecía ser invencible e imborrable, lo supiste cuando todo el dolor que estabas sintiendo hace unos minutos, parecía adormecerse estando a su lado.