Capítulo Doce

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–¡KIM SOOYEON!

Escuché un grito seguido de un golpe, me senté sobresaltada en la cama y me encontré con Alanna bajo el marco de la puerta de mi habitación. Me miraba con una sonrisa enorme en el rostro.

–¿Ah? ¿Qué? ¿Qué haces aquí? –Me pasé una mano por el cabello, mi cerebro todavía estaba en modo off y casi no podía formular una pregunta coherente.

Anoche no había parado de dar vueltas en la cama. Luego de haber recibido la respuesta a aquella pregunta, me despedí de Jungkook y me encerré. Me costó conciliar el sueño, creo que ya era una costumbre.

–Te dije que vendría Soo. –Se sentó a la orilla de la cama.

–¿Qué hora es? ¿Cómo entraste? –Dije mientras dejaba salir un bostezo. Me estiré y me metí al baño.

–Son las ocho en punto –rodé los ojos aunque ella no pudiera verme– Y Jungkook me dejó entrar, aunque salió, pero dejó el desayuno hecho para ti. Tan lindo ¿verdad?

Lo era, de verdad que lo era.

La escuché hablar sin parar, mientras yo me cepillaba los dientes, arreglé un poco mi cabello y salí del baño.

–¿Cómo es que tienes tanta energía un domingo en la mañana? –Necesitaba una explicación, esta chica no era normal.

–Ehm... No lo sé, soy así y ya. –Me guiñó un ojo.

–Claro y viniste a contagiarme. –Asintió y yo suspiré. –¿No sabes a dónde fue Jungkook?

–No me dijo, ¿por qué?

–Por saber. -Me encogí de hombros.

Por lo que sabía, él había dejado de entrenar los domingos. Y me daba un poco de curiosidad saber a donde había ido tan temprano.

–Vamos, Soo, tienes que desayunar. –Me haló del brazo, como si fuera una niña y nos dirigimos a la cocina.

En la barra estaban unos platos tapados, nos sentamos una frente a la otra y me dispuse a empezar a comer. Aunque no tenía mucha hambre pero debía hacer un esfuerzo, así como Jungkook lo había hecho por mí.

–Te dejó un batido de frutas en el refrigerador, te lo serviré. –Mi amiga se levantó a realizar dicha acción, le sonreí cuando colocó el vaso a un lado de mi plato.

–Ahora necesito que me expliques exactamente que sucedió, casi dejo sordo a Jimin, cuando me llamó para decirme que habías pasado la noche en el hospital. –Dijo soltando una risa y yo la seguí.

–Ya veo que no fui la única que quedó con problemas de audición gracias a ti –Bromeé.

–Ustedes son muy sensibles. –Sacó la lengua. –Ahora si, dime, no cambies el tema.

–Pues, como te dije, fue un simple desmayo. –Me concentré en comer.

–Sooyeon... –Alcé la vista y me miraba seria. –No hables como que si no hubiese sido nada, ¿por qué no estabas comiendo bien? ¿Estabas haciendo algún tipo de dieta? –Me tensé al escuchar las preguntas.

–Yo no... No estaba haciendo dieta, ehm, simplemente me descuidé y-...

–Soo, no mientas. –Me interrumpió. No sabía que decir y le di un largo trago al batido. –Mira, algo me dice que era exactamente eso lo que estabas haciendo. Ahora que lo pienso, por eso, los días que almorzábamos juntas pedías cosas simples.

–No, yo esta–...

–Supongo que los otros días no almorzabas. –Me miraba con el ceño fruncido. –¿Me equivoco? Y lo de tus malestares por el supuesto resfriado –hizo comillas con los dedos–, era a causa de eso.

Love Yourself... If YOU Can. | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora