Al final Constanza tenía razón, la pequeña Carmen no tiene buena noche, pero al menos he dormido lo suficiente para estar descansada, ventajas de ser medio demonio, necesitas menos tiempo de sueño. Además, seguro a Constanza y a Hugo les ha venido bien tener una noche de dormir de un tirón, de seguro Constanza viene hoy con más energías.
Desayuno, me visto, doy de desayunar a la pequeña, la cambio el pañal, cojo todas mis cosas y salgo de casa. La pequeña Carmen está dormidita entre mis brazos, lo cual me parece adorable, pero al mismo tiempo me hace sentir triste, a mí me encantaría tener una hija, pero sé que eso nunca va a pasar.
Me dirijo a paso lento a la casa de Constanza, la gente me saluda y yo les devuelvo el saludo, es increíble que con algunos ruidos ensordecedores que se han oído por el camino ella no haya despertado, a lo mejor es porque yo tengo mejor oído, o tal ves es porque no ha dormido mucho en la noche, no sabría decir a ciencia cierta.
Al llegar a casa de Constanza, me abrió la puerta Nacho, el cual me sonrío y me indicó que pasara, en la sala de estar estaban Constanza y Hugo desayunando tranquilamente, al verme ambos me sonrieron, y yo les correspondí la sonrisa.
-Buenos días Amalia - me saluda Constanza - ¿qué tal la noche?
-Algo agitada, pero me la imaginé peor - respondí con una sonrisa.
-¿De verdad no te molesta quedarte con ella por la noche?
-No, no me importa, la pequeña es una ternura - dije con una sonrisa, y en ese instante Carmen empezó a llorar.
-Trae, yo me encargo.
-Gracias Nacho.
-De nada - Nacho salió de la sala acunando a la bebé.
-Dame unos minutos y vamos juntas - me informa Constanza con una tostada en la boca.
-De acuerdo - dije intentando contener la risa.
Al cabo de unos minutos Constanza me indicó que ya podíamos irnos, por lo cual ella se despidió de su marido, de su hermano y de su hija, yo también me despedí de ellos, y ambas nos dirigimos al local. Por el camino estuvimos hablando de algunos temas, principalmente de la pequeña Carmen, ella no paraba de darme las gracias por ocuparme de ella por la noche, y me preguntaba si realmente estaba bien, a lo cual siempre la decía que sí y que no se preocupara.
Al llegar al local, ella como siempre abrió y yo la ayudé a preparar todo para cuando llegaran las chicas y los clientes, como siempre Cat fue la última en llegar, básicamente para no perder la costumbre, la única vez que llegó pronto fue justamente ayer, para preguntarme por Amón, que si era mi novio, ya veis, curiosidades de la vida, o más bien, curiosidades de Cat.
Este día fue como todos los demás, las chicas dejaron el tema de Amón, lo cual me sorprendió, ya que normalmente cuando había un cotilleo se tiraban al menos una semana, pero parece ser que en este caso, como me conocían, conseguí que me dejaran en paz, es decir, que solo me estuvieron rayando ayer, menos mal, porque si no, creo que hubiera estallado, en fin, cuando llegó la hora, como todos los días, yo fui la última en salir, y me fui con Constanza a su casa.
-¿Cómo está la criaturita de mis ojos? - preguntó Constanza a su hija mientras la elevaba en brazos.
-Algo agotado, pero nada que una buena comida casera preparada por mi hermana no pueda arreglar - dijo Nacho, a lo cual Constanza rodó los ojos y yo intentaba contener la risa.
-No te lo decía a ti.
-¿Pero harás comida casera? - en serio, como Nacho siguiera con sus payasadas, juro que pienso estallar en carcajadas.
-Sí - dice Constanza fastidiada - ¿te quedas a cenar? - me pregunta.
-No gracias, no quiero molestar.
-Para eso está mi hermano.
-Ey, te estoy oyendo.
No puedo aguantar más y estallo en carcajadas, Nacho se hace el ofendido y empeza a decir que él no era molesto, que él cuidaba de su sobrinita, a lo cual yo no podía parar de reír y reír, pero al final me tuve que ir, así que me despedí de los dos, ya que Hugo aún estaba en el trabajo y por tanto no estaba en casa.
Al salir de casa de Constanza, fui caminando hasta mi departamento, al llegar simplemente dejé a la pequeña Carmen en su cunita, me cambié de ropa y me senté en el sofá a ver si tenía algún mensaje de Amón, sorprendentemente no tenía ninguno, no sabía si eso era bueno o malo, así que decidí mandarle un mensaje.
-¿Todo bien?
Estuve esperando su contestación toda la noche, pero nunca llegó, así que cansada de esperar, fui a prepararme la cena, cené, fregué lo que había manchado, me di una ducha, me puse el pijama y me metí a la cama, sinceramente, lo único que podía pensar era en que podría haberle pasado a Amón, y con esos pensamientos me quedé dormida.
(...)
A la mañana siguiente tenía un mensaje en el móvil de Amón diciendo que no podría comunicarse conmigo por un tiempo, eso fue hace dos semanas, no sé si está bien, no sé si está mal, y sinceramente la intriga me mata, mis compañeras lo han notado, y muchas me han preguntado qué me pasa, pero yo no les he contestado nada.
Estas dos semanas me he estado quedando con la pequeña Carmen por las noches, lo cual Constanza y Hugo me lo han agradecido un montón, y Nacho también, solo que éste más bien burlándose, a mí no me importa, sinceramente, muchas noches me ha costado conciliar el sueño debido a la preocupación por Amón, ya sé que no debería preocuparme tanto, pero no puedo evitarlo, cuando estaba con Mazikeen me pasaba lo mismo, no sé porqué, pero tengo un instinto de protección mayor de lo habitual.
Hoy es sábado, y por tanto la jornada laboral es más corta, además, Constanza me ha dicho que Nacho cuidará a la pequeña esta noche, ya que Hugo y ella van a salir esta noche de cita romántica, por lo cual se la encasquetaron a Nacho, según ella, para que así yo pueda tener una noche tranquila, ya que me lo merezco después de dos semanas teniendo a la pequeña por las noches.
Yo me encuentro en mi casa, concretamente en el sofá, mirando por décima vez el móvil para ver si tenía un mensaje de Amón, pero como las anteriores veces, no tengo ninguno. Las chicas se ofrecieron a que fuera con ellas a alguna discoteca para así intentar animarme un poco, pero yo me negué, por lo cual ahora estoy sola y aburrida en mi casa.
Cambio de canal una y otra vez, buscando en la televisión algo que me interese, pero no veo nada de nada, todas las películas medianamente buenas que echan en la tele, ya las he visto como un millón de veces, vale no, pero sí que me las he visto un montón de veces, y por tanto la idea de devolverlas a ver me parece rayante, por lo cual apago la televisión y vuelvo a mirar el móvil, ya lo sé, parezco masoquista.
En ese momento alguien llama a la puerta, por lo cual dejo el móvil en la mesita, me levanto, me pongo mis zapatillas de conejito, ¿qué queréis que os diga?, a mí me gustan, me acerco a la puerta y abro. No me puedo creer a quien tengo delante, creo que me he quedado de piedra, pero rápidamente lo agarro del brazo, cierro la puerta y lo llevo a la salita, donde lo siento en el sofá.
-¿Dónde has estado?, no he parado de mandarte mensajes, ¿se puede saber que has estado haciendo? - le acribillo a preguntas.
-Lo siento, pero el problema con los demonios solo ha ido de mal en peor.
-Lo siento - digo triste - ¿puedo ayudar en algo?
-La verdad es que sí, por eso estoy aquí.
-Bien, ¿en qué puedo ayudar?
-Necesito que vengas conmigo a mi manada.
ESTÁS LEYENDO
Amalia *Completada*
FantasyTodo en mi vida empezaba a ser perfecta, pude alejarme de mi familia y las personas que me hacían daño, tenía una amiga, una demonio, Mazikeen, muy agradable, parecía más una humana que una demonio, ella me semi convirtió, convirtiendome en una híbr...