Alba y Natalia ya son novias a los ojos de todos pero una persona volverá al ataqué a pocos días de irse de viaje escolar.
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Narra Alba
-Dios no entiendo nada.- Se compadeció Joan mientras salíamos de la clase de historia. Yo me reí tapándome la boca.
-No se dramas anda.- Le di un leve golpe con el hombro y seguimos nuestro camino por los pasillos.
-Claro, tú lo dices porque te enteras de todo.- Me recriminó pasándose un de sus mano por el pelo.- Voy a suspender historia de España, lo tengo clarísimo.
-Pero vamos a ver Joan, que solo es empollar.- Le dije entre risas a mi amigo.
-Oye, no te rías cabrona.- Me dijo uniéndose a mis carcajadas.- Ya fuera de coñas Alba, si no lo entiendo no me entero.- Se lo notaba realmente preocupado.- Si suspendo historia no puedo hacer selectividad.
-Anda no te preocupes más, yo te ayudo a estudiar.- Le propuse con una sonrisa.
-¿Lo dices en serio?- Me preguntó con los ojos rebosantes de ilusión.
-Pues claro, somos amigos.- Le volví a sonreír y él me abrazó con fuerza elevándome del suelo.
-Eres la mejor Aba Reche.- Me dijo bajándome al suelo.- No sé cómo pagártelo Alba.- Añadió pero yo negué con la cabeza.
-No me debes nada Joan.- Apreté su brazo.- La que tendría que agradeceros tendría que ser yo a vosotros.- Aparté la vista de él mordiéndome el labio.
-Reche ya lo hemos hablado.- Me volvió a abrazar. En el tiempo que conocía a Joan se había convertido en un hermano mayor para mí.- No tienes que agradecernos nada, nosotros también queríamos que formases parte del grupo.- Me separé de sus brazos y el mallorquín dejó un beso en mi frente.
-Gracias Joan.- Le susurré con una sonrisa.
-De nada.- Me dijo antes de mirando su reloj.- Bueno yo me voy que Miki y Noelia me están esperando para ir a mates.
-Luego nos vemos.- Me despedí viéndolo correr por el pasillo. Como iba con tiempo a mi siguiente clase, ya que el profesor de historia nos había dejado salir antes, fui a mirar unas cosas al tablón de anuncios.
Algunos alumnos me miraron pero no dijeron nada. Desde que había pasado lo de Isaac hacía ya dos meses, la situación no hacía más que mejorar. Lo habían expulsado un tiempo por lo que me había hecho. Nat insistió en denunciarlo pero yo insistí en que no hacía falta.
Desde ese día, las burlas y risas hacia mí habían cesado. Había conocido a gente nueva con la que ahora me llevaba súper bien. Además de que a raíz de esa situación había ganado unos amigos increíbles. A veces me preguntaba que había hecho para merecerlos. Al igual que a mi novia.
Las cosas con mi morena no podían mejorar. Estábamos mejor que nunca. Me cuidaba, mimaba y quería como la que más. Nos encantaba pasar tiempo juntas simplemente sin hacer nada. Solo ella y yo. Las dos juntas. Estaba locamente enamorada de ella. Y sabía que ella de mí también.
Llegué al tablón de anuncios y comencé a mirar con detenimiento la información en la que estaba interesada. Aún quedaban unos minutos para tocara el timbre. Leí distraída un anuncio cuando sentí como unos brazos me rodeaban la cintura por detrás.
-Hola cariño.- Le dije a mi novia sin apartar la vista del anuncio. Nat me apretó con más fuerza dejando besitos en mi cabeza.
-¿Cómo sabías que era yo Albi?- Me susurró con voz de bebé, me la comía.