𝓼 𝓲 𝓷 𝓽 𝓲 𝓰 𝓸

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Natalia está en la mierda por culpa de Alba. ¿Qué pasará cuando se reencuentren después de un tiempo?

💔

Narra Natalia

Rebusqué en el bolsillo de mi chaqueta el mechero. Iba con bastante tiempo al trabajo, así que había decidido fumarme un cigarro antes de llegar. No solía fumar muy a menudo pero desde hacía ya un tiempo, se había convertido en algo imprescindible para mí. Sentía que lo necesitaba para poder vivir.

-Joder.- Dije para mí misma cuando me di cuenta que solo me quedaban dos cigarros.- Espero que sean suficientes.- Volví a decirme sacando uno de la caja y llevándolo a mis labios para poder encenderlo con el mechero.

Caminaba tranquila mientras fumaba. La jornada que me esperaba tenía pinta de ser bastante larga, ya que hoy era sábado. Trabajaba en un restaurante de Madrid como camarera pero no era suficiente. Tenía que pagarme el alquiler y los materiales de la universidad. Por ello Carlos, mi jefe y amigo, me dejaba cantar en el restaurante cuando los clientes tomaban las copas.

-Natalia Lacunza, ni se te ocurra entrar aquí con el cigarro en la mano.- Me amenazó Julia en cuanto puse un pie en el restaurante.- Que luego se queda el olor a tabaco y Famous y yo acabamos de limpiar.- Me tiró el trapo con el que estaba limpiando una mesa.

-Tranquila Julita.- Le dije entre risas atrapando el trapo al vuelo. Lo bueno que tenía mi trabajo es que todos nos llevábamos muy bien, éramos amigos. A algunos, como Marilia y Famous, los conocía de la universidad. Ellos también eran estudiantes. A otros del trabajo ya que me sacaban algunos años, como la Mari o Sabela.

-Déjate las risas y apaga eso de una vez.- Me volvió a amenazar la gaditana.- Últimamente fumas demasiado Nat, jamás te había visto hacerlo tan a menudo.- Me comentó mi amiga mientras apagaba el cigarro en la calle.

-No seas exagerada, tampoco lo hago tanto.- Me encogí de hombros entrando en mi trabajo.

-Por una vez estoy de acuerdo con Juls.- Dijo Marta saliendo de la cocina.- Debería considerarlo seriamente, te vas a hacer mierda los pulmones.- Prosiguió gesticulando mucho con las manos.- Luego viene el cáncer de pulmón y no queremos eso Nataliuca.

-Prometo déjalo.- Les prometí y mis amigos me miraron fijamente.- Esta vez va en serio.- Les dije riendo y metiéndome en la sala de servicio para cambiarme.

Mi uniforme consistía en unos pantalones negros formales y una camisa blanca. El restaurante de Carlos había ganado bastante prestigio en los últimos años, tenía suerte de que fuera mi amigo y me hubiera dejado formar parte de esto.

Necesitaba de verdad el trabajo. Mis padres me habían dado de lado cuando les dije que quería estudiar música y artes escénicas. Me habían dicho que me las ingeniara para pagarme la carrera, que ellos no lo iban a hacer. Por ello me puse a estudiar como una loca y conseguí una beca para poder estudiar.

La beca era genial pero tenía que seguir luchando para poder mantenerla. Además necesitaba el dinero para el material y para el piso. Mi compañera de piso me había dejado tirada por lo que me las tenía que ingeniar para poder pagar el alquiler yo sola. Antes de trabajar para Carlos las había pasado putas con este asunto.

En cuanto a mis padres, habían comenzado a hábleme de vez en cuando. Pero nada importante. Me mandaban un mensaje por Navidad y por Año Nuevo pero ya está. Ni si quiera para felicitarme en mi cumpleaños. Tampoco me invitaban a casa para las celebraciones, solo iba de vez en cuando. Un fin de semana como mucho. Dolía pero poco a poco me estaba haciendo a la idea de que esa era mi vida a partir de ahí.

Albalia - OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora