Capítulo Treinta y uno

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Ha pasado un par de días desde que llegué de Busan, no había hecho nada más interesante que trabajar y ver a los chicos. He doblado turnos para poder pasar la noche buena en la comodidad de mi casa, viendo películas y arropada con mis cobijas, ya que estaría sola. Jimin y Alanna tenían planes juntos y yo no quería hacer mal tercio. Minho la pasaría con sus padres y fue muy amable en invitarme, pero tuve que declinar su invitación.

Jungkook y yo no habíamos hablado, suponía que estaba muy ocupado pasando tiempo con su familia, además no era como si pudiéramos hablar normalmente por teléfono, ya que teníamos un asunto pendiente.

No dejaba de pensar en nuestro pequeño momento en la boda, había ocasionado que mis sentimientos fueran aún más fuertes. Pero por alguna razón ya no me sentía tan ansiosa como antes.

Le conté a Minho lo que había pasado, me sentí mal por hablar de eso con él ya que era consciente de sus sentimientos hacia mi, pero él preguntó como me había ido y obviamente se dio cuenta de que había pasado algo importante, debido a mi actitud en el momento.

Si el sentimiento es mutuo, no deberías pensar tanto y seguir tu corazón. Es muy sencillo, Soo... Había dicho él cuando le dije que tenía ciertas dudas con respecto a Jungkook y yo.

Y era lo que haría.

Llegué muy cansada del trabajo, y sólo quería dormir porque ya era alrededor de las once de la noche. Así que tomé un baño y me puse una pijama abrigada, que consistía en una sudadera que era de Jungkook, por alguna razón tenía dos iguales y me regaló una, y unos pantalones de algodón con unas medias gruesas.

Me acosté y en el momento que estaba cayendo en el sueño, sonó el timbre y maldije a Jimin y Alanna. Porque tenían que ser ellos y seguramente ambos estaban ebrios porque había visto sus fotos en instagram que estaban en un bar.

Me quedé viendo hacia el techo meditando la idea de no abrirles, así ellos se cansarían y se irían. Pero el timbre volvió a sonar y decidí levantarme de la cama, con todo el esfuerzo del mundo y quejándome como una anciana con problemas de columna.

Cuando llegué a la puerta, el timbre seguía sonando. Le iba a cortar la mano a...

–¿Jungkook?

Abrí los ojos muy grande porque era al que menos me esperaba. El sueño que tenía se fue de inmediato.

Estaba delante de mi, vestido de negro como era lo usual y un bolso en su espalda.

–¿Puedo pasar? Me estoy muriendo de frío, Sunny. –Noté como se estremecía y es que la temperatura bajaba mucho en las noches.

Me hice a un lado tratando de entender que hacía él aquí casi a la media noche.

–¿Qué haces aquí? –Cuestioné siguiéndolo hasta la estancia, dejó su bolso en el mueble y giró a verme– ¿cómo sabes donde vivo?

–Necesitaba verte –comenzó a acercarse a mi ¿por qué hacía eso? – conduje casi tres horas, llamé a Jimin pidiéndole tu dirección pensé que se haría del rogar para dármela, pero estaba muy ebrio. No fue problema. –Se encogió de hombros.

–Estás demente ¿lo sabes? ¿Por qué conducirías tan tarde desde Busan hasta acá? Pudo ser peligroso, además dejaste a tú familia, no debiste hacerlo... –Hablaba pero por la forma en que Jungkook me miraba podía decir que no me estaba escuchando. –¿En que estabas pensando, Jeon?

–En ti –respondió y llevó sus manos a mi cara– pensaba en ti, y en que no podía seguir alejado de ti, por eso vine. Quise hablar contigo luego de la boda pero ya te habías regresado.

Love Yourself... If YOU Can. | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora