Capítulo Diecisiete

5.6K 609 252
                                    

Me encontraba en la cafetería atendiendo a los clientes, estaba cansada. La noche anterior no pude dormir bien después de que llegué a casa.

Ni señales de Jungkook hasta ahora, no llegó al apartamento. Supuse que se había quedado con su... Con Hyunmin.

Alanna no fue a trabajar hoy porque llegó enferma de casa de su papá, al parecer había ingerido algo que le cayó mal, así que Koni le dio el día. Fui a verla durante mi almuerzo, era notorio que se sentía mal, no tenía la misma energía. La dejé para que descansara y me vine al trabajo.

–Soo, quiero hacerte una invitación –Minho llamó mi atención en un momento que no estábamos haciendo nada. –Pero no puedes decirme que no esta vez.

–Dime. –Le sonreí levemente.

–Cuando terminemos vayamos por un helado ¿si? –Me quedé pensando unos segundos. La verdad no tenía el mejor ánimo, pero Minho siempre era amable conmigo y ya le había dado excusas en reiteradas ocasiones. –Piénsalo. –Alzó ambas cejas de forma graciosa y se me escapó una risa.

Se alejó porque iba a atender a una familia que había llegado y luego yo me ocupé de nuevo llevando pedidos.

No vendría mal ir por ese helado. No quería sentirme agobiada al menos por un rato.

–Entonces...¿qué dices? –Se volvió a acercar a mi. Ya habíamos terminado el turno, pero yo estaba guardando unos envases donde estaba la comida de los perros.

–Está bien. –Contesté.

–Sabía que no podías resistirte al helado. –Canturreó y yo negué con la cabeza.

Salimos del local y nos fuimos caminando hasta la heladería más cercana. Minho pidió un bote grande porque pensó que sería buena idea ir al río Han.

Durante el camino hablamos de distintas cosas, él era una persona divertida. Traté de no pensar en nada más sino en lo que me decía mi compañero.

Nos sentamos en unos escalones, cercanos al puente. Habían personas haciendo ejercicio, familias con niños y parejas caminando tranquilamente. Minho sacó el envase de la bolsa, lo puso en el medio de ambos, lo destapó y me tendió una de las cucharas.

–¿Sabes? Noté que te pasaba algo –tenía la vista al frente, al agua– por eso quise invitarte, con el helado te sentirás mejor. –Volteó a verme.

Me quedé callada, me tomó desprevenida el que dijera aquello.

–Todos tenemos días malos. –Expresé en un tono bajo.

Aunque los míos eran constantes.

–Es verdad, no te preguntaré que es lo que te pasa. Pero si quieres contarme, te escucharé.

–Gracias. –Dije sincera.

–Por cierto, te ves linda con ese nuevo look. No te lo había dicho. –Desvié la mirada y probé otro poco del helado de chocolate. –¿Te avergonzaste, Soo? –Percibí cierto tono burlón.

–A veces no sé como tomar los cumplidos. –Me quejé. Soltó una carcajada.

–Que adorable. –Comentó entre risas, provocando que me pusiera roja.

–Basta. –Dije sintiéndome abochornada por sus palabras.

–Está bien, señorita Kim.

Nos quedamos en silencio por unos segundos en los que simplemente observamos a las personas a nuestro alrededor, mientras comíamos helado.

–¿Qué querías ser de pequeña, Soo? –Preguntó de la nada. Lo miré y tenía su atención puesta en unos niños, que jugaban mientras reían.

Love Yourself... If YOU Can. | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora