XXVIII

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"—¿Me estás sacando una foto?

Nop —sonrió divertido.

—¿Entonces por qué me estás apuntando con el celular?

—Porque te estoy filmando.

—No ¿Por qué? No hagas eso, Itzak. Me pone nerviosa.

—Es por si alguna vez no puedo verte. Quizás yo deba irme, o tú, y para no extrañarte, veré éste video.

—Pero si podemos hablar por teléfono, mejor apaga la cámara ¿Sí?

—Si no tienes señal, o yo, no podremos hablar. Dime algo, bonita —sonrió—. Mira a la cámara y dime algo.

—Que eres un tonto, pero que te quiero —le dijo mirando al celular—. Ahora apaga eso.

Hmm ¿Y se puede saber por qué me quieres?

—Porque eres bueno conmigo, porque me tratas bonito.

—¿Y por qué te gusta cómo te beso no?

—¡Itzak! —exclamó avergonzada, haciéndolo reír.

—Ey, amor, mira la cámara y di una última cosa.

—No, no quiero.

—Vamos bonita, no seas mala, mírala una última vez.

La jovencita lo hizo y él sonrió.

—Te quiero —le dijo el rubio, captando en los últimos segundos del vídeo, la mirada de ella, su suave sonrisa al escuchar aquello."

Miró aquel video, una vez más, mientras estaba acostado en su cama. Antes solía hacerlo todas las noches, ahora en raras ocasiones, cómo cuando estaba triste, o la extrañaba.

Cuando estaba triste, solía ver las fotos de ella, recordar cuando las había tomado, porqué lo había hecho. Podía recordar su voz, sus besos, sus abrazos.

Pero mejor era "vivirlo" a través del vídeo. Escucharla decir que lo quería, recordar aunque sea por esos tres minutos, que en algún momento fue feliz.

Porque sí, lo era. Había sido muy feliz a su lado, había vivido un amor puro e inocente con ella.

Y aunque quisiera evitarlo, sintió los ojos aguados. Todavía dolía, era un dolor que volvía a surgir cuando la recordaba de aquel modo, y todo lo que le había hecho.

"—No, Itzak —se quejó cubriéndose el rostro—. Basta de fotos, estamos comiendo.

—Pero es un vídeo —rio.

—No de nuevo, ya el otro día me grabaste. Basta, comamos tranquilos.

—Okay, apagaré la cámara, pero primero, hablemos de algo.

—¿De qué?

—Mm, no lo sé, como que en unos días cumpliremos cuarenta día de relación.

—¿Se cuenta eso?

—No lo sé, creí que tú eras la experta en esto.

—Pues creo que sólo valen los meses y años.

—Mm, tal vez. Oye amor, dejo de filmarte si me das un beso.

—No haré eso frente a la cámara.

ItzakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora