Capítulo 3

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¿Y ahora qué hago?, está claro que necesita ayuda, está muy lastimado y aunque es un alpha, no podrá salir de esta él solo. Creo que ya lo he decidido, lo llevaré a la cabaña donde vivía con Mazikeen, no queda muy lejos de aquí a velocidad demoníaca, queda más cerca la ciudad, pero también sería llamar más la atención, por lo que lo cojo y le llevo allí.

Al llegar lo dejo en la cama de una de las habitaciones que hay para invitados, voy al baño y saco el botiquín, a pesar de ya no vivir aquí, de vez en cuando vuelvo para recordar viejos tiempo, sí, ya sé que soy algo masoquista por hacer eso, pero me es difícil olvidar. Vuelvo a la habitación con el botiquín en la mano y lo empiezo a curar, lo bueno es que ninguno de los demonios le mordió, por lo que su sangre no estará envenenada, eso es bueno, el veneno de un demonio es muy peligroso, y más si no eres humano.

Os lo explico, el veneno de un demonio es lo que convierte a un humano en demonio o híbrido mitad demonio, y para un humano es peligroso porque su cuerpo tiene que asimilarlo para el cambio, y si no lo asimila, pues muere, y cuanto mayor sea el rango del demonio, más difícil de asimilar. Pero si en lugar de un humano es un sobrenatural no demonio, el veneno entra en conflicto con todo el organismo, por lo que puede llegar a matar a esa persona, y solo puedes salvarte si eres más fuerte que el veneno, si una bruja lo elimina, o si un demonio o híbrido inyecta su veneno en esa persona para que su veneno ataque al otro, lo malo de este último es que quien inyecta el veneno tiene que ser de un rango mayor que el primero.

Una vez que acabo de curar sus heridas, salgo del cuarto y voy a la cocina, me preparo una infusión de hiervas relajantes, y preparo otra de hiervas curativas para Amón. Muchos se preguntaran porqué hago esto, porqué no simplemente lo llevo al hospital y ya está, pero la verdad es simple, yo no soy así, a pesar de todo lo que ha pasado en mi vida, no puedo dejar a alguien a su suerte, alpha o no alpha, eso es lo de menos, bueno, si fuera un demonio, va, ¿a quién quiero engañar?, también ayudaría a un demonio.

Después de preparar las infusiones, bebo la mía con cuidado mientras dejo templar la otra. Y una vez que he acabado mi infusión, subo al cuarto con la infusión curativa, al abrir la puerta me encuentro con Amón intentando levantarse y haciendo muecas de dolor.

-No te levantes, aún estás muy lastimado, tus heridas se pueden abrir - Amón me mira con el ceño fruncido - ten, esto te ayudará a sanar más rápido.

-¿Cómo sé que dices la verdad? - ruedo los ojos ante la pregunta.

-¿Tú crees que si te quisiera muerto, te habría curado? - él parece pensarlo - mira, yo estaba en el bosque cuando estabas peleando, por lo que vi eres un alpha, es decir, que si mueres tu manada será la afectada, no quiero que a saber cuántas personas tengan que lidiar con eso, así que bébete la infusión, recuéstate y no te comportes como un niño pequeño - sé que con esto parezco su madre, pero lo que quiero es que se recupere pronto, él duda un poco, pero coge la infusión y se la bebe.

-Gracias.

-No hay de qué - recojo la taza y me encamino a la puerta.

-¿Por qué me ayudas?

-Ya te lo he dicho, no me agrada que la gente sufra - le respondo aún de espaldas.

-¿Qué eres?, tengo claro que no eres humana, solo maté a dos demonios, el otro aún estaba vivo cuando me desmaye.

-Cierto, yo lo mate, la primera vez que mato a alguien - susurro.

-Y lo hiciste para salvarme - se me olvidó que los licántropos tienen un gran oído - ¿y bien?, ¿qué eres?

-Soy una híbrida, mitad humana, mitad demonio, y para que no preguntes, lo soy por conversión, conversión voluntaria.

No dejo que diga nada más y salgo del cuarto, no sé ni para qué le respondo, cuando él se recupere volverá a su manada y nunca más lo volveré a ver. Bajo las escaleras, llego a la cocina y friego lo que he manchado, no tardo mucho ya que es poco, pero si no, luego se acumula.

Salgo de la cocina y voy a mi cuarto, todo está como yo lo dejé, cojo un libro de la estantería y me pongo a leerlo tumbada en la cama. Este libro concretamente es “La Bella y la Bestia”, ya lo sé, muy infantil, pero era mi favorito cuando era pequeña, cuantas veces me comparé con Bella, vi nuestras similitudes y nuestras diferencias, como deseé ser Bella y poder irme de casa a un palacio donde sería feliz con un hombre que me ame.

Así me la paso, leyendo, volviendo a esa infancia a la que me obligaron a abandonar, con la muerte de mis abuelos se acabó mi infancia, con tan solo 8 años tuve que madurar a la fuerza, ya no tenía a nadie que me quisiera ni me protegiera, ¡cómo los echo de menos!, su dulzura, su alegría, el modo en que me miraban, todo con ellos era maravilloso.

-¿Te encuentras bien? - miro a la puerta y ahí está Amón, no sé en que momento ha entrado, ni tampoco cuándo me he puesto a llorar, pero me quito las lágrimas rápidamente.

-Sí, estoy bien, es solo que este libro me ha traído muchos recuerdos.

-Por tu cara está claro que no son buenos.

-Al contrario, fueron los únicos momentos felices de mi infancia - digo con una débil sonrisa.

-Por lo que veo eres buena, no entiendo cómo pudiste acceder a convertirte en híbrida - no debería, pero creo que me vendrá bien.

-Yo tenía una amiga, mi única amiga, ella era demonio, eramos como hermanas, yo tenía claro que algún día moriría, pero ella no lo aceptaba - lo miro de reojo y veo que está atento a lo que digo - después de mucha insistencia por su parte, accedí a semi convertirme, pensaba que siempre estaríamos juntas, pero todo cambió cuando descubrió sus orígenes, la avergonzaba tener como hermana a alguien como yo, me repudió y me echó, yo me fui y no he vuelto a saber de ella.

-Vaya amiga, tú te convertiste por ella, y ella a la primera de cambio te abandona, con amigas como ella ¿quién necesita enemigos?, da gracias por librarte de ella, no te merecía.

-Puede que tengas razón, pero aún así duele - lo miro y él asiente con la cabeza - y ahora, ¿qué haces levantado?, tendrías que estar en reposo.

-Lo sé, pero me quedé con la duda, y no me arrepiento de haber insistido - yo me echo a reír.

-Anda vamos, cuanto antes te recuperes, antes volverás a tu manada.

-¿Tan rápido te quieres deshacer de mí? - yo niego entre risas - aunque tienes razón, estaba aquí por un amigo que había encontrado a su luna, seguramente estén preocupados, o al menos Tony.

-¿Tony?

-Mi beta y mejor amigo, el chico con el que me viste.

-Aaah.

Así que así se llama, bueno el saberlo, dejo de pensar en ese chico y ayudo a Amón a volver a la cama, él estuvo sentado en mi cama mientras me escuchaba, todo un detalle de su parte cabe decir, está claro que las apariencias engañan, cuando lo conocí pensé que era un idiota y un cretino, y ahora me parece hasta majo, haber cuánto dura.

Una vez me aseguro que Amón esté recostado en la cama y bien, vuelvo a mi habitación y continuo con el libro, sé que lloraré más por mis recuerdos al leer este libro, pero no me importa, porque son lágrimas provocadas por recuerdos de lo que en su momento fue mi vida feliz.

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora