𝓮 𝓶 𝓹 𝓻 𝓮 𝓼 𝓪

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Alba comienza a trabajar como secretaria de la jefa de las Empresas Lacunza que aparentemente es una persona muy fría.

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Narra Alba

Respiré nerviosamente mientras me alisaba la falda. Apreté el volante con mis dos manos con fuerza. Notaba como si el corazón se me fuera a salir del pecho y un nudo en mi garganta me impedía tragar bien.

Negué con la cabeza y tras coger mis cosas, me bajé del coche. Miré el gran edificio de oficinas que se hallaba ante mí. Normalmente los rascacielos de Nueva York no me imponían, había acabado por acostumbrarme, pero este edificio completamente acristalado me hacía sentirme pequeña.

Hoy comenzaba mi trabajo como secretaria en las Empresas Lacunza. No sabía mucho sobre mi jefa, solo que era la hija del creador de la empresa y la que llevaba todo esto. Por lo que tenía entendido, a la señorita Lacunza no le gustaba que se supiera sobre su vida privada.

Suspiré una última vez y me encaminé hacia el interior del edificio. El vestíbulo me seguía impresionado tantísimo como la primera vez que entré. Había tenido una suerte increíble de haber pasado la entrevista con uno de los socios de la señorita Lacunza, Joan Garrido.

Miré impacientemente a todos lados del vestíbulo. Según lo que me habían informado, alguien vendría a buscarme para enseñarme donde tenía que trabajar. Me revolví el pelo muy nerviosa, ¿y se habían olvidado de mí? Estaba que me subía por las paredes cuando oí como me llamaban.

-¿Alba Reche?- Me preguntó una chica de pelo largo castaño.- Soy Julia Medina.- Se acercó a mí y me dio dos besos.

-Encantada.- Le sonreí, me acaba de hablar en español y eso me daba más tranquilidad. Hacía mucho que nadie me hablaba de primeras en español.

-Vamos que te enseño tu puesto de trabajo.- Sonrió mientras que comenzaba a andar hacia el ascensor conmigo detrás.- ¿Es la primera vez que trabajas como secretaria?- Se interesó Julia cuando nos subimos en el ascensor.

-No, ya he trabajado en varias empresas pero en España.- Le sonreí apoyándome en la pared del ascensor.- Hace mucho que no he trabajado de esto, he estado un poquito ocupada estos meses.- Reí irónicamente pensando en los últimos meses de mi vida.

-Entonces, ¿de qué parte de España eres?- Preguntó Julia cambiando de tema, cosa que agradecí enormemente. No me gustaba hablar de mi vida personal con gente que no conocía mucho.

-Soy de Elche.- Le sonreí viendo como se abrían las puertas del ascensor.

-Ay de Alicante.- Dijo Julia y yo asentí.- Yo soy de Cádiz.- Dijo muy orgullosamente.- No te preocupes por aquí somos casi todos españoles, te van a caer bien. Por lo menos mis amigos, hay algunos que son más rancios.- Ambas soltamos una carcajada.

Continuamos caminando por el pasillo en una animada charla, Julia era la reina del humor. El pasillo estaba lleno de despachos cada uno con su correspondiente secretario. Julia me iba a presentando a la gente a medida que íbamos avanzando.

Llegamos hasta el final del pasillo y me sorprendí al ver una estancia mucho grande que las demás. Se entraba por unas puertas de cristal que daban a un ala con una mesa, que supuse que era la mía. Además de haber un par de sillones, una mesita y unas vistas impresionantes. En un lado de la pared, había una puerta que supuse que era el despacho.

-Bueno, pues este es tu sitio de trabajo.- Abrió los brazos la gaditana.- Tus cosas están en las cajas que mandaste ayer.- Señaló con la cabeza una caja.

Albalia - OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora