Poco a poco voy abriendo los ojos, ya que la luz del sol, o al menos la que se filtra por las nubes que siempre están encima del reino, me está molestando un poco. Cuando por fin puedo abrir completamente los ojos me doy cuenta de que me encuentro en mi cama tumbada con la misma ropa de ayer, por lo visto no me han cambiado la ropa.
Me levanto de la cama y lo primero que oigo es a mi estómago exigiendo comida, no sé cuánto tiempo he estado inconsciente, pero una cosa está clara, las suficientes horas como para que tenga hambre; por lo que me calzo y voy al comedor, a ver si tengo suerte y es la hora de la comida, o de la merienda, no soy exigente.
Al llegar al comedor no veo ni a Amón, ni a Mazikeen, por lo que decido ir a la cocina en busca de alimento, y también un poco de sangre, eso me ayudará a recuperarme del todo, ya que ese sueño que he tenido me ha absorbido toda la energía y me ha dejado para el arrastre.
Al entrar en la cocina no me encuentro con nadie, por lo que voy directamente a la nevera especial para la sangre y cojo una bolsa, ni me molesto en mirar el grupo sanguíneo, ahora mismo me trae sin cuidado su sabor, ya que dependiendo del grupo sanguíneo tiene un sabor u otro, pero en este momento lo único que me interesa es beber un poco de sangre, no su sabor.
Al acabar la bolsa de sangre, la tiro al cubo de la basura y busco entre los armarios algo que comer, la verdad es que nunca he tenido la necesidad de entrar en la cocina, siempre que necesitaba algo solo tenía que pedírselo a una sirvienta y ella me lo traía, pero no he visto a ninguna y no me apetece esperar a ver una, además, tampoco soy retrasada como para no poder buscar algo de comida por mi cuenta.
Encuentro pan de molde en una de las alacenas, pongo el pan en el tostador y saco la margarina de la nevera. Una vez las tostadas están hechas, las unto con la margarina y me las como, están deliciosas, más de lo normal, o tal vez sea el hambre que llevaba el que me dé la sensación de que están más ricas.
-Tienes que comer algo - oigo a alguien decir junto con el sonido de la puerta al abrirse.
-No tengo hambre - me giro y pudo apreciar a Mazikeen y a Amón entrando.
-Llevas dos días sin comer - casi me atraganto con mi última tostada al oír eso.
-Si no tengo hambre, pues no tengo hambre.
-Pues ya es raro en ti, en eso somos clavados, los dos tenemos un saque - digo y doy otro mordisco a la tostada.
-¿Amalia? - pregunta Amón incrédulo.
-No, su hermana gemela - digo sarcástica y ruedo los ojos.
-Sí, definitivamente es ella - dice Mazikeen.
-Has despertado - dice feliz Amón.
-Sí, por lo que ha dicho Mazikeen, dos días he estado dormida, porque cuando yo estaba despierta, tú comías.
Amón no dice nada y antes de que pueda darme cuenta, me está aprisionando entre sus brazos, ¿me lo parece a mí o ésto se está volviendo algo frecuente?, porque yo diría que sí. Le hago gestos a Mazikeen para que pida algo de comida, ella asiente y sale de la cocina.
-Amón, ¿puedes soltarme?, quiero acabar de comer.
-Estás bien, estás bien.
-Sí, estoy bien, no sé ahora lo que te pasa, pero si quieres, podemos hablarlo.
-¿Qué te pasó?, estabas bien, y de repente te desmayaste, el médico dijo lo mismo de la otra vez, que era un especie de coma, pensé que te despertarías al poco como la otra vez, pero sin embargo has estado más de dos días.
-Complicado, muy complicado.
-¿No me puedes decir lo que te pasó?
-Lo dicho, es complicado, no sabría cómo contártelo.
-Me conformo con saber que estás bien - sin despegarse de mí.
-Estoy bien, pero hambrienta, me he tomado una bolsa de sangre, y unas cinco tostadas con margarina y aún tengo hambre - le digo, y mi estómago gruñe concordando con lo que he dicho.
-Entonces vamos a comer - dice entre risas.
-¿Ahora sí tienes hambre?
-Sí, y mucha.
Ambos nos reímos, y por la puerta empieza a entrar gente, imagino que el servicio de cocina, y detrás de ellos aparece Mazikeen sonriente y dando órdenes. Amón y yo nos miramos y asentimos, nos separamos, nos cogemos de la mano, y nos vamos al comedor a esperar a que nos traigan, la comida, no antes de que yo terminara la tostada que tenía a medias.
Estuvimos hablando un poco antes de que apareciera Mazikeen y la comida, y mientras Amón y yo comíamos, Mazikeen nos hablaba entusiasmada de una fiesta o evento que habría dentro de poco, sinceramente, no le hice mucho caso, estuve más concentrada en comer que en hacerla caso, y podría jurar que a Amón le pasó lo mismo que a mí.
-Entonces, ¿qué decís? - nos pregunta Mazikeen, yo miro a Amón, y Amón me mira a mí, es oficial, ninguno de los dos la ha estado escuchando.
-¿Podrías repetir lo que has dicho?, estaba muy concentrada en mi comida - le digo un poco avergonzada, y ella rueda los ojos.
-Os decía que dentro de una semana habrá una fiesta y me gustaría que asistierais, pero por supuesto no es obligatorio, sé que detestas ir a fiestas.
-¿Por qué no?, tampoco es como si tuviéramos otras cosas que hacer - digo terminando mi comida.
-En cuanto a eso - dice y parece pensárselo.
-Soy consciente de que al volver a aceptarte como hermana, ya no estamos encerrados aquí, pero sinceramente, ésto es como unas vacaciones.
-Mejores - dice Amón - incluso en vacaciones tengo que hacer cosas, aquí no tengo que hacer nada - dice con una sonrisa.
-Vago - me burlo.
-Me ofendes - dice llevándose una mano al pecho, pero después se ríe igual que yo - no, en serio, es agradable no tener que preocuparte por nada durante unos días, la última vez fue cuando estuve herido y bajo tu cuidado, y antes de eso - se pone a pensar - ni lo recuerdo.
-Pues vaya - se ríe Mazikeen igual que yo - pero me alegro de que queráis pasar un tiempo más aquí, en verdad te eché de menos hermana.
-Y yo a ti, estaba enfadada contigo, pero a la vez echaba de menos nuestra amistad.
-Nunca más volveremos a separarnos, es una promesa - asiento.
-Es una promesa - afirmo con una sonrisa.
-Pues parece que tengo cuñada - dice Amón sonriendo.
-Sí, y como te atrevas a lastimar a mi hermana, conocerás el infierno en vida - le asegura Mazikeen.
-No te preocupes, créeme que mi intención es todo lo contrario - dice y me mira - lo que más deseo es pasar la eternidad con Amalia, amarla y ser feliz con ella - eso ha sido precioso.
-Más te vale - le vuelve a advertir Mazikeen, yo por mi parte me río un poco.
-Te amo - me susurra Amón, lo suficientemente bajo para que Mazikeen no le oyera.
-Yo también te amo - le digo en el mismo tono.
-¿Qué están diciendo ustedes dos? - pregunta Mazikeen y ambos nos ponemos a reír.
Al parecer era más tarde de lo que pensaba, por lo que la comida se podría considerar una cena temprana, y, sinceramente, no me importaba, ya que, aunque había estado más de dos días inconsciente, tengo un sueño; en verdad ese sueño o visión me ha consumido bien de energía.
Después de estar hablando por un par de horas, Amón y yo nos fuimos a nuestra habitación, donde nos cambiamos y nos fuimos a dormir, pues puedo asegurar que en menos de cinco minutos desde que entré a la cama, me quedé dormida.
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Hola, aquí os dejo otro capítulo, como nadie dijo lo que había susurrado la chica, este capítulo no está dedicado a nadie, y la verdad es que me ha entristecido que nadie ni siquiera me pusiera algo, ya que no sé si es porque no os lo imagináis, o porque pasáis.
En fin, la respuesta a qué fue lo que le susurró, se desvelará en un par de capítulos más adelante, hasta entonces espero que alguien al menos lo intente. Hasta el próximo capítulo, adiós.
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Amalia *Completada*
FantasyTodo en mi vida empezaba a ser perfecta, pude alejarme de mi familia y las personas que me hacían daño, tenía una amiga, una demonio, Mazikeen, muy agradable, parecía más una humana que una demonio, ella me semi convirtió, convirtiendome en una híbr...