Capítulo 20

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La comida fue en completo silencio, en el comedor había muchas menos personas que antes, pero en parte me alegro, uno de los que falta es el alpha Preston, al cual detesto, y creo que el sentimiento es mutuo, pero eso no quita que ahora no somos ni la mitad de entonces, lo cual me deja intrigada. Como siempre, estoy sentada al lado de Amón, y a mi otro lado está Carson, justo las dos personas con las que tengo que hablar.

Una vez que todos ya hemos comido, todos abandonaron el comedor en completo silencio igual que en la comida, Amón y Carson también se iban a ir, pero los agarré del brazo para que no se pudieran ir, necesito respuestas, y aunque Rocío me ha resuelto una de ellas, tengo más.

-Tenemos que hablar - les digo seria.

-¿De qué quieres hablar? - me pregunta Carson.

-Tengo muchas dudas, y vosotros tenéis que responderme.

-¿Y él por qué? - pregunta Amón claramente molesto y celoso - yo puedo contestarte, no hace falta que él esté aquí.

-Te conozco, habrá preguntas que no querrás contestar o no dirás toda la verdad, por eso quiero que también esté Carson, él no se calla nada - Carson se ríe ante mis palabras.

-Te ha pillado - dice con gracia, a lo cual Amón le gruñe.

-Bien, ¿qué quieres saber? - pregunta de mala gana.

-¿Por qué se han ido tantos alphas? - eso no es precisamente lo que más quiero saber, la verdad, no me importa mucho, pero mejor voy poco a poco.

-Han tenido que volver a sus manadas a resolver algunos asuntos - dice Amón serio.

-Te falta añadir que el asunto es ataques de demonios - remarca Carson, por lo que Amón le vuelve a gruñir.

-¿Ves por qué quería que también él estuviera?, tú me lo ibas a ocultar - Amón suspira.

-No era necesario que lo supieras, y menos sabiendo que esto te podría afectar.

-¡Claro que me afecta!, pero prefiero saberlo a vivir en la ignorancia.

-No debes preocuparte, no es tu culpa.

-Puede que no, pero tengo que ayudar.

-Y lo harás, pero cuando estés recuperada.

Lo veis, esto sí era una de las cosas que me preocupaba, que los demonios estén atacando a las manadas, esa era otra pregunta que iba a hacer, no puedo quedarme con los brazos cruzados mientras otras personas sufren, y menos si yo puedo hacer algo para evitarlo.

-¿Cómo de graves son los daños? - pregunto preocupada.

-No son muchos, por suerte se han podido evitar los envenenamientos.

-Carson.

-Amón dice la verdad, solo ha habido un par de personas envenenadas, y desgraciadamente han muerto, ahora mismo no hace falta que ayudes.

-De acuerdo - suspiro, me alegra que no haya habido muchas bajas, pero no me gusta que las haya - ¿qué pasó con Max?, y no empieces con tus celos, Max fue mi mejor amigo de la infancia, por eso me preocupo por él.

-Está bien si esa es la duda, no le hice nada - dice con molestia y estoy segura que también con celos, tengo que ver cómo quitárselos, no es bueno que siempre esté así.

-Imagino que ya sabrá qué soy.

-Pues sí, me lo preguntó y yo se lo conté - temo por lo que le dijo exactamente a Max - no pongas esa cara, solo le dije que eras una híbrida medio demonio y que eras mi agne, nada más.

-Bueno, también le dijiste que como se volviera a acercar a Amalia lo matarías a golpes - dice Carson y Amón lo mira con cara de querer matarlo, lo cual provoca que me ría.

-Típico de Amón - digo riéndome y negando con la cabeza - ¿algo más que deba saber?

-No - dice rápidamente Amón.

-Sí - dice Carson con una sonrisa maliciosa - Amón durante el tiempo que estuviste inconsciente, se dedicaba a destruirlo todo a su paso por el día, y por la noche se la pasaba llorando a tu lado.

No pude más y estallé en carcajadas, Amón mandaba dagas con la mirada a Carson, si las miradas matasen, Carson estaría muerto y enterrado a 20 metros bajo el suelo por lo menos; por su parte, Carson solo miraba a Amón con carita de niño bueno, lo cual provocaba que me riera más todavía.

-No te rías - se queja Amón como todo un niño pequeño - no es gracioso - dice en un gruñido.

-Sí, sí que lo es - le digo sin dejar de reír.

-Yo me voy, tengo que hablar con mi tío - dice Carson, sé que es mentira, pero es mejor que se vaya antes de que Amón lo empiece a golpear, Amón iba a decir algo, pero yo me adelanté.

-Ve, luego nos vemos - él me miró cómplice, asintió y se fue del comedor, miro a Amón y lo veo de brazos cruzados y con el ceño fruncido - venga, no es para tanto - él no me dice nada, solo me ignora - así que quieres jugar a eso, muy bien, juguemos.

Amón me mira sin entender, yo solo paso de él y salgo del comedor sin mirarlo ni decirle nada, estoy segura que no tardará nada en salir corriendo por mí, siempre es lo mismo, comete una estupidez, yo me enfado, y él viene corriendo a mí a pedirme disculpas, solo es cuestión de cinco, cuatro, tres, dos, uno...

-Amalia - me llama Amón a gritos, ¿veis lo que os decía?, lo sabía, estaba claro.

-Ah, ¿ahora sí me hablas? - me hago la enfadada, pero en realidad me quiero reír a carcajadas.

-Lo siento, no debí tratarte así, pero me molestó que te hiciera gracia como sufrí estando tú inconsciente - me dice apenado.

-No me reí por eso, me reí porque Rocío me contó sobre cómo rompiste los jarrones del salón - se me escapa una pequeña risita - y lo que dijo Carson me lo recordó, seré medio demonio, pero por lo general, no me gusta el sufrimiento ajeno.

-¿Por lo general? - me pregunta confundido.

-Si esa persona es mala o la situación que causó su accidente es graciosa, pues obviamente me voy a reír, ¿quién no lo haría?

-Buen punto - dice y me mira a los ojos - ¿estamos bien?

-Eso depende.

-¿De qué? - pregunta confundido y algo asustado.

-De si tenemos que cerrar el vínculo o no, porque como haya que hacerlo ya, cogeré un bate de béisbol de metal, no de madera, y te atizaré con él en la cabeza hasta que me canse, o tal vez en tus partes, depende de cómo me pegue el punto - le amenazo seria y él traga saliva.

-No hace falta que cerremos el vínculo ahora - me dice con cierto miedo - pero al menos dormir juntos ¿no?

-De acuerdo, pero con las manos quietas, o si no, ya sabes - le digo con una sonrisa maliciosa y con las manos hago unas tijeras abriendo y cerrando.

-No serías capaz - me dice bastante asustado.

-Tal vez sí, tal vez no, quién sabe, recuerda que soy medio demonio - digo con malicia - por cierto, me voy a cazar, no hace falta que mandes a un escuadrón a por mí porque he salido de la manada.

Amón me mira con sorpresa y terror, yo solo le lanzo un beso y me voy de ahí. Una vez fuera de la mansión utilizo mi velocidad demoníaca para ir rápidamente a por algún animal, y por el camino me río de la reacción de Amón, vale que puedo llegar a dar miedo, pero él me conoce, yo no sería capaz de hacer algo así, pero ha sido divertido ver su expresión.

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora