Capítulo 27

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-¿Tú también vas a comer?, no es propio de ti, si mal no recuerdo, dijiste que la comida no era de demonios, sino de humanos - le digo de brazos cruzados, ella me mira triste.

-Como cada vez que puedo, me recuerda a cuando lo hacíamos juntas - me dice cabizbaja.

Ignoro sus palabras y me siento a su lado, no porque quiera, sino porque solo hay preparados dos sitios, uno a su lado, y el otro al lado del primero, y no voy a dejar a Amón al lado de Mazikeen, no me fío de ella, prefiero tenerle lo más alejado posible de Mazikeen.

La comida llega y ninguno dice nada, cosa que prefiero, Mazikeen me mira cada poco, y aunque me resulta incómodo, no demuestro nada, hago como si no me diera cuenta. Al acabar, Amón y yo nos levantamos al mismo tiempo y nos fuimos cogidos de la mano sin decir nada, o bueno, eso fue lo que intentamos, ya que Mazikeen me agarró del brazo sin dejarme salir del comedor.

-Tenemos que hablar - me dice triste, yo me suelto de su agarre y la miro desafiante.

-¿Qué quieres? - le pregunto con brusquedad.

-Quiero hablar contigo, a solas.

-Ni hablar, no dejaré a Amón solo.

-Puede esperar en tu cuarto - la miro sin intención de cambiar de idea, ella suspira - por favor.

-No - digo firme.

-Cuanto más retrases esto, más tiempo pasaréis aquí - maldigo en mi cabeza una y otra vez.

-Estaré bien - me dice Amón - no te preocupes - dice y me da un suave beso en los labios.

-Bien, dejás a tu marido en tu cuarto y nos vemos en mi habitación, imagino que aún te acordarás de la distribución del castillo.

-¿Cómo olvidarla? - pregunto sarcástica, no podría olvidar uno de los lugares donde más sufrí.

-De acuerdo, nos vemos en mi habitación.

Dicho esto se fue con su velocidad demoníaca, la cual es muy parecida a la mía, solo que un poco más rápida, pero no mucho. Suspiro y llevo a Amón a mi habitación, la idea de tener que hablar con Mazikeen no me agrada nada, pero por desgracia tiene razón, cuanto más retrase esto, más tarde volveremos a la manada.

-Tranquila, todo saldrá bien - me intenta animar Amón.

-Eso espero, no quiero perder el control, no me importa lo que me pase a mí, pero sí temo lo que te haga a ti.

-No nos pasará nada - dice y me da un suave beso, a lo cual yo gruño.

-Sabes que esos besos son muy cortos, no me gustan - digo y él se ríe.

-Lo sé - dice y me besa como se debe - ahora tienes que irte, pero luego nos vemos y me sigues contando la historia, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

Nos damos un último beso, pero que quede claro, un beso como se debe, no uno fugaz, y me voy hacia la habitación de Mazikeen, ¡qué pocas ganas!, piensa en positivo, ya no tengo la actitud explosiva de Amón, o al menos no tanto, por lo que no me resultará tan difícil soportar a Mazikeen, o eso espero. Llego a su cuarto y llamo a la puerta.

-Adelante - dice, yo suspiro y entro.

-Ya estoy aquí - digo obvia.

-Oh, eres tú - dice sorprendida y yo frunzo el ceño - no me mires así, tú nunca llamaste a mi puerta, siempre entrabas sin pedir permiso.

-Eso era porque te tenía confianza, cosa que ahora no - le digo seria, y ella me mira triste, ya me estoy empezando a molestar con esa mirada.

-Puedes confiar en mí, y no hace falta que llames a mi puerta, puedes pasar cuando quieras.

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora