Capítulo Trece

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Jungkook

Me levanté temprano y cuando salí de mi habitación, Sunny aún tenía la puerta cerrada, por lo que seguramente seguía dormida. Aunque, de todas maneras faltaba mucho para su hora de entrada al trabajo.

Haría el desayuno, la mayoría de las veces era yo el que lo preparaba para ambos, pero no me molestaba, me gustaba cocinar. Y ahora con lo que había pasado recién, me sentía más tranquilo si yo me encargaba de que Sooyeon comiera de manera adecuada.

Aún tenía la duda del por qué ella se había descuidado de tal forma, pero no quería seguir presionando con el tema, para no incomodarla. Y estaba un poco preocupado, el día anterior la estábamos pasando bien con los chicos, pero de la nada ella dijo que se sentía mal y Jimin la acompañó, no entendí por que se lo había pedido a él y no a mi.

A partir de ahí no pude seguir disfrutando igual. ¿Habrá sido verdad lo del dolor de cabeza?

Hyunmin notó que me había quedado un tanto pensativo luego de que Jimin y Soo se fueran, quiso saber que me pasaba, y le comenté que no me había quedado tranquilo con esa retirada tan repentina de mi amiga.
Ella me dijo que fuera a casa a ver si estaba bien, pero no quise que después le tocara irse sola hasta su apartamento, por lo que llamé a Sunny luego de un rato calculando que ya habría llegado, pero no respondió, lo cual era extraño, no creía que se hubiese dormido tan rápido.

No desconfiaba de mi amigo, pero quería mucho a Soo y no quería que estuviese mal, por eso me había preocupado el que se hubiese ido así, y más con otra persona que no fuera yo.

Mientras estaba cocinando, escuché que mi teléfono sonó a mis espaldas y lo tomé de la barra, era un mensaje de Hyun, deseándome los buenos días. Sonreí a leer aquello, pero cuando iba a contestarle, escuché unos pasos y luego apareció Sunny entrando a la cocina, restregándose los ojos, llevaba el cabello en un moño alto, sus pantuflas de conejo y su camisa varias tallas más grande.

Se veía linda.

–Buenos días, pequeñita. –Dejé el teléfono a un lado y giré a verla.

–Buenos días, Jungkook. –No me dirigió la mirada, sacó una botella de agua, para después apoyarse en la barra.

Me quedé viéndola por unos segundos, a lo que ella rehuía a mi mirada revisando su teléfono.

–¿Qué tienes? –Al escucharme quitó su atención de la pantalla.

–Nada, ¿por qué lo preguntas? –Sonrió, pero noté algo extraño, su sonrisa no era sincera. Se alejó de mi para colocarse al otro lado de la barra.

Cuando llegué a casa anoche, me asomé a su habitación y ya estaba dormida abrazando su almohada. Quería hablar con ella, pero no quise despertarla.

–¿Cómo sigues de tu dolor de cabeza? –Cuestioné.

–Bien, cuando llegué me tomé una pastilla y se me pasó–. Ella no quería verme a los ojos, fruncí el ceño debido a eso.

–¿Por qué le dijiste a Jimin que te acompañara?

Noté que se tensó debido a mi pregunta. ¿Pasó algo que yo no sabía?

–Él se ofreció cuando le dije que me iría por lo del dolor de cabeza. –Respondió, encogiéndose de hombros. Me miró por unos segundos y volvió su vista al teléfono.

–¿Por qué no me dijiste que te sentías mal? –Me miró extrañada.

Yo solo quería saber.

–Estabas con tu novia y no quise molestar. –Habló bajo, pero logré entenderle. –Estás haciendo muchas preguntas, Jeon. –Esta vez elevó más la voz, pero su tono era algo forzado.

Love Yourself... If YOU Can. | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora