En menos de media hora el sastre se encontraba tomando las medidas a Amón, se nota de lejos que nunca antes se las habían tomado; el sastre es un demonio, obviamente, de apariencia de unos 40 años, aunque seguro tiene más, ojos castaños, piel pálida como cualquier demonio, y pelo castaño con un par de canas no muy notorias.
Mazikeen también está aquí, ella y el sastre están hablando de los posibles trajes para Amón, mientras que ellos hablan, Amón sige las indicaciones del sastre para poder tomarle las medidas, siempre con el ceño fruncido; yo por mi parte, podría decirse que me río a su costa, acción que hace que él frunza más el ceño.
Cuando el sastre termina con Amón, él suspira aliviado y me mira con burla, seguro piensa que yo lo pasaré tan mal como él. El sastre me empieza a tomar las medidas, y yo me pongo como se debe para que él pueda hacerlo, por lo que el sastre no tuvo que darme ninguna indicación, lo cual dejó boca abierto a Amón, literalmente, lo dejé con la boca abierta.
-Eso es todo - informa el sastre - ahora solo queda determinar que prendas desean.
-Para mi cuñado, sí o sí, necesita varios trajes en diferentes colores - dice Mazikeen emocionada - y para mi hermana vestidos de todos los colores.
-Pero largos - dejo claro - quiero que me lleguen hasta los tobillos.
-¿No pueden ser más cortos? - me pregunta Mazikeen en plan suplicante y con cara de cachorrito.
-Ag, vale, pero no más corto de la rodilla.
-Bien - dice dando saltos y palmitas, a veces no me puedo creer que ella sea la reina de los demonios.
-Pero aún así quiero al menos un par de vestidos largos - Mazikeen asiente con una sonrisa.
-¿Tipo de manga o sin manga? - me pregunta el sastre apuntando en su libreta.
-Tirantes o manga corta - le contesto.
Estuvimos unos minutos discutiendo los distintos aspectos de mis vestidos antes de pasar a la ropa de Amón, primero empezaron con los trajes, a pesar de no tener ni idea de cómo ponerse para que le tomen las medidas, Amón sí sabe sobre trajes, aunque imagino que más de una vez ha tenido que comprar un traje, a parte de cuando compró el traje de boda.
Después de los trajes, hablaron de la ropa casual, los pijamas y el resto de cosas, yo por mi parte solo necesitaba vestidos, el resto lo tengo y no quiero más. Al acabar de apuntar todos los datos en la libreta, el sastre se retiró de la habitación junto con Mazikeen.
Cuando ellos se fueron, creo que Amón liberó todo el aire de los pulmones con un gran suspiro, yo no pude evitarlo y estallé en carcajadas, no puedo creer lo exagerado que puede llegar a ser Amón, a ver, ésto solo era una cita con el sastre, no con el rey de los vampiros.
-¿Puedes dejar de burlarte de mí? - me pregunta Amón molesto.
-Déjame pensarlo - digo mientras finjo que me lo pienso - mmm no, me gusta burlarme de ti - digo con una sonrisa de niña pequeña, por lo que él bufa.
-Tu hermana y tú son tal para cual, las dos sois unas niñas - se queja.
-Ey - me quejo como toda una niña pequeña - te recuerdo que yo ya era así antes de conocernos, y aún así tú quisiste continuar, así que no te quejes.
-¿No lo vas a olvidar nunca verdad? - me pregunta triste.
Ahora mismo quiero darme una bofetada, no era mi intención recordarle que me marcó sin mi consentimiento, yo solo quería darle a entender que no puede pedirme que cambie mi forma de ser, cuando llevo siendo así años. Intento decir algo, pero las palabras no salen de mi boca, Amón se va de la habitación sin decir palabra, y yo me quedo devastada.
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Amalia *Completada*
FantasyTodo en mi vida empezaba a ser perfecta, pude alejarme de mi familia y las personas que me hacían daño, tenía una amiga, una demonio, Mazikeen, muy agradable, parecía más una humana que una demonio, ella me semi convirtió, convirtiendome en una híbr...