Por un beso -♡Ae Y Pete♡

Capítulo 32 (Una decisión)

—Aja... ¿Llegó?... No... ¿Lo llamaste? ¿Que te dijo? ¿Te mandó a la verga?

Mis ojos se abrieron de par en par con sólo pensar que eso era lo que me esperaba.

Tin me dijo que necesitaba hacer unas llamadas para asegurarse de que sus suposiciones estaban en lo correcto, y al parecer si lo estaban.

—Esta bien... Dile a la chica... No le pregunten más nada... Si... Ya vamos... Nos vemos allá...Gracias — Tin cuelga la llamada.

—¿Están allá? — le pregunté ansioso por saber la respuesta, estoy tan nervioso.

¿Me estoy arrepintiendo?

No, para nada.

—Bueno... No exactamente.

Cuando Tin soltó eso, me preocupé bastante, y de paso el muy hijo de su madre le dió una vuelta descomunal al auto provocando que casi me golpee la cabeza con la puerta que tengo al lado.

—¡¿Que te pasa?! ¡Se supones que es por allá! — dije señalando hacia la derecha.

—Cambio de planes, el padre de Pete está solo — dijo Tin subiendo la velocidad, y con una expresión de:
"Valiste verga".

Maldición... ¿Que hago?

—Ae... ¿Sabes mantener la calma?

Esa pregunta me dió miedo.

—Depende... ¿De qué forma? — le pregunté mirándolo extrañado, y observando que nos estábamos alejando mucho del sitio donde se suponía que el padre de Pete iba a estar con mi novio.

—De la forma en la que aguantes golpear a alguien — me respondió doblando hacia una esquina, entrando a una calle a la que nunca había entrado antes o por lo menos no recordaba.

—Repito, depende... ¿Por qué preguntas?

—Pregunto porque vas a tener que lidiar solo con tu suegro — me respondió mientras llegábamos a un edificio increíblemente inmenso.

Lo que dijo Tin abrió mis ojos ampliamente, y de paso también el que habíamos llegado a un sitio que yo desconocía.

—Llegamos, en ese edificio trabaja el padre de Pete.

Observé desde la ventana del auto aquel edificio que por alguna razón me causaba un fuerte escalofrío, ahí está... El padre de mi novio, al que tendré que enfrentar en unos momentos.

—¿Vas a hacerlo? Sí quieres dentro contigo — la pregunta de Tin causó que saliera de mis pensamientos.

—Tengo que hacerlo... Es por Pete.

Volteé a ver a Tin y este tenía una leve sonrisa en sus labios.

—Ae... Sí no te aprueba el señor Pitchaya, yo... Si te apruebo, eres un gran chico, y me alegra que seas el novio de mi mejor amigo — Tin tenía una mirada que me provocaba seguridad acerca de lo que iba a hacer, y sus palabras lograron sacarme una sonrisa.

—Gracias, Tin... — le agradecí sin despegar mis ojos de los suyos.

—No es nada... — él desvió la mirada hacia el frente sin quitar su sonrisa —Ve por él, tigre.

Esas palabras me dieron el suficiente valor como para salir del auto, y caminar con total seguridad hacia dentro del edificio donde se suponía que iba enfrentar al señor Pitchaya.

Al entrar lo que me encuentro es un montón de personas caminando de un lado a otro con mucha prisa, con papeles en mano, y otros atendiendo llamadas que parecían muy importantes.