Soy híper fan de Harry Potter, tenía que hacer segunda parte.
Un poquito de la vida de Natalia y Alba como pareja en la escuela.
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Narra Alba
Suspiré feliz mirando a través del gran ventanal que se hallaba enfrente de mí. Desde mi posición podía ver los campos nevados de la escuela y el vaho que empezaba a adherirse a los cristales. Subí y coloqué mejor las sábanas que tapaban mi cuerpo desnudo. Me giré con cuidado y pude observar a la persona que dormía a mi lado en esa cama improvisada.
Nat dormía tranquilamente ajena a todo lo que pasaba a su alrededor. Tenía una de sus manos debajo de la almohada y la otra reposa en mi cadera. Su pelo estaba revuelto por la noche de ayer y sus mejillas estaban algo rojas. Los débiles rayos del sol invernal iluminaban su cuerpo haciendo destacar cada uno de sus tatuajes. Tatuajes en los que me había perdido cientos de veces. Su pecho subía y bajaba a un ritmo constante, haciendo que sus collares se moviesen. Era el ser más bonito de este mundo.
La noté temblar levemente por lo que la arropé con las sábanas y con el edredón. Mi novia, al sentir el contacto de las telas se acurrucó más en ellas. Sonreí ante lo mona que era y pasé mi mano por su costado, acariciando el tatuaje que tenía debajo del pecho.
-Umm Albi.- Me dijo removiéndose un poco entre las sábanas.
-Mi amor.- Le susurré el oído y dejé un cariñoso beso allí.- Sigue durmiendo, es temprano cariño.- Le dije dulcemente dándole un pequeño besito en la nariz.
-Vale.- Me respondió y se acurrucó en mi pecho cual gatito. Merlín, un día iba a explotar de lo mucho que le quería. Me dediqué a acariciarla con calma mientras notaba que su respiración se volvía más pesada, se había vuelto a quedar dormida.
-Eres tan bonita mi vida.- Le murmuré sabiendo que no me iba a oír. Paseé mi vista por la estancia en la que estábamos, nuestro refugio en estos 9 meses de relación. Desde que mi chica y yo comenzamos a salir, su torre se había convertido en mía también. La aprovechábamos para pasar tiempo juntas y estaba encantada. Me encantaba sentarme en el alfeizar de la ventana y dibujar a Nat mientras tocaba. O ver películas tiradas en el sofá mientras tomamos un chocolate caliente.
Cabe destacar, que habíamos colado un colchón y unas sábanas para poder dormir juntas cuando quisiéramos. Además de que podíamos hacer el amor sin miedo a que nos pudiesen pillar, no era muy cómodo hacerlo en el cuarto con otras 4 personas durmiendo a tu lado. Y más si 2 de ellas eran María y Julia.
Estuve acariciando un rato más a mi morena hasta que alargué uno de mis brazos para coger mi móvil. Suspiré pesadamente al ver que era la hora de levantarse. La miré, estaba tan tranquila, tan relajada. Me partía el alma tener que despertarla.
-Nat.- Le susurré en su oído pero no abrió los ojos.- Mi vida, es hora de levantarse.- No me respondió pero se acurrucó más en mi pecho.- Cielo, me mata tener que levantarte porque sé que estás muy a gustito.- Pasé mi mano por su pelo acariciándolo con cuidado.- Pero si queremos pasar un rato juntas antes de que me vaya, te tienes que levantar amor.- Le di un beso sin segundas intenciones en el cuello y mi novia comenzó a hacer ruditos adorables.
-Buenos días Albi.- Me dijo con la voz ronca por el sueño pero con los ojos cerrados.
-Buenos días cariño.- Besé su frente ya que seguía acostada en mi pecho. Comenzó a abrir los ojitos y me miró con una mirada cansada pero llena de amor. Me sentía feliz de que esa sonrisa me la dedicara a mí.
-¿A qué hora te vas mi amor?- Me preguntó mi chica separándose de mi pecho para tumbarse a mi lado para verme mejor.
-De aquí a dos horitas.- Acaricié su mejilla y ella acunó las mías. Me dio un beso en la nariz antes de darme otro más sentido en los labios. Podría haber mucha magia en Hogwarts pero ninguna comparada con la que sentía yo cuando besaba a Natalia.