Narra Elena Weber
Hoy era un día especial, en familia iríamos a comprar las cosas para decorar y organizar el cuarto de los bebés. Teníamos muchas ideas que queríamos poner en práctica pero sabíamos que todas eran imposibles.
En nuestra casa estaba la habitación principal que era donde dormíamos Christopher y yo, había una de invitados, las recamaras de los empleados y 2 extra que estaban vacías.
Christopher tenía en mente que las habitaciones fueran una para cada uno, que desde bebés durmiera separados.
No me parecía una idea tan loca pero quería tener a mis hijos juntos, poder estar con ellos sin que una pared interfiera.
- Buenos días amor - Christopher bajo las escaleras solo con la parte de abajo.
- Buenos días - Se me quemaba el pan tostado.
Algún día aprendería a cocinar, algo que fuera digno de comer.
- Saldremos a las 10:30 amor, para que estés lista - Dijo Christopher tomando asiento en el comedor.
- Muy bien - me senté junto a él - estoy tan emocionada, ya falta poco para poder conocer a nuestros hijos.
- Lo sé mi amor, has hecho un gran trabajo hasta ahora - Cada día me recordaba lo maravilloso que era ser mujer.
Tomamos el desayuno con calma, apenas el reloj marcaba las 8:15 a.m.
La verdad era de los mejores desayunos que había preparado, puede que los panqueques no quedarán totalmente redondos pero algo así parecían.
Una vez terminamos el desayuno Christopher se ofreció a lavar los platos, un gesto muy amable de su parte.
Además yo era quien tardaba más con eso de vestirme, maquillarme y todo eso.
Subí las escaleras sintiendo el peso de mi cuerpo en cada una de ellas, esto era mucho mejor que una semana de ejercicio en el gimnasio.
A mitad de escalera caí rendida, necesite parar y tomar algo de aire, mis pulmones lo llamaban a gritos, pedían oxígeno.
Cuando me sentí menos agitada tomé nuevamente el camino a mi habitación.
- Este es el ejercicio de la semana - dije entre dientes.
Entre a mi cuarto y fui directo al baño, como siempre hice mi rutina de belleza y limpie mi cabello y cuerpo.
Salí luciendo mas fresca y con una sonrisa enorme. Cepille mis dientes y corrí al armario por mi ropa.
La verdad con el calor que se tenía que vivir en la ciudad preferí usar un vestido de verano, algo simple, era de color rojo con pequeñas flores blancas. Unos zapatos de piso que mostraban mis dedos.
Cuando yo termine de vestirme entró Christopher, que literalmente tenía el cuerpo bañado en jabón.
- Que te has adelantado con el baño - dije mirándolo de pies a cabeza.
- Que yo no sirvo para lavar platos - dijo tirando los zapatos.
- Eso lo se - dije riendo.
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ROMANCE DE OFICINA
Romance- Por tu estupidez ahora eres mi esposa . Analizaba cada palabra que salia de su boca...habia dicho esposa ¿Como habia terminado en esa situación?. -Para ser tu "Esposa" debemos estar casados, así que ni en tus mejores sueños sucederia eso. -No este...