SharpShots [Lance One Shots]

A distancia: Shance [+18]

En este punto, sus muñecas probablemente estaban lastimadas, pero el dolor en esa zona era la menor de sus preocupaciones.

Un nuevo espasmo le recorrió de pies a cabeza obligándole a contorsionar su cuerpo de formas incomodas, la barra que mantenía sus piernas abiertas tampoco ayudaba, le mantenía en posición, con su rostro y rodillas enterrados en las sabanas y su trasero al aire en dirección a la puerta.

Para agregar a su tortura, sabía que la puerta estaba sin seguro, solo bastaba con una persona incauta buscando al Comandante Shirogane en sus cuarteles para que pudiera presenciar la obscena escena que ocurría dentro.

Se sentía tan expuesto, sabía que su mejor opción era mantenerse en silencio, pero los fríos dígitos metálicos introduciéndose con brusquedad en él se lo estaban haciendo difícil. Cada que trataba de ahogar sus gemidos con sus labios o morder las sabanas el maldito brazo metálico hacía a sus dígitos empezar a vibrar, sacándole un grito por la fuerza, y cuando Lance estaba suficientemente cerca de su orgasmo como para importarle poco su volumen, los mismos dígitos eran removidos, negándole placer, y en su lugar daban fuertes palmadas en su piel, marcándole con furiosas huellas escarlata como si fueran sellos de propiedad.

La parte de la sabana donde reposaba su cara estaba mojada por residuos de lágrimas y saliva, sus muñecas atadas se sentían tiesas y adoloridas por los vagos intentos del paladín por sujetarse a algo.

—Kash-¡Ah! Takashi.

Sintió los 3 fríos dedos asaltar con brusquedad su próstata, la presión en su vientre comenzaba a acumularse, movía sus caderas en movimientos arrítmicos y sus jadeos se volvían más frenéticos con cada embestida.

Cerca, cerca, tan cerca.

Sus interiores comenzaron a contraerse, como tratando de atraparles dentro, rogando con su cuerpo que le dejaran llegar a su clímax.

Gimió de júbilo al sentir la vibración comenzar en su interior y una sonrisa involuntaria se le escapo.

Cerró los ojos e inútilmente trato de frotar su olvidado miembro contra las sabanas para darse el último empujón, pero en el instante en que lo intento...

—¡No!—gritó desesperado al sentir el delicioso movimiento dentro abandonarle, el brazo mecánico se había detenido, en su lugar, la fría palma de metal estaba sobre su glande impidiéndole correrse. Sintió más lágrimas de frustración salir de sus ojos, junto a su miembro hinchado y su entrada pulsante.

Su único consuelo era el saber que todo su sufrimiento habría valido la pena una vez que el dueño del diabólico brazo regresara.

Y una vez que planeara su propia venganza.

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—¿Comandante Shirogane?

—¿Sí?—respondió el mencionado con la mirada aún pegada al reporte en su mesa.

—Perdone por mi atrevimiento pero, ¿y su otro brazo?

El comandante no se movió de su posición, pero una sonrisa satisfecha nació en su rostro.

—Atendiendo asuntos importantes.

-.-.-.-.-.-

Ese brazo flotante tiene que servir para algo, ¿no?

Muchas gracias por leer!!