Capítulo 28

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-¿Tony?, soy Amón - dice cuando cogen el teléfono.

-¿Estás bien? - oigo que le preguntan, no puedo apreciar la voz, pero al menos puedo oírlo.

-Sí, estoy bien, ¿qué tal todo en la manada?

-Un caos, y ni hablar de los alphas, menudo bombazo soltó Amalia, ¿es cierto que es hermana de la reina de los demonios?

-¿Cuándo ha mentido Amalia? - responde Amón y estoy con él, nunca mentiría en algo así.

-¿Tú lo sabías?

-Sí, me lo dijo después de marcarla en un intento de que la dejara ir.

-¿Y no me lo dijiste?

-Te recuerdo que es un tema delicado y exclusivamente de Amalia, no me correspondía decírtelo.

-¿Cómo está ella?, cuando hablé con ella parecía estar angustiada.

-Lo está - dice y me mira triste - no es fácil para ella todo esto.

-Me lo imagino.

-¿Qué pasó con los alphas? - pregunta Amón ahora serio.

-Están confundidos, la mayoría han cogido cariño a Amalia, y no entienden cómo puede ser la hermana de la reina de los demonios.

-Dejamos de ser hermanas hace más de 20 años - digo alto para que me oiga.

-¿Estáis juntos?

-Sí, dentro de lo que cabe, Mazikeen se ha portado bien - dice Amón.

-¿Así se llama la hermana de Amalia?

-Aún no la vuelvo a considerar mi hermana - digo firme.

-Lo siento, no era mi intención.

-Voy a colgar, ocúpate de la manada en mi ausencia - le pide Amón.

-Lo haré, no te preocupes, y suerte Amalia.

-Gracias Tony - digo y Amón cuelga.

-¿Ahora el libro? - me pregunta Amón guardando el móvil.

-Sí que te ha dado con el libro - digo divertida.

Me acerco a la mesa donde dejó el libro mientras hablaba con Tony, me alegra saber que no me odian, ni Tony ni los alphas, aunque temo que eso cambie, estoy segura de que el alpha Preston intentará cambiar mi imagen ante los alphas. Cojo el libro, y busco por donde nos quedamos, aunque tampoco es que leyéramos mucho, no pasamos de la primera página.

<De entre todo el caos y la oscuridad, vivía un demonio, pero no cualquier demonio, sino un príncipe, el príncipe Samael, uno de los demonios más temidos, sino es que el más temido, todos lo respetaban y no se atrevían a contradecirle, ni siquiera sus hermanos mayores.

Su fama como un ser frío, cruel y sin piedad no era infundada, mataba sin remordimiento alguno, hacía lo que quería cuando quería, no mostraba debilidad ni piedad por nadie. Durante su juventud, Samael no era así, defendía a su familia, y dentro de lo que cabía en un demonio, era agradable, pero eso cambió por culpa de una mala relación, una mujer, ella rompió el corazón del joven príncipe sumiéndolo en la completa oscuridad, y convirtiéndolo en el ser que era.>

-Vaya con ese demonio - dice Amón.

-Ya, ¿no te recuerda a alguien? - le pregunto a Amón.

-No, ¿a quién? - me pregunta confundido, yo ruedo los ojos.

-A ti - le digo obvia - tú también cambiaste con lo de Rebeca.

-Eso es diferente, Rebeca era mi mate, obviamente me iba a afectar mucho.

-Si tú lo dices - le digo no muy segura y él me mira mal.

Estuvimos leyendo el libro hasta la hora de la merienda, este libro no es precisamente corto, no solo cuenta la historia desde la perspectiva de Samael, sino también de Samantha, "La omega", ya que ella realmente no era omega, era hija del alpha y una humana, un desliz que tuvo, y del cual solo su hijo tenía conocimiento, y precisamente por él fue que todos la consideraron omega y la maltrataban, estúpido Paxton.

-¿Después de merendar seguimos con la historia? - me pregunta Amón al sentarnos a la mesa.

-Parece que realmente te ha gustado el libro.

-¿Cuál libro? - pregunta Mazikeen que también está en la mesa.

-El demonio y la omega - le digo con una ligera sonrisa.

-Me acuerdo de ese libro, me estuviste hablando de él durante bastante tiempo - dice con una sonrisa divertida, debe de estar recordando cuando la hablaba del libro - la verdad es que es bastante bueno.

-¿Te lo has leído? - pregunto extrañada, durante un tiempo intenté que lo leyera, pero siempre decía que no tenía tiempo.

-Sí - dice con una sonrisa triste - lo leí unos meses después de tu partida, creo que a día de hoy he leído todos los libros de tu cuarto.

-¿Y eso? - pregunto entre confundida y sorprendida.

-En cierta forma me hacía sentir más cerca de ti - me mira triste y nostálgica - tú siempre me hablabas de tus libros con una gran pasión, te encantaba leerlos y después contármelos para que yo también los leyera.

-Al final lo hiciste - digo yo también nostálgica.

-Sí, siento haber tardado tanto.

-No pasa nada - digo con un intento fallido de sonrisa.

-¿Y qué tal todo en vuestra manada?, ¿pudisteis arreglar las cosas? - nos presenta.

-Todo lo bien que se puede estar en esta situación, no se puede hacer mucho por teléfono - dice Amón.

-Lo siento mucho cuñado, pero como le he dicho a mi hermana, no podréis iros hasta que arreglemos las cosas - dice Mazikeen tan tranquila.

Amón está en shock y más pálido que un fantasma, está claro que no se esperaba que Mazikeen le llamara cuñado, yo no puedo evitarlo y me empiezo a reír a carcajadas. Amón tardó unos minutos en recuperarse del shock, y aún así no podía creerse lo que había oído, lo cual me causó mucha gracia, y no fui la única, se notaba que Mazikeen hacía todo lo posible por no reírse.

Después de eso, Amón y Mazikeen empezaron a hablar de cosas de líder, cómo llevaban el/la reino/manada, cómo estaban distribuidos, propuestas de mejora, no entendía ni la mitad de las cosas, nunca me interesó el reinado de Mazikeen, y como luna de la manada no tengo que hacer gran cosa, estos últimos meses lo único que he hecho ha sido curar a la gente de envenenamientos, por lo que no entiendo muy bien cómo va la manada.

La hora de la merienda pasó y ellos seguían hablando de lo mismo, por lo que yo estaba más aburrida que una ostra, por lo que, disimuladamente, me escabullí de la mesa y me fui a dar un paseo por el castillo, hay zonas que no recuerdo muy bien, y como no tengo otra cosa que hacer, investigaré un poco, al fin y al cabo, un poco de curiosidad no es mala.

Llego al torreón sin ningún problema, la mayoría de los sirvientes que trabajan aquí ya estaban antes de que yo me fuera, por lo que saben quién soy y no me molestan, solo un par de empleados nuevos se han preguntado qué hacía una humana aquí, pero otro empleado les ha respondido y yo no he tenido que intervenir.

Si mal no recuerdo, este es el torreón del área sur, recuerdo que había unas vistas impresionantes, pero no me acuerdo qué más había, voy a ver. Subo hasta arriba con mi velocidad demoníaca, ya que si no, me tiraría media vida, hay demasiadas escaleras, abro la escotilla, creo que se llama así, y salgo al exterior.

El viento fresco golpea mi cara y no puedo evitar sonreír, aquí siempre hay un viento fresco, creo que es cosa de magia, igual que siempre hay una nube de tormenta encima, nunca hace sol, pero tampoco llueve, es un clima frío, pero no lluvioso, en mi opinión, el clima ideal, y dada la naturaleza demoníaca, yo diría que es el tiempo ideal para cualquier demonio.

Observo el lugar, hay un par de bancos, unos rosales y unas ballestas que se nota que hace mucho que nadie las utiliza, me acerco al borde y me dedico a mirar el paisaje, que no es más que una ciudad sumida en tinieblas, echo de menos la manada, el paisaje del bosque es hermoso, no como esto, pero solo el tiempo decidirá.

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora