Capítulo 10

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Amón me sigue llamando, pero ahora mismo me siento como una bomba de relojería, y no quiero que alguien salga herido, es por eso que utilizo mi velocidad demoníaca para alejarme de la mansión. No sé a dónde me dirijo y tampoco me importa, lo que me interesa es alejarme, estar sola en un lugar donde pueda calmarme y no haga daño a nadie.

No tardo mucho en vislumbrar un lago, miro a mi alrededor, y parece que el lugar es tranquilo, perfecto para calmarme, por lo que me siento en el borde del lago y juego un poco con el agua, el agua está limpia y cristalina, incluso se pueden ver algunos peces, hacia mucho tiempo que no estaba en un lugar como este, la última vez fue con Mazikeen.

Mazikeen, solo recordarla me pone triste, todo lo que vivimos, y cuan rápido se fue todo, en solo unos meses pasamos de ser las mejores amigas a ella detestarme, ¿por qué me convirtió si al final no iba a estar con ella para siempre?, ¿por qué quiso que estuviera con ella si al final iba a detestar mi compañía?, ¿por qué después de todo lo que vivimos juntas decidió rechazarme?, si hubiera sabido todo esto, nunca habría aceptado, hubiera sido humana toda mi vida, por muy corta o larga que fuera.

No sé el tiempo que llevo aquí jugando con el agua, pero un par de pececitos se han acercado a los dedos que tengo dento del agua, los muevo un poco más cerca de ellos, y ellos se alejan un poco, sé que es algo estúpido, pero esto es justo lo que necesitaba para calmarme, hacer algo infantil y divertido.

Los peces se vuelven a acercar a mis dedos, cuando ya están casi pegados a mis dedos, de repente, se marchan nadando a gran velocidad, que extraño, frunzo el ceño, me levanto y me doy la vuelta. Me pongo a mirar a mi alrededor, pero no veo a nadie, y tampoco huelo nada, esto es muy, muy raro.

-¿Qué hace una humana como tú en un bosque como este? - oigo que alguien dice, entonces aparece un hombre de entre los árboles.

-¿Y qué hace un vampiro tan cerca de una manada de licántropos? - le pregunto seria, y él se ríe.

-Por lo que veo, entiendes de nosotros, por lo que asumo que vienes de allí - dice el vampiro haciéndose el pensativo.

-Claro, y mi olor mezclado con un poco de licántropo no te ha dado ni una pequeña pista, ¿verdad? - le digo molesta, y este sonríe.

-Tengo que admitir que eres divertida, la mayoría cuando ve un vampiro, o bien sale corriendo y gritando, o te empieza a comparar con un vampiro de Crepúsculo, eres curiosa.

-¿No me digas? - respondo sarcástica, y él vuelve a reír, que irritante.

-Mira muñeca.

-No me llames muñeca - le digo muy molesta.

-Como sea preciosa - me dice con una sonrisa ladina - tal vez deberías guardar tus garras y hablarme con más dulzura, ya que yo podría matarte, ¿no lo has pensado? - bufo y ruedo los ojos.

-Créeme que aún no he sacado las garras - literalmente - así que será mejor que te vayas, o desquitaré mi enfado contigo - él se vuelve a reír, ¿no sabe hacer otra cosa?

-No debería decir esto, pero si esperas que venga un de esos chuchos y te salve, dejame decirte que pierdes el tiempo, dentro de poco esos perros estarán muertos.

¡Oh genial!, ¿qué más?, ahora me toca enfrentarme a un vampiro e ir a avisar a la manada, nada del otro mundo. Odio matar, solo lo he hecho una vez y no me gustó, pero sé que si no mato a este vampiro, será un problema añadido a la manada, pues nada, a hacer tripas corazón, como se suele decir.

Muestro mis ojos, colmillos y garras, sobre todo eso último, el vampiro se muestra sorprendido, normal, él me veía como una humana y ahora se da cuenta de que también soy demonio. No le doy tiempo a reaccionar, con mi velocidad demoníaca me acerco a él y le separo la cabeza del cuerpo.

Me quito su sangre de mi mano, ¡qué asco!, vuelvo a utilizar mi velocidad demoníaca para volver a la manada, no sé cuánto tiempo falta antes de que los vampiros ataquen la manada, por lo que me doy la máxima prisa posible para llegar.

Al llegar me doy cuenta que he llegado un poquito tarde, pero poco, apenas acaba de empezar la batalla, ¿qué cómo lo sé?, fácil, aún no hay sangre en el suelo, pero sé que eso no tardará mucho en cambiar, es lo que tienen las batallas, siempre acaban con sangre por todos lados, doy gracias de tener un dominio perfecto de mi sed de sangre.

Ahora mismo me encuentro en una disyuntiva, ayudarles a matar a los vampiros, o dar media vuelta y volver después, ya sé que lo segundo suena muy cobarde, pero es que la idea de volver a matar la detesto, por otro lado mis dos únicos amigos están luchando, porque algo me dice que Carson fue tan incauto como para pelear en su estado.

Está visto que no tengo opción, me toca matar vampiros, ¡genial!, noten el sarcasmo por favor. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que hay un lobo bastante grande que tiene dificultades para pelear, estoy casi segura de que ese es Carson, por lo que me dirijo ahí y mato al vampiro antes de que él mate a Carson.

-Te dije que no hicieras esfuerzos - le digo molesta, el lobo me mira y vuelve a ser humano.

-Y yo te dije que estaba bien - me dice con los brazos cruzados.

-Agachate - le grito.

Carson lo hace, justo a tiempo para que un vampiro no le arranque la cabeza, yo uso mi velocidad y mato al vampiro antes de que vuelva a intentar matar a Carson. Carson me mira sin creérselo, normal, ya le dije lo que opino de matar a la gente, pero la situación lo requiere.

-¿Acabas de...?

-Sí, pero era eso o que el vampiro te matase - le digo molesta.

-Buen punto.

-Ahora quiero que te vayas, no quiero que te hagan daño - le digo seria.

-Yo no me voy - dice con los brazos cruzados, yo bufo ante su actitud - si quieres, puedes ayudarme, así será más difícil que me hagan daño.

No es que me entusiasme la idea, pero creo que es lo mejor dado su cabezonería, por lo que asiento con la cabeza, él me sonríe y se vuelve a transformar en lobo. No pasa ni un minuto antes de que un vampiro nos ataque, pero acabamos con él sin problema, y después otro, y luego otro, y así sucesivamente.

No sé cuántos vampiros habré herido, ni a cuantos habré matado, solo sé que por fin se ha acabado, que Carson está bien, y que yo estoy perdida de sangre, hago una mueca, tendré que ducharme y cambiarme de ropa, pero al menos toda la sangre es de otra persona, por suerte a mí no me han hecho ni un rasguño, aunque tampoco es como que les hubiera dado tiempo, soy demasiado rápida.

Me despido de Carson y entro a la mansión, pregunto a una sirvienta por mis cosas, y ella me guía a mi habitación asignada, yo le doy las gracias y ella se retira. Me lavo un poco las manos, lo justo para no mancharlo todo de sangre, cojo ropa limpia y me voy a la ducha.

Al salir de la ducha, me seco el cuerpo y un poco el pelo, ya que tenía sangre por todas partes, incluido el pelo, me pongo la ropa, me peino un poco la maraña que tengo por cabello ahora mismo, y salgo del baño. Al salir tengo, que ahogar un grito por la sorpresa de encontrarme a Amón sentado en la cama.

-¿Qué haces aquí? - le pregunto con una mano en el pecho, él suspira.

-Los alphas esperan abajo - me dice serio - quieren hablar contigo - ¡genial!, otra vez.

Amalia *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora