ROMANCE DE OFICINA

Capítulo 61

Narra Elen Weber

Habia tenido el privilegio de escuchar los sonidos más hermosos en toda mi maldita vida.

De adolescente decía que lo más maravilloso que podía escuchar era a mis cantantes favoritos. Ahora me doy cuenta de que hay pequeños detalles que pueden hacer el cambio.

Creo que no hace falta decir que el labor de parto fue extremadamente dificil. Pará ser mi  primer embarazo no había estado mal.

Pero lo que más me sacaba de mis casillas era que ahora todo el mundo sabía que había dado a luz.

Ahora mismo se encontraba cruella, frente a mí preguntando donde estaban quién sabe quién.

- Señora tiene que esperar afuera - dijo un enfermero dando indicación a cruella.

Ela obedeció para luego salir eufórica de la habitación.

La verdad caí rendida en aquella camilla.

No supe nada hasta horas después.

Cuando abrí los ojos lentamente después de lo que parecían 5 minutos en mi perspectiva, mire a todos reunidos en mi habitación, la que ahora sería de recuperación.

Mi cuarto estaba completamente adornado con flores, globos enormes que decían ¡Mamá! ¡Es niña! ¡Es niño!

Mis ojos no tardaron nada en llenarse de agua. Incluso podía decir que era una cascada humana por que cuando mire aquella escena mi corazón se hizo polvo, no literalmente.

Era mi esposo, Christopher, sosteniendo a mi hija en sus fuertes brazos.

Por otro lado estaba la nana sosteniendo al pequeño niño, el bebé le tocaba el dedo, al parecer quería chuparlo.

-Mi vida ¡Has despertado! - dijo Black dejando al bebé en el cunero, o algo así.

- No la dejes, quiero sostenerla por mucho tiempo - Christopher sonrió y con mucho cuidado tomo a la niña en brazos y la puso sobre mi pecho.

Las lágrimas volvieron al sentir su pequeño cuerpo, todo en ella diminuto.

- No puedo creerlo, es hermosa - Dije con un nudo en la garganta.

- Christopher ¡Soy mamá! - dije emocionada.

- Lo lograste cariño, ers una mujer muy valiente, te amo - beso mi frente.

- Hija mía, mira - se acercó la nana con el pequeño bebé gordito.

Exacto, el bebé estaba gordo, se miraba tan tierno. Por otro lado la niña era casi huesitos.

Toc Toc se escucho en la puerta.

- Adelante - conteste.

Era la persona que me había atendido durante el parto, ya saben de quien hablo.

- ¿Cómo esta la paciente? - cuestionó.

- Me encuentro perfecta, solo mireme, con la mejor familia del mundo - Exprese con emoción.

- Eso puedo verlo - me sonrió.