Capítulo 45

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Me despierto, no por culpa del sol, ya que en esta habitación no llega mucha luz por todas las cosas que hay, ya que sí, Amón y yo después de que me contara lo de sus padres, nos quedamos dormidos; pero como he dicho, no es por culpa de los rayos del sol, sino de los gritos que estoy oyendo, los cuales no estoy muy segura de dónde vienen, pero debe ser cerca.

-Amón - farfullo medio dormida intentando que se despierte.

-Mmm - dice revolviéndose pero sin despertar.

-Amón - le llamo ya más fuerte y zarandeándolo un poco.

-Déjame dormir un poco más - dice como todo un niño pequeño.

-Amón, hay gente gritando - digo, por fin, con un tono de voz de persona despierta.

-¿Qué? - pregunta incorporándose y poniéndose alerta.

Los gritos continúan y cada vez son más fuertes, al levantarme me doy cuenta que la ventana del cuarto está abierta y es por ahí que se escuchan los gritos, desgraciadamente, la ventana tiene vistas al bosque, no a la manada, por lo que no sé lo que está pasando para que haya gente gritando, aunque puedo imaginármelo.

Me giro para mirar a Amón, pero me encuentro con que él no está ahí, miro hacia la puerta y la veo abierta, no hace falta ser un genio para saber que Amón se ha ido a averiguar lo que pasa. Utilizando mi velocidad demoníaca, consigo llegar a la entrada en tiempo récord, pero al abrir la puerta, el escenario me horroriza.

Licántropos y demonios atacando la manada, la gente huyendo al refugio, y los guerreros atacando a los intrusos, por no hablar de Amón en medio de todo peleando con un licántropo y un demonio al mismo tiempo, típico de él.

No dudo ni un segundo y voy donde él para ayudarlo, pero antes de llegar a él, me cierran el paso un par de demonios, los cuales me miran con burla y una sonrisa cínica, ya veremos cuánto les dura cuando acabe con ellos por haber sido tan estúpidos como para meterse en mi camino.

-¿A dónde crees que vas? - me pregunta uno en plan burlón, pero yo no digo nada, sencillamente empiezo a adoptar mi aspecto demoníaco.

-¿No hablas? - me pregunta el otro también burlón - ¿te ha comido la lengua el lobo? - ¿se supone que eso es gracioso?

Pasa de ellos, solo mátalos y ve a ayudar a nuestro agne.

-Si apreciais vuestra vida, os quitareis del medio - digo con mi forma demoníaca, lo cual vuelve mi voz ronca.

-Me parece que no - dice el primero dando una mirada a su acompañante, y sin quitar su expresión burlesca.

-Muy bien, vosotros lo habéis querido.

No les doy tiempo a reaccionar, me acerco al primero y lo degollo como un cerdo, que en parte es la realidad. El segundo me mira con algo de asombro y terror, pero enseguida se recupera y me ataca, algo estúpido e inútil, ya que esquivo fácilmente su ataque, y lo mato igual que su compañero.

Sin perder más tiempo, voy donde Amón, parece que él ya se encargó de sus atacantes, pero como hay enemigos por todos lados, no ha tardado en volver a tener alguien con quien pelear, y esta vez son tres licántropos, por lo que me acerco rápidamente y me mato a uno mientras Amón mata a otro.

-Mira que llegas a ser cabezota - le regaño después de matar al tercer licántropo.

~Mira quién fue a hablar ~ me dice a través del vínculo, el cual existe al estar yo marcada.

-Yo no he sido el que se ha lanzado a la batalla sin esperar al otro - le vuelvo a regañar.

~Es que para empezar, tú no deberías estar aquí, sino en el refugio.

-Si crees que me voy a ir al refugio mientras la manada está siendo atacada, es que no me conoces en absoluto.

Lo oigo gruñir, pero paso de él, ya volvemos a tener compañía, y esta vez es un número importante de sujetos de ambas especies, pero si creen que pueden ganar, están muy equivocados, Amón y yo somos muy fuertes, somos un alpha y la hermana de la reina de los demonios, y al ser agnes, capacidades del uno las puede tener el otro, por lo que yo tengo más fuerza gracias a Amón, y él tiene más velocidad gracias a mí.

Uno tras otro van cayendo, licántropos y demonios, cada uno se encarga de su especie, aunque en algunos casos nos hemos ayudado, cuando nos hemos visto muy apurados, pero casi nunca nos pasa, nos las apañamos bien solos, pero estamos cerca el uno del otro para más seguridad, y porque Amón me ha prohibido alejarme de él, y aunque su prohibición me importe entre poco y nada, decidí no discutir.

Hemos estado hablando un poco mientras luchamos, y ambos pensamos lo mismo, este ataque es raro, ya que por un lado se han aliado licántropos y demonios, y por otro lado, los demonios que están atacando no son demonios renegados, sino bajo la corona demoníaca, y eso es rarísimo, ya que Mazikeen ha hecho un tratado de paz con los licántropos, y además de eso, AQUÍ VIVO YO, y Mazikeen no permitiría que me atacasen, ni a mí, ni a Amón, ni a la manada.

Ambas sabemos lo que está pasando.

Claro que lo sé, Maica, sé que esto es cosa de la reencarnación de Paxton, pero lo que no entiendo es cómo ha hecho para convencer a demonios de la corona para que ataquen a la manada, si no mueren aquí, los matará Mazikeen al enterarse de lo que han hecho, de una forma u otra, esto es un suicidio por su parte, lo cual no tiene lógica alguna.

A lo mejor no saben que tú eres hermana de su reina, al contrario, tal vez les han hecho creer que eres una enemiga de la corona.

No lo creo, Mazikeen se encargó de anunciar a bombo y platillo mi aparición, dudo mucho que haya un solo demonio bajo el poder de la corona que no sepa quién soy, tiene que ser otra cosa, aunque no sé cuál puede ser, y eso es lo que me frustra, el no poder entender lo que pasa realmente aquí.

~Amalia.

-¿Qué pasa?

~¿Te encuentras bien?

-Sí, ¿por?

~Me pareció que ese demonio te clavó algo.

-No, no me llegó a dar, solo me rozó - digo y puedo ver como asiente en su forma lobuna no muy convencido.

La verdad es que le he mentido, sí que un demonio me clavó algo, me clavó las garras, pero no pienso decírselo, no ha sido nada grave, solo es una herida algo profunda, pero en un par de minutos será como si no me hubiera pasado nada, no pienso decírselo para que vuelva a su actitud sobre protectora, y me mande al refugio, de ninguna manera.

La batalla sigue y sigue, por más licántropos y demonios que matamos, vienen más y más, ¿de dónde salen tantos enemigos?, en verdad que no entiendo nada, y aunque la herida que me hizo ese demonio ya se ha curado, la perdida de sangre, la energía para curarme, y todo lo que he luchado, me han consumido muchas energías y fuerza, cada vez estoy más débil y los enemigos no paran de llegar.

Son pocos los guerreros que han caído por el momento, pero ellos igual que yo, están cansados y heridos, y lo mismo pasa también con Amón, esta lucha continua nos está afectando a todos, y temo que si sigue así, perdamos y acabemos todos muertos, y lo peor es que aún no aparece la reencarnación de Paxton, ¿dónde se ha metido ese cobarde?

~Amalia, ya se quiénes están detrás de esto.

-¿Quiénes? - le pregunto confundida y él me señala con la cabeza la entrada del bosque - ¿me estás jodiendo?

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora