Capítulo 1

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-Muy bien, eso es todo, ahora mismo imprimo las fotos - les digo a la familia que acabo de fotografiar.

-De acuerdo, muchas gracias - dice el padre.

-No hay de qué.

Voy a la máquina, descargo las fotos de la cámara, busco la foto que creo que ha quedado mejor y la imprimo, al terminar les doy las fotos, las pagan y se van. Alguien podría pensar que este trabajo es muy monótono, pero a mí me encanta, sobre todo fotografiar a parejas y familias, porque por un segundo puedo imaginarme a mí en esa situación, lo cual me saca una sonrisa, por eso adoro mi trabajo.

-¿Ya has acabado con la familia Morgan? - me pregunta Catalina, una compañera y en cierto modo, una amiga, la solemos llamar Cat, de cariño.

-Sí, ya he acabado, ¿necesitas algo? - la pregunto con una sonrisa.

-Sí, me gustaría que vinieras conmigo a un club esta noche, me apetece mucho ir, pero nadie me quiere acompañar.

-No te preocupes, yo te acompaño Cat.

-¿En serio? - yo asiento aún con mi sonrisa - ¡genial!, nos vemos en el club que está cerca del Burger King.

-¿La de luces de neón o la disco?

-La de luces de neón.

-De acuerdo, ¿a las diez o las once?

-Mejor a las diez que mañana hay que trabajar.

Yo solo asiento y sigo con lo mío, lo bueno de ser medio demonio es que no necesito apenas dormir, con un par de horas al día me basta, pero yo duermo más por gusto o por costumbre, no lo sé, los demonios depende del rango necesitan dormir más o menos, pero aún así lo necesitan mucho menos que un humano, los únicos que ganan a los demonios en dormir menos son los vampiros, ellos directamente no duermen nada, pueden hacerlo, pero no lo necesitan.

(...)

El día fue normal como siempre, ¿qué puedo decir?, esto es lo que buscaba, escapar de mi pasado y ser feliz, nadie sabe lo que soy realmente, ni mucho menos mi pasado, para todos soy Amalia Prieto, en lugar de Amalia Sanchez, obviamente me cambié la identidad, la verdad es que me la he cambiado dos veces, ya que al no envejecer, me tengo que mudar antes de que la gente sospeche, lo cual es una lástima, pero es lo que hay, por eso amigas lo que se dice amigas, no tengo, pero sí tengo conocidas con las que salgo, como es el caso de Cat.

Ya me he cambiado, he cenado y voy de camino al club, con eso de que vivo en la ciudad no puedo ir regularmente al bosque a por sangre, por eso suelo comprar conejos, pollos, animales sin envasar y que sean recientes, así puedo beber su sangre sin que me pase nada, ya que la sangre no fresca puede causarme malestares. En fin, llego al club del que hablaba Cat y la veo en la fila, por lo que sigilosamente me pongo a su lado sin que se de cuenta.

-Boo.

-¡Aaaa!

-Jajaja.

-No tiene gracia, como te pasas, a veces pareces un ángel y otras un demonio - me río todavía más, si ella supiera.

-Te puedo asegurar que de ángel no tengo nada, pero de demonio tengo parte.

-No exageres, a veces te pasas, pero no tienes nada de demonio.

Niego con la cabeza divertida, si ella supiera que en verdad soy medio demonio, pero es lo que siempre me dijeron, parezco más humana que demonio, y ahora que para intentar espantar el pasado estoy siempre sonriente, menos todavía aparento ser demonio.

Al cabo de un rato el portero nos deja entrar, algo para nada difícil, ya que el portero que había hoy es el primo de Cat, prácticamente todos los porteros de la ciudad o son familia o son amigos de Cat, por lo que ella siempre entra a todos los club y discotecas de la ciudad. Al entrar la música alta y los múltiples olores se hacen presentes, Cat me arrastra hasta la barra y pide dos chupitos, uno para ella y otro para mí, los demonios son inmunes al alcohol, mientras que los híbridos no lo somos, pero aún así tenemos una gran resistencia a ello.

-¿Bailamos? - me pregunta Cat después de beber los chupitos, y a gritos por el ruido que hay.

-Claro - le respondo gritando también.

Nos vamos a la pista de baile, hay mucha gente, pero conseguimos llegar a un lugar donde no había tanta y así poder bailar. Al cabo de unas canciones Cat se va a la barra a pedir algo, yo le advierto que no se pase con el alcohol y ella me dice que pedirá una cerveza. Yo la espero ya que no tengo sed, pero en eso alguien choca conmigo.

-Oye, ten más cuidado - me quejo a la persona que ha chocado conmigo.

-Si no quieres que te choquen, no vengas a un lugar como este - me dice el muy descarado, y por el olor sé que es licántropo.

-Hasta ahora tú eres el único que ha chocado conmigo, cretino - le digo molesta, que quede claro, por lo normal pretendo ser calmada y alegre, pero métete conmigo y acabo contigo.

-¿A quién llamas cretino estúpida?

-Estúpida tu madre, que se le ocurrió la brillante idea de tenerte - el chico iba a decir algo o hasta pegarme por como apretaba los puños, pero llegó alguien a su lado.

-Tranquilo Amón.

-¿En serio?, ¿Amón?

-¿Algún problema con mi nombre?

-Sí, que soy fan de la mitología egipcia y tú ensucias el nombre del dios de la creación - otra vez el tal Amón parecía que quería pegarme, pero otra vez su amigo lo detuvo.

-Vámonos Amón, hemos venido a relajarnos, no a discutir.

-Pero si es ella.

-Yo no he sido quien ha chocado contigo, fuiste tú quien chocó conmigo - y otra vez, se nota que el tal Amón es muy irascible.

-Amón déjalo, siento si mi amigo ha chocado contigo, él está un poco irritable.

-No pasa nada, espero que tu amigo no te fastidie la noche.

-Tranquila estoy acostumbrado.

-Ey, que sigo aquí.

-Bueno te dejo, ha sido un placer conocerte.

-Lo mismo digo.

El chico que no sé cómo se llama se lleva a Amón y desaparecen de mi vista, ese tipo todo lo que tiene de guapo, le falta de cerebro, licántropo tenía que ser, y no me malinterpreten, desde pequeña me encantan las historias de licántropos, pero yo todos lo que he conocido han sido unos brutos, pero ellos eran roguers y Amón olía a un licántropo de manada, no sé, dejo de pensar en ellos y espero a Cat.

(...)

Al final pasó lo que pensaba, Cat se pasó de copas, por lo que me vi obligada a llevármela a arrastras a su casa, nada más posar la cabeza en la almohada se quedó dormida, estoy segura que mañana me pedirá disculpas por las molestias y me dará las gracias por la ayuda, y lo sé porque no es la primera vez que pasa esto.

Una vez he dejado a Cat en su casa me voy a la mía, la noche es algo fresca, pero no tengo frío, ventajas de ser híbrida, aunque me cueste, tengo que reconocer que ser medio demonio tiene muchas ventajas. Miro al cielo y veo la luna, no está ni llena ni menguante, está creciente y acompañada de muchas estrellas.

Una vez en el departamento me quito la ropa, me meto a la ducha y me doy una ducha bien caliente, ya que tengo por lo general el cuerpo frío, tengo que reconocer que ni cuando era humana tenía el cuerpo caliente, pero tampoco me molestaba el frío. Una vez que salgo del baño, voy al armario y cojo mi pijama, es uno sencillo de pantalón negro y camiseta verde, me recuerda mucho al que me regalaron mis abuelos, ellos a diferencia de mis padres sí me querían.

Una lágrima traicionera cae de mi ojo derecho, me la quito rápidamente y me acomodo en la cama, miro la hora y son 1:47, perfecto, cierro los ojos y con los recuerdos de mis abuelos me quedo dormida.

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora