Extra #7

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Yoojung estaba tomado de mis manos y se tambaleaba al dar un paso tras otro hacia Jungkook, lo solté un segundo y antes de que cayera por no poder mantener el equilibrio, él lo atrapó para luego alzarlo en el aire. El pequeño reía feliz por lo que hacía su padre, pero también se restregó los ojos en señal de que tenía sueño.

–No falta mucho para que camines, campeón. –Lo llenó de besos.

–Lo hará pronto. –Sonreí, enternecida viéndolos.

–Iré a cambiar a Danna. –Alanna llegó a nosotros con la bebé en brazos– ¿Puedo subir?

–Claro, vamos. –Extendí los brazos hacia Jungkook para que me pasara a Yoo.

–¿Quieres que lo tenga mientras?

–Le toca su siesta, ya tiene sueño. Aprovecharé de dormirlo. –Él asintió y comenzamos a caminar a través del gran jardín de la casa, que estaba lleno de los familiares de mi esposo y amigos de la familia, además de nuestros amigos. Era el cumpleaños de Jungkook y decidimos celebrarlo en Busan.

Él se desvió hacia donde estaban los chicos, su padre y mi padre, quienes preparaban la barbacoa mientras hablaban y bebían. Me besó en la frente y luego acarició el cabello de Yoo.

Alanna le pidió a Jimin que buscara la pañalera, al parecer la habían dejado en el auto. Nosotras nos adentramos en la casa, mi suegra nos detuvo por algunos minutos ofreciéndonos pequeños aperitivos que estaba preparando antes de llevarlos afuera. Llegamos al piso de arriba y guié a mi amiga hasta la habitación principal. Hace unos meses que Jungkook y yo compramos una casa aquí para vacacionar y en la que siempre nos quedábamos cada vez que veníamos.

–¿Por qué los bebés tienen que ensuciar tantos pañales? –Suspiró. Dejó a Danna sobre la cama, quien mordía la oreja de su peluche de elefante, y comenzó a quitarle el vestido.

La pequeña era tan adorable, igual a su madre físicamente a mi parecer, aunque si decía eso en voz alta Jimin se molestaría. Sus rollitos resaltaban en sus brazos y sus mejillas regordetas siempre parecían tener un color rojizo. Tenía poco cabello por lo que le salía una coleta graciosa. Danna tenía nueve meses, era una bebé muy despierta, podía predecir que sería igual de hiperactiva que sus padres.

A diferencia de Yoojung quién era más tranquilo, se llevaban bien, o eso creo, porque ella siempre buscaba de morderlo y él siempre lloraba.

Mi hijo era un bebé tranquilo la mayoría del tiempo, muy inteligente también, ya tenía once meses y decía "papá". Por supuesto, Jungkook se jactaba de eso porque yo estuve muy segura que su primera palabra iba a ser "mamá" pero me equivoqué. Él y yo creemos que dentro de poco daría sus primeros pasos, así que estábamos muy atentos. Ya podía mantenerse de pie apoyándose de alguna superficie, pero luego volvía a sentarse y gatear.

–Las cosas son así. –Reí, acariciando la frente de Yoojung que ya estaba completamente dormido.

En eso Jimin entró con la pañalera roja y se la entregó a Alanna, se sentó junto a su hija haciéndole mimos.

–Cariño, no metiste las toallas húmedas. –Dijo la castaña, mientras revisaba y sacaba algunas cosas.

–Tú fuiste la encargada de armarla, no me culpes.

–Te dije que la revisaras por si se nos olvidaba algo.

–En ese momento le estaba preparando el biberón a Nana y se me olvidó.

–Pero...

–Te daré unas de Yoo. –Hablé antes que siguieran argumentando por unas simples toallitas, Jimin le guiñó un ojo a Alanna y ésta negó con la cabeza.

Love Yourself... If YOU Can. | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora